Dos años exactos cumplió la aventura política de la Cuarta Transformación. El primero de diciembre de 2018 tomó posesión Andrés Manuel López Obrador. Pero contradictoriamente, el mismo que hoy festeja su triunfo, tiene a su estado y a su pueblo natal viviendo una tragedia dentro del agua. Entorno a Obrador conviven la felicidad y la tragedia: él es feliz mientras los tabasqueños sufren.
La propaganda oficial obradorista quiere ocultar su desatención y el grado de afectación sobre Tabasco, pero es tanto el daño que su pueblo enfrenta, que no alcanza a tapar toda la desgracia que viven los tabasqueños contados en centenares de miles. El Instituto Estatal de Protección Civil del Estado, reconoció que la afectación alcanzó la triste e inmensa cifra de 623 mil habitantes en los 17 municipios. Este número de damnificados comparados con los 2 millones 400 mil habitantes de Tabasco, representa el 26 % de su población total en desgracia, una verdadera calamidad, una verdadera crisis humanitaria que se revela más crudamente con algunos hechos que aquí les comparto:
1.- En Bitzales, comunidad del municipio de Macuspana, tierra del Presidente de la República, no ha bajado el agua, ¡se bebe agua del pantano!, justo donde mueren las gallinas y el ganado. En el día, todos se acurrucan en un puente de tubos y aseguran los medios que ¡7 mil personas humildes duermen en pangas! No hay luz eléctrica y los zancudos hacen fiesta, mientras los pobladores piden a gritos que las autoridades les ayuden, pues no tienen comida ni agua potable; están olvidados. (Tabasco Hoy, 1º de Dic.).
2.- Testigos directos con los que conversé por teléfono para elaborar este artículo, afirman impactados, que más de 3 mil habitantes de las zonas inundadas que perdieron todo, viven desde hace más de un mes sobre el pavimento de la carretera Frontera-Jonuta en tiendas de campañas improvisadas, sin recibir apoyo alguno.
3.- De acuerdo con datos recabados por las asociaciones ganaderas al 18 de noviembre, "se movilizaron de los ranchos 50 mil reses a terreno alto, lo que significa pérdidas económicas de grandes dimensiones por la pérdida de peso de los animales con la caminata. Solo en Macuspana (tierra del "Peje”), se reportó la muerte de 8 mil reses, en el municipio de Jonuta 3 mil reses, todas ellas por entumecimiento, neumonía y comezón de los cascos. A estos daños se suman unidades de producción comercial pérdidas de ganado caprino, de cerdos y pollos sin contabilizar aún, reveló el Secretario de la Unión Ganadera Regional de Tabasco, Mario Iván Jiménez Mendoza” (Tabasco Hoy, 01.12.20).
Por nuestro lado, podemos adelantar en este artículo, que las pérdidas son mayores con mucho, pues no se sabe hasta cuanto, en los ranchos, se perdió en animales de traspatio de las decenas de miles de campesinos humildes: sus cerdos, sus borregos, aves de corral, etc. También sabemos por especialistas conocidos, que al no bajar las aguas en los terrenos dedicados al pastoreo, la recuperación de los mismos tardará entre tres y seis meses y tendrán problemas, mientras tanto, para alimentar el ganado que sobrevivió. La recuperación de la producción agropecuaria de Tabasco, la comercial y la de subsistencia de los campesinos pobres a los que decidió inundar López Obrador por salvar su refinería de Dos Bocas, tardará muchos años en recuperarse ¿y mientras tanto?
Mientras tanto hay festejo presidencial en Palacio Nacional por sus dos años de gobierno transformador y está tranquilo "el mesías&rdquo, presumiendo en sus mañaneras: "tenemos nuestra conciencia tranquila, tengo un tribunal, que es el que me juzga, y ese tribunal es mi conciencia” (La Jornada, 15.11.20).
Los mexicanos bien nacidos no podemos tener la conciencia tranquila mientras nuestros hermanos de Tabasco sufren, no somos como el presidente López Obrador, y por fortuna, hay mexicanos y organizaciones que pasan a la acción en este caso y tienden la mano con colectas de ayuda a nivel nacional y de entrega en Tabasco, como el Movimiento Antorchista Nacional.
Por otro lado, junto con los tabasqueños, dispongámonos a apoyar la solución de fondo que como demanda levanta también Antorcha Revolucionaria, de exigir que se destine el presupuesto suficiente para realizar las obras de infraestructura hidráulica necesaria en el Estado y plasmado en el proyecto de ingeniería titulado: "Programa Hidráulico de Tabasco” (Prohtab). Este proyecto fue elaborado por los gobiernos anteriores a la 4T y está en posesión de Conagua.
Con este proyecto que cuesta una tercera parte del costo de la refinería de Dos Bocas, se asegurará que Tabasco no se vaya más al agua, evitando el dolor en el pueblo tabasqueño que sufre como ningún otro Estado y que ha recibido el menosprecio de todos los gobernantes de todo los partidos: PRI, PAN y Morena. Y sobre todo hoy, del actual presidente Andrés Manuel López Obrador.
¡Basta de ignorar el sufrimiento de los hermanos tabasqueños!
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