Existe un discurso muy trillado por todos los políticos cuando se encuentran en una tribuna, cuando hablan del desarrollo, empuje y prosperidad de México, que los jóvenes son el futuro de nuestro país, pero, ¿Qué tanto apoyo recibe la juventud mexicana?
Según el Coneval, en México, se estima que hay 55.7 millones de personas en situación de pobreza y, de ellos, más de la mitad (37.1 millones) son adolescentes y jóvenes menores de 18 años de edad, esto debido a que no existen políticas para generar un número suficiente de empleos decentes, a fin de dotar a los jóvenes de las competencias necesarias para ejercerlos plenamente, la mala calidad de los empleos entre la juventud se manifiesta en las condiciones de trabajo precarias, la falta de protección jurídica y social en nuestro país piden experiencia laboral (por más insignificante que este sea).
Un joven regularmente se lanza al mercado del trabajo sin experiencia alguna, por obvias razones, y este es aprovechado por los dueños del capital, por el mismo sistema es evidente que no se está aprovechando todo su potencial, aunque estos estén contribuyendo a la economía a través del trabajo no remunerado.
Esto refiriéndome al campo laboral, pero también está el factor educación. La educación, antes de la pandemia, era mala, los planes y programas son tomados de otros países que no encajan en el nuestro, porque todos tienen particularidades, pero después de esta grave crisis sanitaria, la situación para nuestros estudiantes en general (para nuestros jóvenes en particular) supone un retraso en su aprendizaje y capacitación, nuestras escuelas carece de espacios dignos, las herramientas son insuficientes, existe poco apoyo gubernamental para poner en práctica lo que en las aulas se les da como teoría, esto por un lado (la educación oficial), pero recordemos que en nuestro país nada se mueve si no es aprobado por el sistema que nos rige.
En el gobierno de la 4T estamos viendo una grave manipulación hacia nuestra juventud, comprándoles su conciencia, haciéndolos pocos creativos, quitándoles la naturaleza de su etapa (rebeldía), el famoso programa Jóvenes Construyendo el Futuro que consiste en dar un apoyo mensual a personas de entre 18 y 29 años de edad que no estudian ni trabajan; reciben $5,258.13 al mes, para según fortalecer sus hábitos laborales y competencias técnicas para incrementar sus posibilidades de empleabilidad a futuro, pero lo curioso que este dinero se da prestando servicio a una empresa o estando en talleres produciendo con sus manos alguna mercancía, es decir, durante un año, están siendo explotados y una vez concluido ese año de capacitación, si la empresa decide contratarlos lo hace y si no, los lanza nuevamente al ejército industrial de reserva, esta explotación de nuestra juventud disfrazada de ayuda es la que tiene a nuestra juventud atada de manos, es lamentable que se juegue de esa manera con la necesidad y falta de realmente apoyo para nuestra juventud en el ámbito laboral y educativo.
Estoy convencida que en nuestra juventud está el futuro de México, pero este futuro debe construir una juventud aguerrida, entusiasta, pensante, impetuosa y con herramientas necesarias para aportar al buen desarrollo del país, que mucha falta hace, necesitamos a nuestra juventud decidida realmente a ayudar a su pueblo. Mario Benedetti dice en una famosa poesía: “a los jóvenes les queda hacer futuro a pesar de los ruines del pasado y lo sabios granujas del presente”
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