El Heraldo de Chihuahua del 27 de enero de 2022, encabeza su diario “Millonarios mexicanos, más ricos en pandemia”. “El patrimonio de los acaudalados en México aumentó 11%, mientras la pobreza aumentó en el país y la región”. De acuerdo a datos del CONEVAL en su último informe del 2020, evidencia que en 2018 el número de pobres en México era de 51.9 millones, mientras para 2020, el número ascendía a 55.7 millones de pobres, es decir, apenas en un lapso de dos años, el incremento fue de 3.8 millones de mexicanos más en pobreza. Oficialmente aún no se ha publicado un estudio que haya medido el impacto de la pandemia en los hogares mexicanos, pero sí se ha dado a conocer que los mexicanos más ricos han incrementado su pobreza, y podemos sacar la conclusión de que en el otro polo las cosas no andan muy bien, pues como dije el Ing. Lenin Nelson en una reciente colaboración: “el crecimiento de la riqueza de algunas personas, es proporcionalmente inverso al empobrecimiento de las masas”; es decir, en la medida en que los ricos se hacen más ricos, los pobres se hacen más pobres.
El mismo diario dice: De acuerdo con la CEPAL, en los dos años de pandemia la riqueza de los millonarios que hay en América Latina se incrementó en 14%, es decir, en más de 51 mil 500 millones de dólares”. “Esto sucedió a la vez que cinco millones de personas en la región se sumaron a las filas de la pobreza extrema”. En México, de acuerdo al organismo, las fortunas de los más acaudalados del país pasaron de 122 mil 281 millones de dólares en 2019 a 136 mil 100 millones el año pasado, es decir, casi 14 mil millones de dólares adicionales. Los datos del CONEVAL son hasta el 2020, pero queda pendiente saber cuántas personas llegaron a las filas de los pobres en México.
Estos datos son reveladores, pues en México se ofreció combatir la corrupción para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, y no se mira por ningún lado que esta política esté dando resultados positivos. Incluso, demuestran lo contrario. No es descabellado volver a decir que las promesas de López Obrador y de la 4T no son en lo absoluto factibles, pues además de que el planteamiento de base es incorrecto, los pocos avances que pueden tener, no se ven traducidos en ir disminuyendo la desigualdad en México. Quien quiere atacar los efectos de un fenómeno puede que los apacigüe un poco, pero no los resolverá de raíz, pues no estará atacando las causas. Es lo que le pasa a López Obrador, quiere acabar con la desigualdad en México atacando tan sólo uno de los efectos, que es la corrupción, pero no la verdadera causa que genera la desigualdad y la corrupción, que es la pobreza. La pobreza es la que genera todos los males sociales. La desigualdad social es fruto de la miseria, la corrupción es fruto de la pobreza. Así que por más que se esfuerce en combatir la corrupción los resultados nunca serán alentadores, y las estadísticas se lo han demostrado: crecimiento de la pobreza en México.
Pero lo que aún resulta más grave es que quieren seguir engañando al pueblo mexicano diciéndole que las cosas van bien, que el gobierno de la 4T está dando resultados a los más necesitados. Y la gravedad reside en que le tienen atadas las manos a los mexicanos. Se les hace creer que con las transferencias monetarias que les dan, tendrán resueltas sus necesidades elementales. Es preciso que los mexicanos entendamos que el deterioro social y económico se aceleran cada vez más. Que las políticas de la 4T no están resolviendo el problema, y no lo resolverán porque su fórmula es incorrecta, como lo es en el tema de la pandemia. Más de 300 mil muertos y siguen llamando a la calma. Las cadenas de lastre que carga el pueblo tarde o temprano las reventará y probablemente no sea por las buenas.
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