MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Por qué ganamos en Huitzilan?

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La semana antepasada, el Tribunal Electoral del Estado de Puebla recibió para su análisis la impugnación del proceso electoral del municipio de Ocoyucan. Esto quiere decir que ya tiene en su poder las dos impugnaciones contra nuestros triunfos en Ocoyucan y Huitzilan. Como todo mundo sabe, los candidatos de Antorcha ganaron de forma contundente las elecciones en ambos municipios. En Ocoyucan, el Ing. Rosendo Morales Sánchez logró 5 mil 830 votos, venciendo así al panista Jesús Giles Carmona con más de mil 600 votos y al candidato morenista con más de 2 mil votos. La mayoría de la ciudadanía votó por nuestro compañero Rosendo Morales. 

En Huitzilan, la victoria la obtuvo el profesor Josué Elías Velázquez Bonilla, con 3 mil 611 votos, con los que derrotó al candidato de Morena con cerca de mil votos. Josué Elías logró un triunfo contundente con el 51% del total del electorado.

Sin importarles los resultados que los dejan en clara derrota y desconociendo que la mayoría de la población no votó por el PAN ni Morena, porque no confía en el proyecto que presentaron, los candidatos de ambos partidos en Huitzilan y Ocoyucan impugnaron las elecciones y quieren que el Tribunal Electoral del Estado anule los comicios en los que ellos perdieron.

Por eso, ambos pueblos han iniciado la defensa de sus triunfos electorales. Veamos el caso de Huitzilan. La pregunta es: ¿a qué se debe la defensa del triunfo antorchista? A que los indígenas huitziltecos entendieron que su acción organizada, producto de una conciencia política desarrollada, logró que Huitzilan dejara de ser un municipio ensangrentado, explotado y empobrecido, para convertirse en un modelo de pueblo con desarrollo indígena.

Vamos a los datos: El Inegi nos dice que, en 1970, en Huitzilan había 6,197 habitantes y 1,482 viviendas, de las que solo 222 tenían energía eléctrica y agua potable entubada; pero en 2020 el Huitzilan tiene 16 mil habitantes y el 97.8% de sus 4 mil viviendas contaba con energía eléctrica y el 96.4% con agua potable. En los 70, sólo 10 casas tenían drenaje público, ahora más de 90% tiene este servicio. Antes de la llegada de Antorcha, solo había dos tiendas de raya controladas por los caciques con las que hacían que los indígenas se endeudaran de por vida, ahora existen más de 100 negocios de la población. Antes de 1984, en Huitzilan solo había tres jardines de niños, cuatro primarias y una telesecundaria. Ahora hay 50 planteles educativos: 19 preescolares, 18 primarias, siete secundarias, cinco bachilleratos y una normal. Antes de 1985, sólo había una clínica del IMSS en Totutla y una en la cabecera municipal, ahora existen tres clínicas, 19 casas de salud y un hospital en la cabecera municipal. En las 28 comunidades existen canchas techadas y hace unos años se inauguró la gigantesca Unidad Deportiva. Antes de 1984, en Huitzilan había sólo un kilómetro de calles empedradas, ahora el 90% de sus calles es de concreto hidráulico. Antes de 1984, Huitzilan estaba comunicado con la carretera interserrana mediante una brecha de terracería que en tiempos de lluvia era intransitable, provocando la incomunicación; pero bajo los gobiernos antorchistas se construyeron dos carreteras para que Huitzilan esté comunicado, una de asfalto y una de concreto hidráulico.

Huitzilan, pues, ha progresado de la mano del Movimiento Antorchista Nacional. Hace unos años, el doctor en Economía por la London School of Economics, Abel Pérez Zamorano, dijo en un artículo publicado en la revista buzos: “Huitzilan supera su ancestral aislamiento, condición idónea de los cacicazgos”. Nuestros compañeros indígenas vuelven a darle la espalda a los caciques que asesinaron a sus familias, amigos y varios presidentes municipales durante muchos años. Saben que, gracias a su unidad sincera con Antorcha, hemos superado años de rezago y que, por eso, su municipio es un ejemplo de modelo de desarrollo indígena en Puebla y en México. Los antorchistas huitziltecos lo saben, lo defienden y ahora se lo dicen al Tribunal Electoral del Estado que revisa las impugnaciones. Ni un paso atrás: el brillo de la antorcha seguirá iluminando los caminos de la Sierra Nororiental.

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