El pasado 28 de febrero, la Secretaría de Educación Pública publicó en el Diario Oficial de la Federación las reglas de operación para el programa La Escuela es Nuestra (LEEN), pero ya no aparecieron en él, como en otros años, las Escuelas de Tiempo Completo.
Ante las inquietudes que despertó tal ausencia, al siguiente día, la secretaria Delfina Gómez confirmó la desaparición de estas escuelas porque ese dinero “se va a destinar para mejorar la infraestructura de escuelas que no cuentan con servicios básicos”. Cuando le preguntaron al presidente, éste justificó la desaparición del programa diciendo, sin mostrar ninguna prueba, que el programa desapareció “porque había malos manejos” y agregó, pero “la escuela de tiempo completo no desaparece solo que (el dinero) se va a entregar, sin intermediarios, […] directamente a los padres y madres de familia”.
El programa de escuelas de tiempo completo consistía en que determinado número de ellas, 27 mil 300 en el país, tenía un horario de atención a los alumnos más amplio, de 7:30 a 16:00 horas; se proporcionaba alimentación a todos los niños, desayuno y comida; además de las actividades académicas se realizaban actividades deportivas y culturales y eran, en su mayoría, instituciones ubicadas en zonas indígenas y marginadas del país. El programa atendía a alrededor de 3 millones 600 mil niños. Los miles de maestros que estuvieron atendiendo este programa, reiteradamente dieron constancia del avance en el aprovechamiento educativo de los niños. De igual manera, muchos de los padres, principalmente las madres trabajadoras, se manifestaron satisfechas no solo con el avance de sus hijos, sino que con tal horario de atención se les permitía trabajar para tener un ingreso para la familia. Hoy nada de eso será posible.
La posición que dio el gobierno es contradictoria y falsa; es contradictoria porque el primero de marzo la señora Delfina Gómez, secretaria de Educación, dijo lisa y llanamente que el programa desapareció y el dinero se destinaría para infraestructura de escuelas, mientras que el 17 de marzo el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en su conferencia mañanera, dijo que el programa no desaparecería, sino que el dinero se entregaría directamente a los padres y madres de familia afectados “sin intermediarios”. Ya la contradicción entre ambos funcionarios da mala espina y encamina a pensar que o bien la secretaria no entendió bien cuando el presidente le dio la indicación de cancelar el programa o el presidente miente al público.
Es falsa porque AMLO dice que se canceló por malos manejos, pero es el viejo cuento de siempre, es una afirmación que espera que los ciudadanos se la creamos solo porque él la dice. Si fuera la primera vez quizá así sería, pero cada que algo le estorba dice que hay corrupción, es el pretexto que esgrime para cualquier medida que tome. Pero resulta que después de esa afirmación demoledora nunca demuestra nada, ni comprueba la corrupción ni hay sancionados como producto de tal descubrimiento de los supuestos malos manejos.
Veamos algunos ejemplos: cuando provocó la crisis de escasez de gasolina dijo que era a causa del huachicol, del robo de combustible y que demostraría cuántos y quiénes estaban detrás de ese delito, a la fecha no ha demostrado nada y no hay detenidos ni sancionados por esa causa, además de que el contrabando de combustibles se duplicó según el Servicio de Administración Tributaria (SAT); acusó a las organizaciones de la sociedad civil de recibir cantidades multimillonarias del gobierno para beneficiarse y hasta la fecha no ha demostrado nada, en claro abuso de poder sólo acusa y afirma porque tiene los medios informativos a su disposición y porque se escuda tras la investidura presidencial.
Afirmó que no continuaría la construcción del aeropuerto de Texcoco porque era un nido de corrupción, dijo que aportaría las pruebas y hasta la fecha ni ha demostrado nada ni hay ningún corrupto tras las rejas como resultado de tales afirmaciones, más bien ha tenido que pagar con nuestros impuestos decenas de miles de millones a los empresarios que ya habían invertido en ese proyecto.
El mismo argumento manejó cuando eliminó el fideicomiso del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden), y nunca demostró tal corrupción, pero eso sí, dejó en el total desamparo a quienes han sufrido inundaciones o pérdidas como las de Tabasco, Veracruz y Puebla.
Y así podríamos seguir enumerando todas las arbitrariedades y afectaciones que ha realizado en contra de las clases más desprotegidas con su consabido pretexto del combate a la corrupción. Pero terminaremos este conjunto de ejemplos de cancelaciones, porque no cabrían todos en este reducido espacio, con la eliminación del programa de guarderías y estancias infantiles que ordenó AMLO en 2019, y que lo dicho en aquel año se parece mucho al manejo que hoy escuchamos acerca de los motivos y destino del programa de escuelas de tiempo completo. ¿Cuál fue la causa? Malos manejos, corrupción. ¿Cuál fue la promesa? “El programa seguirá, sólo que se entregará el recurso directamente a los padres de familia para que ellos lo manejen”.
A más de dos años, el diario El Sol de México, del domingo 21 de marzo de 2022, en la nota sobre las estancias infantiles, nos ilustra acerca de cuán falsas resultaron las promesas del presidente en aquel momento. Dice la nota que al terminar la administración de Peña Nieto había 9 mil 200 estancias infantiles que atendían a 315 mil menores. López Obrador prometió que el programa continuaría sólo que sin intermediarios, pero fue mentira, el Gobierno federal primero disminuyó el apoyo y después, con el pretexto de la pandemia, dejó de otorgarlo definitivamente; algunos gobiernos estatales que intentaron darle continuidad al programa solo lo hicieron temporalmente. Hoy más del 90 por ciento de esas estancias infantiles y guarderías ya desaparecieron. Los padres de familia, por supuesto, nunca pudieron sostener con sus recursos este servicio.
Lo mismo sucederá con las escuelas de tiempo completo, con este gobierno no volverán jamás.
Pero cabe preguntarse cuál es la razón de fondo, ¿por qué el empeño de la 4T para quitarle un beneficio real y tangible a casi cuatro millones de niños, los cuales tendrían mejor alimentación y mejor preparación académica?, ¿es sólo porque ese programa no lo creó la actual administración?, ¿es porque ya se le acabó el dinero al Gobierno y necesita más para pagar las pérdidas de Pemex y la CFE?, ¿se trata de recursos para pagar la terminación de la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya porque ya se le encarecieron esas obras?, ¿está destinando ese dinero para su eterna campaña electoral? No lo sabemos a ciencia cierta. Dice el presidente que no es por falta de dinero ¿entonces es pura mezquindad?
Lo que sí queda claro es que con medidas como la cancelación de las escuelas de tiempo completo, la 4T demuestra una vez más que no desea a México como un país que salga del rezago educativo, no quiere un país de vanguardia, quiere un país sumido en la ignorancia y el atraso.
De estas cancelaciones de programas también debe destacarse que es la población más desprotegida y en especial los trabajadores, quienes sufren los caprichos y conveniencias de los cambios en los gobiernos, de los cambios de personajes al frente del Estado. La población y los trabajadores están inermes, indefensos, frente al Estado. Unos sexenios llega una camarilla al frente del gobierno y maneja a su capricho los impuestos del pueblo, mañana llega otra camarilla a gobernar y cambia los programas y metas a capricho y sin consultar al pueblo.
El pueblo es y seguirá siendo una masa manipulable y sujeta a los caprichos de los gobernantes mientras no forme una organización independiente del gobierno y del estado. Debe formar comités por colonia, por cada pueblo o comunidad, por cada fábrica, pero no controlados ni dirigidos por los partidos arribistas ni por los servidores de la nación que son parte del mismo gobierno. Debe formar con todos sus comités su propia organización para defender sus propios intereses y ya no estar sujeto a los vaivenes y al contentillo de los políticos en turno.
El pueblo debe rehuir de todos aquellos que quieren a los ciudadanos aislados, los que les dicen que en bola no te resuelvo, ven tú solo; debe desconfiar de los que atacan a las organizaciones sociales, como el presidente en turno, para controlar al pueblo desde el poder. Quieren que los ciudadanos estén desorganizados o controlados por los gobernantes, para resolver y atender solo lo que a ellos les parezca conveniente y no lo que el pueblo necesita.
Quienes escribimos la publicación del Informador Obrero manifestamos nuestro enérgico rechazo a la cancelación del programa de las escuelas de tiempo completo y llamamos a los trabajadores mexicanos a defenderlo. Ya basta de imposiciones caprichosas.
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