A 110 años de una de las revoluciones más grandes e influyentes del siglo XX, la Revolución Mexicana, el recuerdo de los hechos y las ideas de los prohombres de dicho gran acontecimiento es casi obligado. Uno de los más grandes y verdaderos caudil representante de los campesinos del Sur de nuestro país, fue Emiliano Zapata que, aún hoy, sirve de referente y aliento de varios movimientos y luchadores sociales.
"El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre, pero que no grite cuando lo pisen&rdquo, decía Zapata para todos aquellos que, en vez de combatir la ignominia y la humillación a la que se veían sometidos por las condiciones económicas, políticas y sociales de la época, preferían callar y no luchar, o incluso muchos, por temor o conveniencia momentánea adulaban a quienes los habían convertido en piltrafas humanas a través de la corrupción o del miedo, con el recurso siempre efectivo para los poderosos frente a los ignorantes de "pan o palo”.
Y es que, a pesar de que ha transcurrido más de un siglo de que Porfirio Díaz se autoexilió a Francia (en 1911), las condiciones económicas paupérrimas que su política económica había propiciado en el sector mayoritario de la población de la época y que fueron el verdadero caldo de cultivo de la inconformidad para la insurrección, continúan muy semejantes a los de tal época.
Con todo y las conquistas reflejadas en la Constitución Política de 1917 el beneficio tangible es relativamente pequeño y por poco tiempo. No sólo se trata de que lo conquistado en esa ley fundamental no se haya cumplido en casi su totalidad, sino que, además, en las últimas décadas incluso se ha legislado para eliminar toda forma de aplicabilidad de esa Constitución, de modo que la situación de pobreza y desigualdad nacional cada vez son más evidentes no se sabe exactamente a donde irá a terminar.
Pero también la situación política de hoy es bastante parecida a la que combatió la Revolución Mexicana. Se sabe bien que, a pesar de la gran inconformidad social (pues desde antes de 1910 ya existieron intentos de levantamiento armado), muchos medios de comunicación y periodistas se condujeron con bastante servilismo frente al gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, quien con su lema de "perro con hueso en la boca, ni muerde ni ladra&rdquo, logró que lo adularan como a un monarca y, al mismo tiempo, no le permitieran vislumbrar de manera seria lo álgido que se ponía la situación nacional.
Hoy no faltan aquellos tipos de canes de la pluma que aludía el General Díaz, muy por el contrario, incluso la actitud de varios de esos sabuesos es tan cínica que falta poco para confesarse como verdaderos voceros de sus amos. Un ejemplo de ello es el del director del portal de pueblaonline.com.mx que, obviamente, hace lo mejor que sabe hacer: calumniar a todo aquél que lo mande su patrón en turno.
Arturo Luna Silva, el fiel sirviente que aludimos arriba, en su columna Garganta Profunda, "investigó” (datos que todo mundo conoce), y los armó de tal manera que pudo armar con gran estruendo este lapidario título para su "gran análisis periodístico”: "Antorcha, su silencio y su declive”. Todos los antorchistas nos quedamos muy sorprendidos del gran pendiente que tiene sobre nuestra organización, se ve que a su amo le estamos quitando el sueño, tanto, que la alfombra del monarca nos vigila atentamente.
En palabras de Luna Silva, los antorchistas estamos al borde de la extinción porque, según él: nuestras manifestaciones han desaparecido en las calles y en las redes sociales, ya no nos cobijan nuestras plumas afines, estamos muy debilitados de modo manifiesto, todo porque el TEPJF acabó con nuestras esperanzas de crear nuestro partido local, de ser soberbios, hoy imploramos candidaturas, porque nuestra clientela electoral se ha reducido, ya no somos un buen aliado para nadie; encima de todo, estamos fracturados internamente, cómo ha cambiado el panorama en unos meses; antes éramos brazo armado y ahora apenas apéndice.
La verdad es que tratar de razonar con personas que sólo lo hacen por dinero y que calumnian no por error sino por intereses pecuniarios, es perder el tiempo. Pues no se trata de argumentar de manera lógica, de probar con hechos lo que se dice, en tanto que no se trata de debatir para esclarecer una cuestión, ese tipo de gente sólo entiende las cosas con el hueso al estilo porfiriano.
Así que no me voy a meter a refutar a un repugnante garganta profunda, que hace honor al origen de ese título, si cuando menos se mete a investigar la película y el personaje que dieron comienzo a tal expresión. De lo que quiero dejar constancia, es que los antorchistas tenemos clara nuestra meta a corto, mediano y largo plazo y que no le apostamos a la lucha por el poder como objetivo último, sino sólo como medio para cambiar de manera radical las cosas en nuestra patria.
Nosotros sí tenemos claro el resultado natural de la revolución de hace un siglo, en la que, al final, tras la derrota de los campesinos y obreros liderados por Zapata y Villa, esa revuelta sirvió a los intereses de quienes hoy ocupan los lugares principales de la dirección política y económica de nuestra patria y que son quienes, con nuestros propios impuestos, pagan a los perros que nos ladran y nos quieren intimidar.
Estamos forjando todos los días la unidad indestructible de todos los oprimidos del campo y de la ciudad para sustraerlos de la manipulación ideológica a que lo someten los calumniadores del tipo de Arturo Silva, y forjando una organización numéricamente tan importante en Puebla y en el país que hoy es vista como una fuerte y seria oposición a Morena, ese partido político que está destrozando al país y a México. Esta última es la razón de las calumnias de Luna Silva contra nosotros.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario