Muchas películas de Hollywood, sobre todo americanas, basan su narrativa en la historia de un informante que, para obtener protección e indulto de las autoridades, delata con lujo de detalle, con nombre y apellido, a grupos criminales, mafiosos o corruptos exponiendo la vida interna de
Así, la cultura norteamericana tiene como referente de justicia la figura de testigo protegido.De acuerdo con el diario La Razón: "La manera más eficaz que han utilizado las Fiscalías de Estados Unidos para armar los expedientes ha sido con información por medio del programa de testigos protegidos".
Hoy, en México, el caso más mediático y controversial en materia de justicia es precisamente, un formato importado desde las tierras del Tío Sam, el de un testigo protegido: las acusaciones de Emilio Lozoya que apuñalan directo al corazón a la "mafia del poder" y levantan la bandera "anticorrupción" y pro AMLO echando las campanas al vuelo como un logro mayor en su administración, que sacia la sed de justicia que el pueblo mexicano aclama como en el coliseo romano.
Sin embargo, hay que interpretar el mensaje de fondo, la forma y la esencia.En manos de la 4T, este modelo de justicia se ha vuelto un circo mediático, un as bajo la manga por parte del gobierno federal para distraer la atención; un caso lleno de omisiones tan evidentes que hacen del sistema de justicia mexicano un chiste mal contado.
Omisiones tan claras como la participación de Ricardo Salinas Pliego en los fraudes y sobornos; evidencias que han sido ignoradas por la 4T y la mano justiciera de AMLO, protegiendo a Salinas Pliego, que forma parte de su consejo empresarial y círculo cercano.¿Qué tipo de justicia es entonces la que propone la 4T? Una justicia de circo, de conveniencia.
En su afán de chantaje y control, Andrés Manuel López Obrador confunde la justicia con el circo mediático en el que se ha trastornado el caso Lozoya.México no merece más farsas.La crisis económica se agudiza, el desempleo crece y no hay respuestas claras al desastre nacional.Sin duda, este escándalo es un as bajo la manga para distraer la atención de propios y extraños.
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