MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sobre la utilidad del arte en la lucha de los pobres

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Es necesario devolver a sus orígenes el arte, al pueblo que es donde nació históricamente y es el verdadero semillero de talentos. Recientemente realizaron una gira de trabajo los Grupos Culturales Nacionales del Movimiento Antorchista por el sureste mexicano, para mostrar su talento y conmover a los espectadores que acudieron a presenciarlos de manera totalmente gratuita a las plazas públicas de las ciudades de esa región, e incluso a colonias y comunidades marginadas donde hace trabajo nuestra organización.

Por otra parte, la Comisión Cultural del Regional Norte, se encuentra impartiendo en San Luis Potosí un Taller de Música a cargo de maestros de la Comisión Nacional Cultural; eventos que merecen no sólo el reconocimiento, sino además son dignos de una reflexión para los tiempos que corren.

Tropezando accidentalmente con un escrito del artista Óscar Wilde, en cuyas primeras páginas, desde mi punto de vista, hace severas, pero no menos justas críticas a la forma en que algunos, bajo el capitalismo cuyas relaciones sociales de producción, sobre todo en su modelo neoliberal, provocan concentración desmedida de la riqueza, producida por la sociedad, en pocas manos dejando a muchos millones en pobreza extrema o pobreza a secas, aún a quienes cuyos salarios por altos que sean, jamás podrán igual en proporción a la ganancia de los patrones, obtenida mediante la plusvalía dejada por los trabajador durante el proceso productivo, que hoy en día es, al mismo tiempo, proceso de valorización de las mercancías.

Señala el autor de cuentos como El príncipe feliz y El gigante egoísta, en su obra El Alma del Hombre bajo el Socialismo, que: “En el hombre, las emociones se suscitan más rápido que la inteligencia…De esta forma, con admirables, aunque mal dirigidas intenciones, en forma muy seria y con mucho sentimiento, se abocan a remediar los males que ven. Pero sus remedios no curan la enfermedad: simplemente la prolongan. En realidad, sus remedios son parte de la enfermedad…Tratan de resolver el problema de la pobreza, por ejemplo, manteniendo vivos a los pobres; o como lo hace una escuela muy avanzada, divirtiendo a los pobres… Así como los peores dueños de esclavos fueron los que trataron con bondad a sus esclavos EVITANDO ASÍ QUE LOS QUE SUFRÍAN EL SISTEMA TOMARAN CONCIENCIA DEL HORROR DEL MISMO Y LOS QUE OBSERVABAN LO COMPRENDIESEN…”

Es necesario devolver a sus orígenes el arte, al pueblo que es donde nació históricamente y es el verdadero semillero de talentos. Recientemente realizaron una gira de trabajo los Grupos Culturales Nacionales del Movimiento Antorchista por el sureste mexicano, para mostrar su talento y conmover a los espectadores que acudieron a presenciarlos de manera totalmente gratuita a las plazas públicas de las ciudades de esa región, e incluso a colonias y comunidades marginadas donde hace trabajo nuestra organización.

Suponiendo sin conceder que fuera cierto que a la autoproclamada 4T, la impulsaran algunas “admirables” intenciones, estaríamos ente la misma prolongación de la enfermedad que lastima hace tanto, y cada vez más, al pueblo mexicano, llamada pobreza.

El antorchismo insiste en llevar verdadero arte al pueblo, para que éste no sólo lo aprecie y disfrute como mero espectador, llevándose al término de una función lecciones importantes de todo tipo, hasta políticas, y un más elevado espíritu, presencia del ánimo, nuevos valores, además de la sensibilidad conmovida, haciéndose de esta manera un poco más humano al contacto del goce estético producido por las bellas artes; sino además, para que el pueblo mismo haga arte, para que el mismo pueblo practique, cree arte, y esto no sólo como un acto mero acto de justicia social devolviéndole algo que de por sí es suyo.

Sino sobre todo, porque el arte al requerir de una cierta dosis de abstracción, de un esfuerzo mental necesario para entender y comprender cosas que no se perciben con el sentido común, ayuda a entrenar el pensamiento para hacerlo capaz de descubrir los nexos causales que existen entre los fenómenos de diversa índole, que no son apreciables a simple vista, o por medio de los sentidos; como es el caso de realidades como en las que están inmersas las mismas masas empobrecidas, pero a las que no identifica porque no dispone de las herramientas necesarias para hacerlo, desde luego que no por culpa de ellas, sino porque nadie se las ha proporcionado, pues no ha sido nunca  interés de las clases dominantes enseñárselas a quién pueda utilizarlas en beneficio de toda la sociedad lo que conduciría a dejar de perseguir la ganancia individual y, por tanto, a la concentración excesiva de la riqueza en tan poquísimas manos como hasta ahora.

Su propia vida como clases empobrecidas, que no cuentan más que con su fuerza de trabajo para vender a cambio de un mísero salario, las mantiene atadas por la necesidad y apremio económico constante, a su vida carente de todo: comida, salud, educación, servicios, vivienda, etcétera, hasta del tiempo y condiciones indispensables para la reflexión profunda o elementos racionales necesarios para conocer la realidad de su existencia. Y el arte, puede y debe desempeñar esta función. Por eso, en Antorcha, promovemos y hacemos verdadero arte, como herramienta necesaria para la transformación de los hombres para que sean capaces de transformar la sociedad, en una más justa y equitativa para todos.

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