MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los seis años que quedaron a deber

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Seis años ya están por cumplirse y con ello se cerrará un ciclo de un Gobierno deficiente que no sólo jugó con las necesidades del pueblo, sino que trabajó en contra de éste para hacerlo más pobre.

Tanto el Gobierno federal, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, como el estatal de Yucatán, de Mauricio Vila Dosal, no se les recordará por la buena gestión en beneficio de los mexicanos humildes, sino todo lo contrario, por hacerlos más pobres, no ver por ellos e ignorarlos una y otra vez.

Yucatán llegó al millón 156 mil 900 personas con pobreza; muchas de ellas se quedaron sin un hogar, como algunas familias que viven al sur de Mérida y no cuentan con una vivienda ni servicios públicos debido a su carácter de irregulares.

Diferentes colores, pero el mismo reaccionar. Dos personajes de la política que pasarán a la historia, pero no justamente por desempeñarse bien en su puesto, sino todo lo contrario.

Como muestra están los pobres que se hicieron más pobres, el aumento de la canasta básica, el pésimo servicio de luz eléctrica, los altos costos de varios productos, un transporte como el Tren Maya que ni es usado por el pueblo, sin dejar de lado ese tan anhelado, por muchos, “sistema de salud”.

En fin, seis años se fueron y con él el pesar de millones de mexicanos y cientos de yucatecos que no vieron mejoras en su calidad de vida. Ambos personajes, López Obrador y Vila Dosal, fieles a su clase política, porque, aunque se decretó que el imperialismo se terminó, este no es así, y prueba son ellos que trabajaron para su beneficio y se enriquecieron más.

Con la construcción del Tren Maya, se dijo que vendría el desarrollo para la gente, pero vemos que los tres estados de la península de Yucatán bajaron sus niveles de pobreza en el último lustro, y suman 304 mil 300 personas que viven en pobreza extrema, de acuerdo con las mediciones 2018-2022 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Yucatán tiene 133 mil habitantes en condiciones de pobreza extrema, es decir, carecen al menos de tres de estos indicadores: acceso a los servicios de salud, a la seguridad social; calidad y espacios de la vivienda; servicios básicos en la vivienda; falta de acceso a la alimentación nutritiva y de calidad; o tienen rezago educativo.

La pandemia de covid-19 generó altos índices de pobreza a causa de la falta de empleos y el cierre de actividades, quedando a la deriva familias que ya no pudieron costear una renta y tuvieron que habitar predios irregulares.

Vemos que Yucatán llegó al millón 156 mil 900 personas con pobreza; muchas de ellas se quedaron sin un hogar, como es el caso de familias que viven al sur de Mérida y no cuentan con una vivienda ni servicios públicos debido a su carácter de irregulares.

Pero esta situación poco le sacudió al aún gobernador a quien buscaron para que les diera solución, pero sólo los ignoró. Fueron decenas de visitas al palacio de Gobierno, mismas que fueron ignoradas, así como al Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY).

Como vemos, los Gobiernos actuales, no importa el color, guinda o azul, son iguales, y serán mientras este sistema siga donde unos pocos son los beneficiados mientras que la mayoría sufre día a día.

Ante esta situación, compañeros y todo aquel que me alcance a leer, urge que el pueblo se organice y luche por un cambio que mucha falta le hace; de no hacerlo, estaremos condenados a seguir viviendo la misma situación.

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