MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Poncio Pilatos resucitado

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De acuerdo con la versión de los tres niveles de gobierno, el culpable del descontrol de la pandemia de covid-19 es el pueblo sonorense: si está fuera de control en esta entidad del Noroeste mexicano se debe a la falta de compromiso y solidaridad de los sonorenses fiesteros, bullangueros e inconscientes que "no hacen caso”. Por eso lo que les pase con el virus es su responsabilidad: esa es la pesada losa ideológica que la elite sonorense con todo su poder mediático arroja sobre los hombros del pueblo. Poncio Pilatos resucitado.

Una cosa debe quedarle clara al pueblo: en Sonora también se ocultan las cifras verdaderas. Los datos que de aquí proporcionan los gobiernos tanto municipales como el estatal y el federal están maquillados para acoplarse a las cifras trucadas de López-Gatell y ningún funcionario, ningún partido o candidato las cuestiona. Flota en el ambiente un aire de complicidad en cuanto al ocultamiento de datos, todos aceptan tácitamente la versión oficial, incluidos los medios de comunicación, cuyos titulares se enfocan en aspectos que no descubren la maña. Mas no puede ser que a nivel nacional los datos estén manipulados y en Sonora no: ambos deben corresponderse o no habría manipulación en ninguno de los dos casos. Los tres niveles de gobierno actúan como uno, lo que hacen y lo que dicen los iguala, como en el dogma cristiano de la Divina Trinidad. Al momento, según afirma esta Trinidad gubernativa, al sábado 23 de enero, las cifran en todo el Estado sumaban 58,672 personas contagiadas y 4,737 muertes. López-Gatellregistró, dicen, 28,030 casos totales de coronavirus. Sin embargo, según el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM y El Colegio de México, cuando menos hay que multiplicar las cifras oficiales por 2.5 para acercarse a una cifra real de muertes. Ello daría en estas fechas 11,842 muertos para Sonora sólo si se considera cierta la cifra oficial. Pero como la cifra oficial está basada solo en las pruebas clínicas hechas a los sonorenses que presentan síntomas de SARS-CoV-2 y acudieron a tratarse en algún hospital público o privado, y no toma en cuenta a la gente que murió realmente de covid sin haber acudido a tratarse (ahí está el truco para mantener bajas las cifras), entonces a estas alturas es seguro que Sonora ya rebasó las 12 mil muertes, mínimo 7 mil más de los que la santísima trinidad gubernativa acepta. Y hay otros cálculos más pesimistas aún. 

A manera de ejemplo, el periódico El Universal del 14 de enero pasado cita datos proporcionados por el diario estadunidense The Wall Street Journal y afirma que en una misma familia mexicana murieron 29 miembros, pero el gobierno de López Obrador ¡reportó sólo una! Y añade que para una población cercana a 130 millones de personas el gobierno de "México realiza la menor cantidad de pruebas en América. Sólo ha realizado 3.6 millones durante toda la pandemia. Brasil ha hecho casi 29 millones. El zar del coronavirus de México, Hugo López-Gatell, dice que las pruebas generalizadas son una pérdida de tiempo y recursos", a pesar de estar recomendado por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud. Los antorchistas tratamos con muchísima gente de cientos de colonias populares y de comunidades rurales y podemos afirmar sin mentir que la participación del Gobierno de López Obrador luchando contra la pandemia en Sonora es prácticamente nula. No se ve, no se siente ninguna campaña, ninguna acción efectiva, salvo los llamados presidenciales a "que de manera libre, voluntaria, cada quien se cuide y decida qué hacer&rdquo, que es otra forma de evadir la responsabilidad gubernamental y de echar culpas una vez más al pueblo. El moderno Pilatos no instrumenta la aplicación de más pruebas (sólo al 1.2% de la población), no destina recursos federales para hacerlo ni construye más infraestructura, ni contrata más personal médico mexicano; todo lo que tenemos son declaraciones y más declaraciones, entre ellas, que se va a comprar vacunas, pero nada en concreto. Bueno… sí… algo real es que ya vacunó a su ejército electoral, mal llamado "servidores de la nación”. Igualito que aquel médico administrador de un hospital del Edomex que vacunó primero a su familia saltándose toda la fila, López Obrador se avorazó sobre las pocas vacunas que llegaron e inmunizó a sus operadores electorales. ¿Y el resto de la población? Somos tantos y tan poca la estructura humana y la infraestructura médica que cuando lleguen las vacunas se tardarán más de dos años en vacunarnos, si bien nos va, según los entendidos. Mientras tanto, Morena intentará bombardearnos con el engaño de que ya las consiguió, aunque sean pocas, como de hecho ya lo está haciendo para candidatear a sus levantadedos camarales.

Otra cosa también debe quedar claro a los sonorenses: el sistema público de Salud de Sonora, formado durante 100 años por la Trinidad gubernativa, no sirvió para proteger a los más pobres ante la covid-19, fue ineficiente, los dejó en el abandono. Sólo ha servido para mantener suficientemente sanos a los trabajadores para explotarlos durante décadas, pero cuando se presenta una desgracia mayúscula les da la espalda: que se las arreglen como puedan. Más allá de todas las declaraciones pomposas que hemos escuchado durante sexenios, hoy demostró que ha sido ineficaz, que ha desatendido a los otros enfermos humildes, los que no tienen covid: simplemente los ha dejado a su pobre poca suerte, porque no puede con más, a pesar de que tuvimos muchos meses para prepararnos.

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Al menos una cosa más, sonorenses: las ayudas y apoyos de los tres niveles de gobierno a las clases más humildes fueron prácticamente nulas: los apoyos alimenticios y monetarios efectivos durante toda la contingencia con el encierro en casa han sido y siguen siendo totalmente insuficientes y los que da el Gobierno federal han sido inconstantes, sólo abarcan una parte ínfima de la población. 

Además, menos de 6 de cada 100 empresas recibieron algún apoyo en efectivo para seguir laborando en la pandemia y conservar empleos. Y ahora que está peor el asunto, ahora que no hay ingresos suficientes para los gobiernos y que nos avisan que estamos al borde de una crisis fiscal, o sea, de ingresos, nos vuelven a echar la culpa de que si no hay reactivación económica es "porque tú sigues yendo a tus fiestas y sigues reuniéndote en familia”. El jabón para que Pilatos se lave las manos esta ocasión lo ponen las reformas de Morena. 

En síntesis: la responsabilidad del desarrollo sin control de los contagios y la letalidad se las cargan los gobiernos al pueblo, pero lo dejan sin un plan de detección mediante pruebas, sin protección, indefenso, con el sistema de salud totalmente rebasado, sin posibilidades reales de vacunación generalizada en un plazo corto como lo exigen las circunstancias, y sin apoyos efectivos y suficientes. Eso sí, con mucha demagogia y destruyendo las instituciones que podrían poner un alto a los desmanes de Morena y al silencio cómplice.

En contrapartida, Antorcha invita al pueblo a organizarse, a estudiar a fondo casos como el aquí dibujado para saber qué camino racional tomar, qué pasos legales y pacíficos debe seguir para luchar por sus sanos intereses. Antorcha lo invita a conocer sus propuestas para acabar con la pobreza en México e iniciar un proceso lo menos doloroso posible de justa distribución de la abundante riqueza mexicana, mediante los cuatro ejes que conforman nuestro programa para modernizar a México. Y en lo inmediato, a reflexionar profundamente sobre lo ocurrido en los últimos dos años para entender por qué ya no puede volver a confiar en Morena y advertir a quienes pidan su voto que no se los va a entregar si van a regresar a lo mismo.

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