MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Programas Contigo: copia electoral que perpetúa la desigualdad

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En los últimos años, los Programas Contigo del Gobierno del Estado de Querétaro han sido promovidos como una solución para atender a las personas en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, una revisión crítica revela que su verdadero objetivo no es resolver los problemas de desigualdad social, sino replicar, con fines electoreros, las estrategias de los Programas del Bienestar impulsados por la administración federal de la Cuarta Transformación (4T). 

Este modelo no sólo es insuficiente, sino que también refuerza las desigualdades estructurales inherentes al sistema capitalista.

El enfoque asistencialista de los Programas Contigo no transforma las condiciones de fondo que perpetúan la desigualdad, sino que refuerza el statu quo del sistema capitalista.

Los Programas Contigo abarcan acciones como la entrega de despensas, apoyos para madres solteras y ayudas económicas para adultos mayores, buscando impactar directamente a los sectores más necesitados. Aunque esto podría parecer positivo, las cifras reflejan otra realidad.

De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en Querétaro, el 29.6 % de la población vive en situación de pobreza, y el 4.6 % en pobreza extrema. A pesar de los programas estatales, estas cifras han mostrado poca variación en los últimos años, lo que pone en entredicho su eficacia.

La similitud entre los Programas Contigo y los Programas del Bienestar no es casualidad. Ambos se centran en la entrega de recursos directos, que, aunque paliativos, generan dependencia y fidelidad electoral.

Esto no es una casualidad, sino una estrategia calculada para asegurar votos en las elecciones, en lugar de abordar las causas profundas de la desigualdad.

El enfoque asistencialista de estos programas ignora las raíces estructurales de la desigualdad. Las transferencias monetarias o en especie pueden aliviar temporalmente las carencias, pero no generan cambios significativos en la distribución de la riqueza ni en las oportunidades.

Por ejemplo, mientras el gobierno estatal presume haber entregado más de 500 mil apoyos a través de Contigo en 2023, el Producto Interno Bruto per cápita del estado sigue mostrando una brecha considerable entre las zonas urbanas y rurales.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en municipios como Arroyo Seco o Landa de Matamoros, el ingreso promedio mensual por hogar es menos de la mitad del que se registra en Querétaro capital. Estos datos evidencian que los programas focalizados no transforman las condiciones de fondo que perpetúan la desigualdad.

El problema fundamental radica en el sistema capitalista que genera una distribución desigual de los recursos y las oportunidades. Las políticas de caridad disfrazadas de justicia social no abordan esta raíz del problema. Desde una perspectiva de lucha de clases, es claro que tanto los Programas Contigo como los del Bienestar de la 4T están diseñados para mantener el statu quo, evitando cuestionamientos al modelo económico dominante.

Cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señalan que México es uno de los países con mayor desigualdad en la distribución del ingreso. En este contexto, los programas asistenciales, aunque necesarios como paliativos inmediatos, no pueden reemplazar una reforma estructural que incluya una política fiscal progresiva, mayores inversiones en gasto social y estrategias de generación de empleo digno.

El Movimiento Antorchista propone un modelo alternativo que va más allá del asistencialismo. Este incluye una redistribución equitativa de la riqueza mediante impuestos justos para los grandes capitales, el incremento sustancial del salario mínimo y una inversión masiva en infraestructura social y educativa para cerrar las brechas de desigualdad.

Para transformar la realidad de millones de mexicanos, no basta con programas que buscan calmar el descontento social y ganar votos. Es necesario un cambio de sistema que ponga a las mayorías trabajadoras en el centro de las políticas públicas. Sólo así podremos avanzar hacia un país más justo, donde la pobreza no sea la condición de vida de tantos y las soluciones sean verdaderamente estructurales.

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