* No hay agua en Cuitláhuac, pero en Angelópolis hasta hay cascadas de adorno
Puebla, Puebla. Los problemas que aquejan a los poblanos son muchos, son los mismos de los que sufren los mexicanos en el resto del país. Problemas que fácilmente se podrían resolver, si hubiera trabajo serio y voluntad de los gobernantes o presidentes municipales.
La falta de servicios básicos es el problema principal de millones de familias: la falta de agua potable, drenaje, electricidad, pavimentación, escuelas, clínicas de salud y otros, son un factor que, por lo tenerlo, empeora la calidad de vida de los habitantes de cualquier comunidad.
Y para muestra un botón: ubicada al sur de la capital de Puebla, en la colonia Cuitláhuac, viven mil 500 habitantes, y es una de las tantas zonas olvidadas por las autoridades, tanto estatales como municipales. Esto frena el desarrollo de los habitantes.
El grado de marginación es tan alto que viven en constante incertidumbre, agravándose en temporada de lluvias, ya que la mayoría de las casas carecen de infraestructura que pueda evitar una tragedia. Pero no solo es la falta de una vivienda digna la que aqueja a los habitantes; la vida tan precaria que viven al no contar con los servicios básicos elementales disminuye la calidad de vida y frena el desarrollo tanto intelectual como económico. Además de no contar con el servicio de transporte público, forzándolos a caminar largas distancias hacia la carretera principal, cuestión que deriva otros problemas, entre ellos la inseguridad.
A pesar de que los habitantes de esta localidad han solicitado, en varias ocasiones, la intervención de las autoridades, estas han optado por la política de oídos sordos, dejando en el olvido a esta y otras colonias populares de Puebla.
Katia Navarro, habitante de la Cuitláhuac desde hace más de siete años, nos cuenta que ya han agotado todos los medios para que el gobierno otorgue el presupuesto necesario para la introducción de servicios básicos.
“Hemos solicitado el apoyo del gobierno estatal y municipal para que equipen el pozo de agua, esa es la principal carencia que tenemos, porque ninguna pipa quiere entrar y prestar el servicio. Argumentan que por las condiciones del terreno es imposible entrar y no quieren tener un accidente o percance”.
“Nos hace falta red de drenaje, pavimentación de calles. Hemos sido discriminados por el simple hecho de ser una colonia antorchista. Tenemos que caminar más de un kilómetro para tomar el transporte público, siempre con el temor de ser víctimas de la delincuencia. Es malo seguir en estas condiciones, el gobierno dice que no hay recursos, pero eso es mentira y lo saben. Somos vecinos de los fraccionamientos de Angelópolis y, si hacemos un recorrido solo por el camino que conecta a Santa Clara Ocoyucan, podemos ver que ellos sí tienen todos los servicios: no sufren de agua, es más, cuentan con unas cascadas como adorno del lugar, mientras las colonias populares se encuentran sin agua. El grado de desigualdad es tan grande que es muy evidente. Solo pedimos lo justo, no pedimos imposibles, queremos que nos resuelvan esta y otras necesidades. E invitamos al gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, y al edil, Eduardo Rivera, para que vengan a ver cómo vive la gente que en sus campañas llamaban a unirse para cambiar la situación de todos”.
Esta es la realidad de muchas familias que viven en las colonias de la periferia de la capital poblana, personas que tienen una historia que contar y que se asemejan por la falta de oportunidades por mejorar su entorno sufriendo discriminación, olvido, indiferencia por parte de las autoridades de los diferentes niveles de gobierno.
“Debemos de unirnos, como ciudadanos que de algún modo pasa por una situación similar, para poder cambiar las condiciones de todos los poblanos. Solo un pueblo consciente de quién es el principal precursor de los males que lo aqueja es capaz de lograr un cambio en la sociedad”, expresó Navarro.
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