Los antorchistas del municipio de Guanajuato, insistimos reiteradamente, por los cauces institucionales que fueron establecidos por el propio alcalde Alejandro Navarro Saldaña, en la urgencia, porque ese es el carácter que tienen varios de los problemas planteados, de ser atendidos por su persona, que representa la más alta autoridad de esta ciudad capital, para concretar los acuerdos que con él tomamos en los últimos días del mes de enero del año en curso, en relación a problemas que afectan a cientos de familias, pertenecientes todas, a la geografía capitalina.
Esperamos con toda paciencia tres meses y la entrevista no se concretó, después de este tiempo, fue que decidimos hacer uso de nuestras Garantías Constitucionales, de petición, organización y libre manifestación, por lo que nos vimos en la imperiosa necesidad de salir a las calles el 28 de abril, así como el 5 y 19 de mayo para insistir en ser escuchados y atendidos directamente por el presidente municipal, porque los funcionarios que nos recibieron ante las manifestaciones, no pudieron dar respuestas puntuales y concretas a varios de nuestros planteamientos. Por fin, se establecieron las 13 horas de día 27 del mes que corre, para que el Lic. Navarro atienda a una comisión representativa de las diferentes colonias y comunidades demandantes.
Queremos dejar de manifiesto ante la opinión pública en general, que acudiremos de manera pacífica y respetuosa, como es nuestra convicción, esperando que los acuerdos establecidos se cumplan y se respeten, porque resolverán problemas muy sentidos de humildes familias que durante décadas han sido ignoradas por las autoridades de los distintos órdenes de gobierno y, en el mejor de los casos han sido atendidas de manera superficial sin la intención de terminar de raíz con los problemas demandados, tal es el caso que hoy se presenta, por ejemplo, con la rehabilitación de los caminos a las comunidades de Molineros y El Limón, a los que ya se les dio una raspada con la moto conformadora, pero, lo que realmente se requiere es que se desvanezcan las pronunciadas pendientes y se revistan con material como el tepetate para que verdaderamente sean funcionales.
De parte de los habitantes de estas comunidades existe la disposición de aportar estos materiales como se estableció con la dirección de obras públicas, pero, no han sido requeridos por la dependencia, por eso solicitamos ser partícipes de las decisiones y del trabajo que se realicen en estos caminos, queremos aclarar que no se trata de un capricho, sino, del deseo genuino de contribuir en la medida de nuestras posibilidades, para no quedar incomunicados ante la proximidad de las lluvias.
El otro problema sumamente preocupante es la construcción de las aulas en la escuela primaria Benito Juárez de la comunidad de El Zangarro, que no tiene la capacidad de recibir a los pequeños que terminan su preescolar y a los cuales se les ha condenado prácticamente a no cursar su educación primaria, al pretender que acudan a las escuelas de las comunidades aledañas, que en el mejor de los casos, para llegar caminando, tendrían que hacer un recorrido de una hora. Para nadie es desconocido, que el desastre en que el gobierno federal tiene al Sistema Educativo Nacional, ha provocado una deserción escolar impresionante, situación que se agudizó por la pandemia. Es por eso, que los padres de familia de este centro educativo no quieren que sus hijos sean parte de la estadística nacional, estatal y municipal, cada vez más alta, de la deserción escolar y el rezago educativo, que en el municipio ronda el 15% de la población.
Hoy, nuestro país está padeciendo un sexenio de terror, con el gobierno de la 4T que nos tiene al borde del colapso en prácticamente todos los aspectos de la vida social y política, empezando por la falta de crecimiento y desarrollo económicos, la mayor inflación de los últimos 21 años, la falta de generación de empleos, que en conjunto han producido casi 4 millones de nuevos pobres; la inseguridad en el nivel más alto de la historia moderna, somos una sociedad que se desangra todos los días, así lo evidencian los más de 120 mil homicidios dolosos, el alto índice de feminicidios, los más de 35 mil desaparecidos, los más de 50 periodistas asesinados y, en contraparte, los criminales sin ser tocados ni con el pétalo de una rosa, sino, todo lo contrario, actuando con una impunidad total; un Sistema de Salud en banca rota, que nos tiene como el quinto país con más muertes por el pésimo manejo que se le dio a la pandemia, con el problema no resuelto del desabasto de medicinas para los enfermos con cáncer y otras enfermedades crónico-degenerativas como el V.I.H, la diabetes y un largo etcétera; una corrupción a todo lo que da, encabezada por el círculo más íntimo y cercano al presidente, aunque éste diga lo contrario; la falta de obras de infraestructura básica en comunidades y colonias de todo el país; así como, una política dictatorial, torpe y demagógica, que tiene confundidos a varios millones de mexicanos todavía.
La política mexicana debe cambiar a todos los niveles y en cada rincón de nuestra patria, para ello es necesario dejar atrás las promesas demagógicas y encarar con seriedad y conocimiento los grandes problemas nacionales, estatales y municipales. Hay que limpiar, dignificar y eficientar el quehacer público. De lo contrario, seguiremos en el rezago, en el subdesarrollo, en la pobreza y en la falta de justicia social; y la desconfianza ciudadana hacia los políticos crecerá hasta convertirse en franca rebeldía. En ese momento, el caos y el desastre harían su aparición.
En la capital guanajuatense, Alejandro Navarro tiene la palabra. Que conste.
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