La situación por la pandemia ha empeorado; desde que inició, también menudearon manifestaciones de diversos sectores sociales que están en el desamparo: se manifestaron campesinos, colonos y amas de casa pidiendo distribución de alimentos y apoyos monetarios; se manifestaron los estudiantes pidiendo internet para poder seguir con las clases en línea que tanto cacarean los altos mandos de la Cuarta Transformación, sin tomar en cuenta que solo el 4 por ciento de los estudiantes pobres cuentan con computadoras en sus hogares; se manifestaron los trabajadores en protesta por despidos injustificados sin goce de sueldo, que ha dejado a las familias sin sustento; se manifestaron los familiares de enfermos de diabetes, cáncer, VIH, entre otras; también se manifestaron quienes están en el primer frente de batalla, los trabajadores del sector de la salud, exigiendo al gobierno federal que equipe a los hospitales y al personal con lo necesario para combatir la enfermedad que azota al país.
La voz de los doctores y enfermeras se escuchó por todo México, y miles de compatriotas, entre ellos quienes pertenecemos al Movimiento Antorchista Nacional, nos sumamos a ese clamor para exigir se les escuchara y resolviera de manera urgente lo que solicitaban; médicos y enfermeras, para poder cumplir con su deber, necesitaban y exigían en las calles lo elemental: hospitales bien equipados, ventiladores, medicamentos.
Sus voces en lo esencial han sido ignoradas.El Gobierno federal encabezado por el licenciado Andrés Manuel López Obrador, salvo algunas soluciones precarias y parciales, ha hecho oídos sordos y caso omiso a todas estas peticiones que sin duda eran urgentes y lo siguen siendo.Tamaña negligencia e ineptitud han causado una gran desgracia social: 623 mil 90 contagios de coronavirus y 66 mil 851 muertes, lo que nos posiciona en el cuarto lugar mundial con más defunciones.
Pero esto no es todo.Aquellas personas que, arriesgando su propia vida e incluso las de sus familias, han honrado el juramento hipocrático "Hacer de la salud y de la vida de vuestros enfermos la primera de vuestras preocupaciones", se despojaron de todos sus miedos, de todas sus angustias y salieron, con los precarios medios a su alcance literalmente a jugarse la vida en desigual batalla; son estos héroes sin capa, por decirlo de alguna forma, quienes están muriendo sin que el gobierno se ocupe de su suerte.
De acuerdo con un estudio de Amnistía Internacional, México se ha colocado ya como el primer país, sí, amable lector, leyó usted bien, el primer país, por muertes del personal del sector de la salud, con mil 320 decesos, por encima de los mil 77 de Estados Unidos, 649 del Reino Unido y 634 de Brasil.
Los sucesos acaecidos a lo largo de estos dos años han mostrado que el Gobierno federal, ese que pregonó que vería primero por los pobres, no es lo que dijo ser; el disfraz de oveja se le ha caído al lobo de la 4T amadrigado en el gobierno, y los sectores sociales más vulnerables están padeciendo graves problemas causados por las decisiones disparatadas de un mandatario, que dicho por él mismo, llega a sus mañaneras a decir lo que en ese momento se le venga a las mientes; que no estudia ni analiza los problemas, por lo que, en consecuencia, no les da solución alguna, porque, además, no la tiene: solo tiene discursos, interminables y soporíferos discursos.
El futuro de México es incierto y debería ser de primer interés para todos, no dejar pasar la magnífica oportunidad que se presenta en las elecciones intermedias de 2021 para corregir el torcido rumbo seguido en estos dos años de desgobierno.En el difícil panorama actual, la solución la tiene el pueblo, el pueblo que cuenta con la ventaja de su insuperable cantidad, fortaleza, empero, solo aprovechable mediante la unión de los débiles.
Quiero aprovechar este espacio, para hacer llegar mi muy modesta, pero muy sincera solidaridad a las familias de los médicos, enfermeras y personal hospitalario en general, fallecidos en esta lucha contra la pandemia, en la primera fila, como verdaderos héroes anónimos.La patria habrá de reconocerles su sacrificio y, sin duda alguna, les quedará eternamente agradecida.
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