MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Otro decálogo más de la “Cuarta Transformación”

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A diferencia de sexenios anteriores, cuando menos de los mas recientes, se sabe a nivel nacional e internacional que el gobierno de la “Cuarta Transformación” para solucionar todo, tiene los decálogos de López Obrador y no necesita de la ciencia ni de especialistas y probados conocedores de la función pública. El presidente ha presentado una serie de decálogos que van desde el decálogo para salir de la crisis del coronavirus, decálogo para clase media y alta ante crisis por covid-19, decálogo para recuperar la paz, entre otras. 

De acuerdo con analistas nacionales e internacionales. Todos se tratan de 10 puntos vagos y casi místicos. De manera oportuna, destacados líderes de opinión han señalado que el país no necesita buenos deseos; requiere de un plan político, económico y social claro y concreto. Cuando México espera un plan para salir de la crisis sanitaria, tiene un púlpito. Cuando necesita de una persona experta en asuntos de Estado y en política, tiene un mesías con unos decálogos. 

Según los expertos están mal los puntos de los decálogos presidenciales, ya que están repletos de buenas intenciones y con ellas no se resuelven ni se van a resolver las necesidades de las mayorías. En este contexto es evidente que las 10 reglas que publicó la Secretaría de Educación Pública federal (SEP) para el regreso a clases presenciales, es otro decálogo más de la “Cuarta Transformación” diseñado por el jefe e ideólogo del gobierno morenista, Andrés Manuel López Obrador, pensado no para beneficio de los ciudadanos, sino de quien gobierna. 

En este sentido es indignante y preocupante que a pesar de la controversia de la decisión presidencial del regreso a las aulas, por el riesgo que conllevaría hacia las niñas y los niños, población a la que no se le ha destinado ningún antígeno; la titular de la dependencia educativa, Delfina Gómez, asegure que la vuelta a las aulas sería “cauta y responsable” para los alumnos. Y para ello, presentó el decálogo sanitario que se aplicarían en todos los centros educativos para el próximo regreso, planeado para el 30 de agosto, que no es más que una maniobra gubernamental para eludir responsabilidades y echar la carga de la responsabilidad en los padres de familia. 

En las 10 acciones que propone la SEP se deja en manos de padres y escuelas la limpieza y dotación de cubrebocas y gel. Para el retorno a clases, la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, pidió "a los padres de familia que nos hagan el favor de, precisamente, enviarlos con cubrebocas y enviarlos con su gel". La Guía de orientación para la reapertura de las escuelas ante covid-19, que está publicando la dependencia educativa, establece que para el regreso seguro a clases es necesario realizar una limpieza profunda y desinfección con los productos idóneos. Pero en ningún momento se informa si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador destinó o vaya a destinar una partida para propósitos de la limpieza. Está claro que el costo de los artículos de limpieza y sanidad queda bajo responsabilidad de las escuelas y de los padres de familia. 

De igual manera expertos advierten que el gobierno federal pretende lavarse las manos, porque en el próximo regreso a clases, programado para el 30 de agosto, a través de una “carta compromiso de corresponsabilidad” intenta transferir a los padres de familia su responsabilidad patrimonial como Estado ante cualquier afectación o daño que sufran los menores que asistan a las aulas. La carta mencionada, lejos de ser uno de los filtros sanitarios que deberán pasar los educandos a su llegada a la escuela, en realidad es la forma en la que, jurídicamente, el gobierno pretende evitar las demandas de indemnización que podrían promoverse en caso de que los alumnos se contagien de Covid-19 en los centros educativos.

No debemos olvidar que el presidente López Obrador al momento de lanzar su decálogo para salir de la crisis del coronavirus, fue en momentos en que el conteo oficial registraba más de 16 000 muertes por la pandemia de covid-19, la cual estaba aún lejos de ceder. Al momento de escribir estas líneas, según cifras oficiales México tiene 247,414 defunciones y 3,068,329 casos confirmados. Lo que implica que los puntos de cada uno de sus decálogos no están pensados para preservar la salud y la vida de los mexicanos. 

De tal manera que plantear el retorno a las aulas, justo ahora que estamos en lo peor de la pandemia, es una medida que no tiene una justificación racional pues, se pone en riesgo la vida y la integridad de los menores de edad. No son suficientes los filtros sanitarios que se piden a los padres de familia. Se necesita inversión en infraestructura educativa y canalizar recursos para realizar pruebas que permitan una detección temprana de casos antes de que las cadenas de contagios se vuelvan inmanejables.

El gobierno federal dice que no se está arriesgando a los niños y jóvenes que acudan a las escuelas, pero si no hay ningún riesgo o el riesgo es menor, entonces la carta compromiso y las 10 acciones sanitarias que propone la SEP resultarían inútiles e innecesarios. López Obrador y sus incondicionales prevén que aumentarán los contagios debido al regreso a clases y por eso están proponiendo otro decálogo más de la “Cuarta Transformación” para no asumir su responsabilidad. Sus asesores seguramente les están advirtiendo que están incentivando la propagación del virus en lugar de contenerlo. 

Por lo anterior, no queda otra alternativa más que la ciudadanía en primer lugar: responsabilice completamente al gobierno federal y la SEP de los contagios y en segundo lugar exija enérgicamente condiciones para clases seguras.  Además debe cuidarse en la medida de sus posibilidades todo por el bien de sus hijos. 

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