Muchos lo sabemos, México se ha posicionado como la economía número 15 a nivel mundial, esto quiere decir que es uno de los países con el Producto Interno Bruto (PIB) más alto.
El PIB es un indicador económico que representa la suma de los valores de todos los bienes y servicios producidos en un determinado período, pero no es la única medida a tomar en cuenta para una economía, pues deben considerarse los activos que se utilizan para producir esos bienes y servicios, entre los que se encuentran los recursos naturales consumidos o afectados, como los bosques, tierras cultivables, recursos pesqueros y minerales, el capital producido o hecho por el hombre, como los edificios, carreteras, maquinarias y otras obras, así como el trabajo, habilidades y experiencia de la población.
Sin duda, en cada una de esas medidas México es también de los principales en el mundo; hablando de recursos naturales, el territorio mexicano es el vigésimo quinto país con mayores reservas de agua dulce y forma parte del grupo de 17 países que juntos albergan el 70 por ciento de la biodiversidad global, y estamos entre los principales productores de metales y minerales como florita (segundo lugar), celestia, bismuto (tercer lugar), plomo, molibdeno y diatomina (quinto lugar), entre otros.
Si nos referimos al llamado capital humano, en los términos que lo expone el Banco Mundial, nos posicionamos en el lugar 69 de 124 países. Advirtamos que esta medida considera habilidades profesionales de los empleados; sin embargo, no puede ofrecer un panorama completo, pues toma en cuenta solo a los profesionales que tienen empleo, sin considerar que tener una carrera profesional ya no es garantía de obtener un empleo, por lo que es más completo tomar en cuenta la mano de obra de la que disponemos.
Según datos de El Economista, iniciamos este año con 2.1 millones de desempleados y 7.9 millones de desocupados; pero esta es otra cifra que solo muestra la superficie de lo que realmente pasa, pues entre las personas ocupadas se contempla a todas aquellas que laboran en la informalidad, es decir a 31.6 millones, el 55.8 por ciento de la población ocupada.
Entonces, con un país que se encuentra entre las economías más grandes, con recursos naturales y humanos capaces de sostener y producir una inmensa riqueza, tenemos aquí uno de los hombres más ricos del planeta: primer lugar en México y lugar 13 a escala mundial. En días recientes el medio Contigo Puebla dio a conocer que este multimillonario incrementó su riqueza en 247 millones de pesos cada día. Sí, leyó bien, amigo lector ¡por día!, esto mientras que el mexicano promedio gana aproximadamente 5 mil 200 pesos por mes. Una diferencia sin duda abismal y escalofriante.
Lo que esto nos muestra es cuán injustamente está distribuida la riqueza, pues mientras los trabajadores entregan su vida entera a producir mercancías, no podrán disfrutar jamás de la riqueza con sus manos creada, pues el sudor de su frente se convierte en millones de pesos que van a parar a los bolsillos de los grandes capitales del país, como el señor Slim Helú.
La consecuencia de esta distribución ha sido, durante años, el incremento en las filas de la pobreza y la pobreza extrema, problema al que se le ha intentado hacer cosquillas con apoyos monetarios también durante muchos años, algo que no inventó este gobierno, sino que simplemente es una mala, muy mala copia, de lo que otros gobiernos nacionales e internaciones como Estados Unidos (EE. UU.) han intentado hacer, sin ningún resultado positivo.
Y mientras eso pasa en los países que siguen defendiendo al sistema capitalista, existen otras naciones, como China, que ponen el ejemplo de cómo se hacen bien las cosas cuando, realmente, la principal preocupación de los gobiernos es el pueblo y las familias más humildes.
El año pasado, el Partido Comunista chino logró erradicar la pobreza en su país; en 2015 el Comité Central del partido se propuso como meta para 2020 acabar con la pobreza, y fue así que en los últimos 8 años, casi 100 millones de personas han salido de la pobreza extrema, pero en el tiempo que llevan bregando en este esfuerzo, se ha logrado sacar de la pobreza un acumulado de 800 millones de personas.
Pero este no es el único logro del gobierno comunista chino, sino que su misma aportación a la economía mundial lo coloca como punta de lanza: según BBC News, registra un incremento a la aportación a la economía mundial al pasar de inicios de la década de los 70 cuando se registraba el 1.5 al 15.4 por ciento que se registra actualmete, lo que también ha demostrado cómo puede crecer económicamente un país y al mismo tiempo mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
Creo necesario que los mexicanos debemos ver ejemplos como ese y aprender de él, y entender que nuestro problema no es que seamos un país pobre y con pocos recursos naturales,sino que somos, eso sí, un país que genera pobres, algo que solo podrá cambiar con la unión y la lucha organizada del pueblo; solo así seremos un país próspero y con un pueblo verdaderamente feliz.
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