El domingo 8 de septiembre, la Secretaría de Hacienda de entregó al Congreso de la Unión, como cada año, el Paquete Económico para 2020. Este contempla tres partes: Criterios Generales de Política Económica, lo referente a tasas de interés, inflación, perspectiva de crecimiento, etcétera; Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF), o sea, la norma que plantea cómo se obtendrá dinero, sea por impuestos o por rubros como la venta de petróleo; y, por último, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), la guía que define cómo se repartirá el dinero, que es el que nos compete en esta ocasión.
Pues bien, este próximo 15 de noviembre es la fecha límite para la aprobación del Presupuesto de Egresos por la Cámara de Diputados, la cual, cabe recordar, es de mayoría morenista, es decir, está de acuerdo con los lineamientos del jefe del ejecutivo Andrés Manuel López Obrador, quien es el encargado principal de realizar las propuestas incluidas en el PEF, por lo que podemos esperar que este sea aprobado sin reparar mucho. Veamos, entonces, cuál es la propuesta y si es que realmente representa un beneficio para los mexicanos.
Empecemos. El proyecto de presupuesto que ha llegado a la Cámara para su aprobación ha asignado un 64 por ciento del presupuesto total en sus programas de transferencias, o sea, 402 mil millones de pesos. Entre estos programas destacan la Pensión para el bienestar de las personas adultas mayores, con 12 mil 689 mdp; la Beca universal para estudiantes de Educación Media Superior "Benito Juárez", con 11 mil 93 mdp; Sembrando Vida, 10 mil 582 mdp; La Escuela es Nuestra (programa nuevo), 7 mil 280 pesos.
Para lograr estos números, el presidente optó por la ya conocida y repetida "austeridad republicana", o, lo que es lo mismo: recortes y más recortes. Por ejemplo, AMLO disminuyó el presupuesto de servicios públicos de cuidado infantil en 276 millones de pesos, de igual manera a las estancias del IMSS y del ISSSTE, sin olvidar que so pretexto de corrupción, eliminó el apoyo a las estancias infantiles públicas.
Aun cuando el presidente, en cada acto que puede, exclama victorioso que ya acabó con la corrupción, en los hechos podemos ver que esta premisa es una auténtica falacia, pues varios de sus programas de transferencias monetarias directas están cayendo en lo que tanto ha criticado: opacidad, camino directo a la corrupción, al no estar sujetos a reglas de operación y, sin estas, no es posible garantizar el trato justo y equitativo y no discriminatorio a los beneficiarios; el registro de sus beneficiarios y operación; su auditoría y rendición de cuentas, así como la mejora continua para fortalecer su efectividad y orientación a resultados, entre otros factores. Además, un programa sin este tipo de reglas es más susceptible de ser usado de forma discrecional o política, por encima del bienestar social. ¡Vaya! ¿Será plan con maña el haber omitido esas reglas?
Sigamos. El PEF 2020 contempla la reducción del subsidio para el fortalecimiento del desempeño en materia de seguridad pública (Fortaseg) a los municipios. Algo por lo que algunos alcaldes protestaron hace un par de semanas y que fueron dispersados con gas lacrimógeno, porque "les gana el ansia opositora". A pesar de que la inseguridad ha ido en aumento en el país, el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020 considera 3 mil millones de pesos para este rubro. Este año se destinaron 4 mil millones y en 2018 y 2017, 5 mil millones. O sea, en un país como México, donde en el primer semestre del año se cometieron un millón 178 mil 600 delitos, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el apoyo a los municipios para tener una policía eficiente que salvaguarde la integridad de los habitantes es asunto de poco peso. Y, aunque le subió el presupuesto a su creación de Guardia Nacional, la pacificación del país se ve muy lejana, pues a pesar de tantos efectivos desplegados, lo que se necesita es una estrategia de seguridad bien planteada.
Pero hay otro punto que también es importante resaltar, y el que más nos interesa: el correspondiente a la inversión pública. Aun cuando el PEF 2020 contempla 759 mil millones de pesos para este rubro, lo que representa un aumento de 2.5 por ciento en términos reales respecto del monto aprobado para 2019, lo cierto es que, viéndolo de forma sencilla, de cada 100 pesos que el gobierno invierte 50 son para Pemex, tres pesos para salud, dos para la educación y sólo 43 centavos para agua. El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2020 contempla una reducción en el presupuesto de infraestructura de 6 por ciento con relación al del 2019. Además, la industria de la construcción está estancada, este año que está por terminar de los 383,715 millones de pesos aprobados para obra pública este 2019, solamente se han licitado 107,347 millones.
No están realizando obras ahorita y se prevé que el año que entra sea peor. Vamos, ni siquiera las obras prometidas y hasta firmadas con convenio y todo, como la Línea 4 del tren ligero de Guadalajara, por AMLO se contemplaron en el PEF. Así, los chihuahuenses se pueden quedar sin su Hospital de Especialidades y Cancerología; en Sinaloa, sin la Presa Picacho y la carretera Badiraguato-Parral; en Chiapas, sin los dos puentes atirantados en el vaso de la presa La Angostura. Ahora, si esto es así con obras que prometió ante miles de personas, ¿Qué será de las obras que una pequeña comunidad de no más mil habitantes necesita? ¿Qué de las aguas potables, drenajes, pavimentaciones? ¿Y las escuelas, aulas, laboratorios? ¿Habrá casas de cultura, unidades deportivas, siquiera canchas techadas? Y la gente mayor que necesita vivienda, ¿con su apoyo de la tercera edad podrá costearla? Y los campesinos, ¿con 4 mil pesos cada dos meses por sembrar arbolitos sostendrán a sus familias?
El Movimiento Antorchista durante cuatro décadas ha gestionado obras para los más desprotegidos de la tierra, logrando clínicas, hospitales, viviendas, pavimentaciones, carreteras, unidades deportivas, casas de cultura, apoyos al campo, escuelas, casas estudiantiles, en fin, demandas que verdaderamente el pueblo necesita, prueba de esto, es que los mismos habitantes van con Antorcha a las dependencias a gestionar y dar seguimiento de sus demandas, pues es su derecho. Ahora, el gobierno federal dejó en el desamparo a muchos municipios, comunidades y a los habitantes organizados, interesados en mejorar sus condiciones materiales y la de sus pueblos, con la desaparición del Ramo 23 por ser "la partida de los moches", como dice el mandatario federal. Ningún programa, es cierto, está exento de ser víctima de la opacidad, como le está pasando a AMLO con sus programas de transferencia directa, pero si algo es verdad, es que con el Ramo 23, la gente podía paliar en algo sus necesidades y eso el pueblo organizado lo sabe.
Los mexicanos organizados y conscientes conocemos nuestro derecho de exigir una mejor calidad de vida, es por eso que desde aquí pedimos que, antes de que sea aprobado, en el PEF 2020 sean incluidas y programadas obras y servicios para los pueblos y colonias más marginadas. Antorcha no quiere dinero, es mentira que pidamos moches ¡Obras, señores! ¡Eso es lo que pide el pueblo!
0 Comentarios:
Dejar un Comentario