A nadie le queda duda que cualquier acto que atenta contra la vida es atroz, cuanto más si se hace consiente y alevosamente. La ciudadanía medianamente informada sabe de los violentos ataques de los que son víctimas civiles en países como Siria, Ucrania, Irak, Afganistán, y otros tantos. Sabe incluso de otros igual de viles como los ataques con bombas colocadas en puntos donde existe cantidades considerables de concentración de personas en ciudades como Kabul, San Petersburgo, Alejandría, Gharbia o Boston, por ejemplo. Todos estos casos nos horrorizan y causan indignación, los reprobamos tajantemente sin dar cavidad al mínimo intento de justificar la acción, misma que vemos lejana por tratarse de hechos ocurridos en otros países; sin embargo, la realidad es que en nuestro país tampoco estamos exentos.
El pasado 24 de marzo, un comando equipado con armas de alto calibre, a las que no acceden los ampones vulgares, tomaron por asalto las instalaciones de los trabajadores del sindicato de la empresa TAMSA, ubicada en el Puerto de Veracruz. El saldo de tan cruento ataque fue de dos obreros muertos, Pedro Cruz Maldonado y Margarito Molina García, y uno de los policías que resguardaban el local por órdenes del Gobierno del estado, además de 14 heridos de bala.
La madrugada del 29 de abril, en Tijuana, Baja California, 200 familias de escasos recursos que vivían tranquilamente en el Polígono 6 del Ejido Ojo de Agua, fueron atacadas con alevosía por un grupo de alrededor de 100 malandros, equipados con maquinaria pesada, gasolina para incendiar las endebles casas y algunos con armas de fuegos, quienes dejaron como saldo de dicho ataque un joven obrero muerto, decenas de heridos y una gran cantidad de casas destruidas.
El domingo 14 de mayo, un grupo de ocho personas asaltó y allanó las oficinas del Movimiento Antorchista en la colonia Balcones del Sur, ubicada en la capital del estado de Puebla. Afortunadamente de este hecho no resultó ninguna víctima mortal, puesto que todos los activistas se encontraban en una asamblea popular presidida por el Secretario General del Movimiento Antorchista. Pues bien, el objetivo de este acto es claro, tratan de intimidar al antorchismo poblano para que cejemos en nuestra lucha, puesto que no se trata de un asalto a casa habitación común y corriente.
Esta serie de ataques, por tratarse de lugares distantes entre sí, podría parecer a simple vista como hechos aislados; sin embargo, al hacer un análisis más profundo, detallado, nos damos cuenta que se dan en momentos y lugares donde al antorchismo ha brindado su respaldo a la clase depauperada para que se le haga justicia sin dejarla a su suerte en un sistema como el de nuestro país que sabemos, no es precisamente destacado por bridarla pronta y expeditamente.
El apoyo y respaldo que brinda el Movimiento Antorchista ha penetrado en la conciencia de la gente, las hace sentir seguras bajo la llama que los ilumina en una sociedad llena de injusticia que obscurece cualquier sendero de tranquilidad y paz para la clase proletaria, por eso, al conocer a la organización de los pobres de México, más y más personas continúan sumándose a sus filas en busca de una patria más justa y más humana para la clase trabajadora, donde ellos puedan gozar de la riqueza que generan.
Este crecimiento acelerado que ha tenido el antorchismo en los últimos tiempos no le ha gustado a ciertos grupos encumbrados en el poder que ven como suyos los cargos públicos, los lugares que gobiernan, a la gente a se supone deberían representar para brindarles mejores condiciones. Ese crecimiento del antorchismo es el que respalda nuestra lucha por algunos cargos públicos que usamos sólo como herramientas para llevar progreso y desarrollo a las familias depauperadas. En ese contexto, Antorcha ha manifestado su intención de convertirse en un partido político, en la voz del pueblo pobre, del pueblo trabajador para cambiar el actual derrotero del país que tiene a alrededor de 100 millones de mexicanos ahogados en la pobreza y eso, es precisamente lo que a más de uno no le agrada, porque hay quienes están de acuerdo en la actual e injusta forma de repartir la renta nacional, beneficiado sólo a unas cuantas familias.
Por ejemplo, en la colonia Balcones del Sur, principal bastión antorchista en el sur de la Angelópolis, cuenta con todos los servicios básicos, una cadena de infraestructura educativa que va desde el preescolar hasta el nivel superior, un importante centro de salud, un auditorio público, además ahí se construye la tercera etapa de una imponente unidad deportiva y una importante casa de cultura. ítem más, cuenta con todas sus calles pavimentadas. Obras que benefician no solamente a los antorchistas, sino también a todas aquellas personas que necesiten de estas.
Este desarrollo es el que busca replicar el Movimiento Antorchista en los diferentes núcleos poblacionales depauperados, antorchistas y no antorchistas ¿dónde está pues nuestro crimen? ¿Cuál es nuestro pecado? ¿Es que acaso está mal por lo que Antorcha trabaja todos los días desde hace 43 años? Si el día de hoy buscamos tomar el poder político, es porque en todo el tiempo de vida de nuestra organización, la clase gobernante y su partidocracia han puesto de relieve su ineficiencia, su incapacidad para gobernar justamente, y la realidad exige un gobierno diferente, uno popular, emanado de las entrañas del pueblo capaz de bienestar a los 100 millones de pobres.
¿Qué sucederá entonces?, la respuesta en obvia, no vamos a recular, no nos amedrentaremos, por el contrario, arremeteremos con más fuerza, con más coraje para seguir trabajando y hacer crecer cada vez más y más al Movimiento Antorchista hasta poner de pie a ese gigante que es el pueblo proletario organizado como un solo hombre para derrocar al gigante de la pobreza, aunque en ello se nos vaya la vida, porque sabemos que nuestra lucha no sólo es justa, sino necesaria.
¿Quién se esconde, pues, detrás de estos cobardes ataques? Creemos, por las condiciones en que se llevaron a cabo, como dije antes, que se trata de grupos de poder que ven al antorchismo como una amenaza para su feudo, para sus intereses mezquinos, y en el caso de Veracruz y Baja California, pese a saber quiénes son los autores materiales e intelectuales, se puede apreciar que incluso ellos, son sólo piezas a las que alguien más les mueve los hilos. Por tanto, exigimos que se haga justicia, que se aplique la ley. Nosotros, el Movimiento Antorchista Nacional, como se ha explicado en reiteradas ocasiones, no tenemos enemigos personales, nuestro enemigo es la pobreza, y si alguien quiere acabar con la existencia de Antorcha, primero tendrá que hacerlo con la galopante pobreza que campea en nuestro país y lacera al pueblo mexicano; mientras no suceda lo contrario, seguiremos luchando, organizado y concientizando a la clase depauperada. Que conste.
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