MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Oaxaca debe abrir espacio a políticos jóvenes

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Todo aquel que quiera estudiar la historia de los pueblos deberá fijar verdades con argumentos, investigación y con hechos reales; antes, tendrá que mencionar cuáles fueron sus causas y por qué una verdad, difundida y bien analizada, puede ayudar en la búsqueda del progreso y la creación de nuevas visiones políticas, en la formación de hombres y mujeres que trabajen y luchen por un mejor futuro de justicia social para sus pueblos.

A la historia la podemos considerar como una experiencia social y colectiva del pasado de una comunidad; debe ser, también, la identidad y memoria que caracteriza una etnia, estado o una nación entera; pero como lo ha dicho uno de los más grandes pensadores de la humanidad, Carlos Marx: "la historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases".

Al hablar de la historia de Oaxaca se encuentra uno con muchas versiones y quizá también con muchísimas costumbres, pero nos dejan ver qué tan rico es ese estado, desde su gastronomía en cada región, hasta la formación de grandes e ilustres hombres como don Benito Juárez. Oaxaca fue fundado el 21 de diciembre de 1823, es uno de los estados más poblados, con más de 4 millones de habitantes y cuenta con 570 municipios y al menos 418 se gobiernan bajo el sistema de usos y costumbres. 

A decir de algunos cronistas e investigadores, la historia de Oaxaca tiene su parteaguas en la época de La Conquista porque los españoles se apoderaron de lo que se podía contar y narrar. Nuestra entidad tenía cultura totalmente diferente a los de los españoles; por ejemplo, tras La Conquista hay grandes lagunas e imprecisiones, pero lo que se sabe del estado en narraciones primarias fueron escritas por esos conquistadores y por frailes españoles, que ya se imaginará usted, cuál línea y qué pensamiento siguieron esos escritos. Don Bernal Díaz del Castillo ya hablaba de cómo Rodrigo Rangel, uno de los conquistadores más viejos, "pacifica" a los pueblos zapotecas, pero todo con una visión europea. El "famoso" "Nuevo Mundo” dejó fuera los verdaderos intereses de los oaxaqueños y de los estados cercanos. 

La visión de un cronista español, quien sea, sin tomar en cuentas a los grupos sociales étnicos, brinda un conocimiento incompleto. Sin embargo, los frailes españoles, como cronistas, eran los que mayor y mejor preparación tenían, por eso tuvieron que dar su visión de los pueblos y comunidades de Oaxaca, incluso se habla de que se fueron a vivir con los zapotecas hasta aprender su idioma y alcanzan hablar sobre el arte de esas las lenguas indígenas, zapoteca, mixteca, mije y más variaciones que hubo; claro, la intención era conquistar el espíritu de esos pueblos con la región cristiana e imponer una nueva ideología. 

Entre algunos historiadores con esta formación encontramos a Fray Francisco de Burgoa, que con sus obras: "La Palestra historial y La Geográfica decisión" narra el aprecio que tienen, del tiempo y el espacio, los oaxaqueños; lo que ahí se describe básicamente es por observación y comunicación directa con los grupos étnicos, estamos hablando del ya siglo XVI en los años 1600. Tras Burgoa, otros frailes viajaban y en su travesía por Oaxaca dieron detalles del paisaje, de sus costumbres, incluso, se hablaba ya de su buena inclinación y su buen gusto por la música y el canto; uno de esos frailes fue Francisco Ajofrín; otro de ellos fue Tomás Gage que fue catalogado como un agente infiltrado en las colonias españolas, el paso por Oaxaca en el año 1624, más concretamente por el Istmo de Tehuantepec y habló de acontecimientos políticos de esos tiempos. Game, con estilo llano, pero real, refleja la personalidad de los pueblos oaxaqueños y deja ver su valor sin intereses externos. 

A mediados del siglo XVIII aparece don José María Murguía y Galardi que escribió sobre Oaxaca, pero sobre todo de las actividades de los habitantes como la agricultura, la industria, la ganadería o las artes que se practicaban. Ya en el siglo XIX se puede hablar de Juan Bautista Carriedo otro historiador que también documenta con claridad y con palabras de la grandeza del pueblo oaxaqueño, visión reflejada cuando decía que "El hombre viene actuando como elemento social en el tiempo y en el espacio, en la tierra oaxaqueña desde las épocas más lejanas desde que se tenga idea"; un investigador, estadística y gran cronista no solo de los datos si no de la naturaleza misma. 

Carriedo como liberal, algo anticlerical pero cristiano, fue autodidacta y se inclinó por reivindicar a los autóctonos, a los nativos, a los originarios del estado sureste; quiso que se reivindicara sobre todo a los zapotecas, mixtecos y mijes, pero aún hay impregnación, menor que Burgoa, pero lo hay, de tintes religiosos. Sin embargo, en la historia de Oaxaca, todos estos personajes tienen mucho aportan muchísimo para poder conocer el pasado y comprender el presente.  

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Así como éste este historiador que aseguró que el hombre vienen actuó como elemento social en los acontecimiento políticos (tiempo y espacio); en los recientes días no sucede lo mismo y desde hace varias décadas los gobiernos estatales, que se han ido enquistado en el poder político, hacen muy poco en favor de los pobres y los marginados de Oaxaca, y también dejan muy poco margen en la toma de decisiones de poder a políticos nuevos, a jóvenes políticos que pueden y deben corregir los errores del pasado y que piensan en un futuro próspero para su entidad y sus antepasados. 

Carriedo habló de la personalidad oaxaqueña y retrató las regiones o estratos sociales; además, reseñó las artes y oficios que más abundaron en el estado; dio cifras de mantenimientos de hospitales, el crecimiento población, número de niños que asistían a la escuela, hizo comparaciones, por ejemplo, entre 1837 y 1839. Pero algo muy destacado es que al hablar de los habitantes oaxaqueños los pinta como "de un carácter suave y de un entendimiento capaz de recoger y desenvolver toda especie de cultura... su genio es previsor y fecundo. "Dentro de estos hombres que narraron la historia ya en el siglo XIX podemos encontrar a don Manuel Martínez Gracida, que dejó claro que la historia tiene importancia para los oaxaqueños porque con ella podrán encontrar su verdadera identidad y sentirse más seguros de sí mismos. 

En la época de Porfirio Díaz hay varios hombres ilustres que se preocuparon por la educación y por la enseñanza del aprendizaje de la historia, entre ellos don Victoriano Báez, Cayetano Esteva o Francisco Beldar. Esteva como Báez consideraron de especial importancia la instrucción pública, y hablaron de que la historia es la maestra del mundo; la historia que pugnaban no era cualquiera, sino la historia patria que tenía y debía ser consideraba con un sentido claro para el pueblo, "La historia patria tienen tal interés para cada pueblo, para cada individuo, que sin ella es difícil la emulación del progreso".

Para los grandes historiadores la identidad se debe reafirmar y eso se pude lograr a través del conocimiento de la historia: se debe conocer la tierra natal, de lo que nos rodea, del suelo en que vivieron y habitaron nuestros padres, y en dónde nosotros mismos hemos iniciado la vida, dónde hemos luchado, etc.; "conocer la historia de nuestro pueblo, de nuestra ciudad, de nuestro estado, leyendas, episodios del terruño, los héroes, lo hombres ilustres, los benefactores, los gobernantes, la raza autóctona, los nombres indígenas y las costumbres", sin duda nos asegura una parte de visión hacia dónde vamos y hacia dónde nos dirigimos.  

Esta narración tiene la finalidad de cambiar nuestra mentalidad un poco y pensar que Oaxaca debe cambiar. La historia nos habla de la riqueza de nuestro estado y hoy en día están surgiendo liderazgos jóvenes y nuevos, jóvenes que conocen a sus pueblos y las colonias, su terruño, la de sus héroes y sobre todo al hombre y la mujer indígenas. Entre esos jóvenes políticos, y que los hemos visto muy activos en recientes días, se encuentran César Hernández Olivera y Floralia González Antonio.

Hernández Olivera es líder social de gran raigambre popular en la región Mixteca y ha sobresalido entre los suyos para buscar, aún como pre-candidato, un escaño en el Congreso de Oaxaca; su trabajo, a su corta edad, es inmenso; pero sobre todo conoce el suelo que pisa y miles de oaxaqueños lo respaldan por sus hechos y no por sus palabras. él no dice. "vamos hacer”; él dice "hemos hecho esto y desde el Congreso haremos más”.

La otra joven, con apenas veintitantos años, pero con ideas nuevas y con decisión para trabajar por el bien de los oaxaqueños de una parte del Istmo, es Floralia González quien se perfila como cantidad a la alcaldía de San Juan Guichicovi; movidita anda esta joven, que la viene respaldando una buena parte de los habitantes de la cabecera municipal y de las comunidades que pertenecen a ella.  

Ellos -como el historiador Juan Bautista Carriedo al narrar lo que en Oaxaca vio-, trabajan y luchan por amor a su terruño, por Oaxaca y por su patria; sus ideas y planteamientos nacen de un corazón histórico que desea gloria y ansias de engrandecer a su pueblo. Ellos traen un nuevo proyecto político, joven como ellos; traen un proyecto con una nueva formar de gobernar para Oaxaca, un proyecto bien pensado y elaborado. Ellos no van por el respaldo de sus pueblos, sus pueblos ya los respaldan para comenzar a pagar la deuda histórica de bienestar que se tiene con las regiones oaxaqueñas, con esos hombres y mujeres de un carácter suave y de un entendimiento capaz de descifrar lo más difícil, pero lo más noble que quiere Oaxaca y México: justicia social para todos.

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