Hace unos días dirigí mi opinión al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para pedir que de manera urgente se implementara en México un programa de distribución de alimentos para las familias más pobres de Chiapas porque es evidente que con el paso de los días, las cosas se iban a agravar. Por otro lado, invité a todos los mexicanos a unirnos para pedir que, en lo inmediato, el mandatario protegiera a sus conciudadanos de la crisis económica que ha llegado a todas las familias mexicanas.
Hoy la realidad alcanzó a Chiapas al trascender la lamentable muerte de una enfermera, originaria de Pijijiapan y trabajadora del Hospital Regional de Alta Especialidad "Ciudad Salud" de Tuxtla Gutiérrez, quien, cumpliendo con su deber profesional, fue contagiada del covid-19. Así como ella, el estado ha registrado varias víctimas debido a la falta absoluta de equipo especial para la protección de los doctores, enfermeras (o) y de todo el personal que labora en el sistema de salud público del país.
En este mismo contexto las manifestaciones por parte de las familias cada día son más constantes, ciudadanos que piden apoyos económicos o en especie para enfrentar la cuarentena por el coronavirus, porque la necesidad para sobrellevar la pandemia es una realidad. Las familias no cuentan con una vivienda digna, las comunidades y municipios carecen de dos y más servicios básicos, desempleo, inseguridad y hambre.
En México, vivimos bajo las indicaciones sanitarias del presidente López Obrador, quien por todos los medios ordena a los mexicanos quedarnos en casa, lavarnos las manos constantemente, usar cubre bocas, guantes; pero no hay forma de acatar las indicaciones porque las familias no cuentan con el ingreso para implementarlas y el gobierno no ejerce los recursos económicos para que la gente pueda llevar al pie de la letra las indicaciones.
Gran parte de la población en Chiapas (76.4 por ciento de sus habitantes) viven amontonados en una vivienda de uno o dos cuartos; no se dice qué van a comer quienes ganamos el sustento con nuestro trabajo diario ya no podremos hacerlo porque es vano salir a las calles a buscar quién nos dé empleo porque los negocios están encerrados y los pocos que quedan venden en menor cantidad. Muchas de las necesidades no podrán resolverse por la contingencia. El gobierno ignora las demandas que son necesarias porque creen tener la absoluta verdad. Nos dan el domicilio de los hospitales, pero no nos dicen que allí no hay nada con qué atendernos, porque se carece del equipo mínimo. Otras graves decisiones son tomadas a nuestras espaldas, sin tomarnos en cuenta a los directamente afectados por ellas.
Haciendo uso de este medio, nuevamente me dirijo al Presidente de la República para unirme al llamado y exigencia que los millones de familias han demandado, al pedir que en esta fase número tres de la contingencia se implemente enserio un plan de distribución de alimentos y de equipos médicos, para enfrentar la problemática que se ha convertido en una molestia más aguda porque el presidente sigue sin dar las condiciones a las familias.
Sabemos y nos hemos informado que, aunado a los problemas sociales, cada día son más grandes la lista de infectados que no cuentan con las condiciones dignas de recuperación, pero creo se vuelve más grande la lista de los chiapanecos, que se han quedado sin empleo, que no pueden salir a vender su cosecha, que sufren las necesidades básicas y que se han quedado sin el ingreso económico para llevar el alimento a sus hogares. Señor Andrés Manuel, hay hambre en México, y es urgente que escuches las sabias palabras del pueblo que pide un programa de alimentos que permitan sobrellevar la covid-19.
En lo que cabe, mis queridos lectores, he de recordarles que los antorchistas del país, estamos dispuestos a brindar todo el apoyo que podamos y que esté en nuestras manos para no detener la lucha por conseguir que las familias vivan en mejores condiciones; aunque haya personas que nos señalen de oportunistas, sabemos y tenemos claro que nunca lo hemos sido, que, por el contrario siempre, con las sabias palabras de nuestro líder nacional, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, hemos prevenido al pueblo e incluso, al presidente en tiempo oportuno. Los organizados en Antorcha nos mantenemos en el deber de prestar la ayuda para proteger de todos los mexicanos.
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