MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Productividad, salarios y ganancias

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Con el fin del año llega la época de la negociación de los contratos entre empresas y trabajadores. Los diarios empiezan a referir las propuestas de las empresas y los sindicatos del alza del salario mínimo y otras prestaciones y a especular hasta dónde cederá uno u otro. En esta decisión uno de los factores que se cita es la productividad del trabajo.

En 1991, el producto promedio por hora trabajada en México era de 19.8 dólares; en 2022, ese mismo indicador fue de 18.8 dólares a precios constantes; es decir, descontando ya la inflación para hacer las cifras comparables. A lo largo de esos 31 años sólo en siete se rebasó el nivel de los 20 dólares por hora trabajada: en los años 2000, 2001, 2003, 2004, del 2016 al 2018. Es decir, en 31 años la productividad del trabajo en México no varió significativamente, tuvo un crecimiento de 0%. Entre los países de la OCDE, el promedio del producto por hora de trabajo es casi tres veces el de México, 55 dólares por hora de trabajo; en el periodo que abarcan los años 2000 y 2019, la productividad creció 25%; en 2022 la productividad ya recuperó el nivel que registró en 2019, el nivel previo a la pandemia. México es el segundo país entre los que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con peor nivel de producto por trabajador, sólo después de Colombia, país que no obstante su rezago registró en los últimos 20 años un incremento de 40% en la productividad por hora de trabajo.

La productividad por hora de trabajo permite dimensionar qué tan eficientemente se emplea a los trabajadores. El parámetro de eficiencia es histórico, depende del nivel de desarrollo que tenga la tecnología más avanzada y su nivel de difusión entre las actividades y las empresas. Este indicador permite comparar la capacidad productiva en su unidad más básica y estándar a saber, la hora de trabajo, así como su evolución, o sea, qué tanto dicha capacidad se incrementa o disminuye. Como mostramos más arriba en México, la capacidad productiva se halla muy atrás del promedio de las economías más ricas y además no crece, está estancada.

Ahora bien: ¿de qué depende que una hora de trabajo de un trabajador promedio en Chile sea más productiva -produzca más valor- que la de un trabajador promedio en México? ¿La productividad por hora de trabajo depende actualmente de los trabajadores? Es decir, ¿la productividad promedio por hora de trabajo, por ejemplo, de Chile, es mayor que la de México porque los trabajadores chilenos son más inteligentes, talentosos, educados o trabajadores que los mexicanos?

La ciencia económica ha demostrado que el factor determinante de la productividad por hora de trabajo es el nivel de automatización que tiene la empresa. La automatización de la producción permite potenciar la capacidad productiva del trabajo mediante las máquinas que multiplican en volumen y velocidad la actividad de un ser humano, así como profundizar la división del trabajo y la especialización del trabajo.

Pero, disponer las condiciones materiales de un proceso de producción no puede ser tarea de los trabajadores. Esta es tarea de quien dispone del capital para montar una empresa, hacerse con la maquinaria y materia primas necesarias y, luego, contratar a los trabajadores que la pongan en marcha. Es tarea del capitalista. El empresario es el que determina el nivel de productividad por hora de trabajo de la empresa. Y son ellos los que a fin de cuentas se beneficiarán directamente del nivel de la productividad. En México, a falta de desarrollo de la productividad, se ha echado mano de alargar la jornada de trabajo. Mediante este mecanismo el diferencial de productividad del trabajo de México y de los países de la OCDE se reduce notablemente.

No obstante que las ganancias de productividad redundan en beneficios directos de los capitalistas, también crean las condiciones para que una sociedad tenga la posibilidad de elevar las condiciones de vida de su población entera. Por tanto, no puede ser tarea exclusiva de los capitalistas, el estado ha de crear los incentivos y los mecanismos para desarrollar la productividad. Ni el estado ni los empresarios mexicanos han cumplido esta tarea. A los trabajadores les corresponde defender su derecho a tener una vida digna. Sólo lo pueden hacer si luchan de manera organizada. Esa sí es su tarea.

 

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