MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Trabajo de maestros antorchistas debe reconocerse por la Secretaría de Educación de Quintana Roo

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Se habla mucho de cuál es el verdadero papel del maestro, y considero que es el de educar a los niños y jóvenes de nuestra patria, pero en la perspectiva de la realidad social. Hay dos formas de educar al individuo, una para que se adecue al sistema en el que vive o bien para que transforme sus condiciones, y en mi opinión, el maestro debe de educar al individuo para transformar las condiciones en las que vive.

Las condiciones en las que vive ya no le permiten al futuro profesionista, al futuro educando, encontrar alternativas para poder desarrollarse ampliamente, ni para poder gozar de condiciones de sobrevivencia que favorezcan su desarrollo. Si nos atenemos a la realidad del país y del estado, encontraremos que esta realidad está hablando de un grave porcentaje de desempleo; los sueldos que se pueden lograr en este sistema no permiten la sobrevivencia en condiciones mínimas favorables. Precisamente, la lamentable deficiencia en cuanto a poder tener un empleo digno, obliga a muchos maestros, así como a muchos otros profesionistas, a emigrar a otras entidades o países y abandonar completamente su carrera, renunciando a su profesión de docente para dedicarse más bien a sobrevivir.

Sin presunción, he de decir que, los maestros antorchistas a pesar de todos los problemas laborales y económicos con los que se topan, son hombres y mujeres dispuestos a superarse día a día, son disciplinados, estudiosos, trabajadores; son gente comprometida con su labor educativa que trata de allegar una preparación, una educación multifacética para que pueda ofertar a sus alumnos todas las posibilidades que estén a su alcance y se logren desarrollar. Son docentes visionarios, sensibles, que están preocupados por educar a los muchachos, no en la pasividad sino en la reacción, en el movimiento, en la transformación, en el deseo de hacer cosas mejores, de contribuir para que este país salga adelante.

Han contribuido en la educación de cientos de niños y jóvenes de colonias humildes de Quintana Roo, y no sólo eso, han luchado junto con los padres de familia para que, poco a poco, haya mejores condiciones en sus centros escolares. Sin embargo, la Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ) y el Gobierno del Estado, lejos de valorar el trabajo de estos maestros, los marginan y los tratan como si su esfuerzo no tuviera importancia. ¿Por qué digo esto? Veamos.

Los maestros antorchistas han trabajado desde hace más de 10 años en la educación de niños y jóvenes de las colonias “Mártires” y “Fraternidad”, ambas formadas por el Movimiento Antorchista de Quintana Roo. Los primeros siete años trabajaron de manera gratuita, sólo con un pequeño apoyo que aportaban los padres de familia mediante cooperación para el transporte de los mentores. Los últimos tres años (de 2019 a la fecha), gracias a la lucha que emprendieron con apoyo de los tutores, lograron que la SEQ les diera un “apoyo a la economía familiar” por cuatro mil pesos mensuales, que, si bien es cierto, en el 2020 se aumentó a cinco mil mensual y a mediados de 2021 a seis mil pesos mensuales, no deja de ser un “pago” muy por debajo del trabajo que desempeñan.

A pesar que los maestros trabajan en centros educativos con clave de registro oficial: preescolar “Septiembre” clave 23DJN0413R; primaria “Manuel Serrano Vallejo” clave 23DPR0066Q; telesecundaria “Andrés Quintana Roo” clave 23DTV0175W; preescolar “Leona A. Vicario” clave 23DJN0414Q; primaria “Felipe Carrillo Puerto” clave 23DPR0067P y telesecundaria “Jacinto Pat” clave 23DTV0176V ubicadas en las colonias arriba mencionadas, no reciben un salario como lo marca la ley, sino sólo “un apoyo”. No tienen prestaciones de ley, no tienen seguro social, es decir, están trabajando por “amor al arte” y haciendo una labor que es obligación del estado y que éste, debe pagar con los impuestos que todos aportamos.

Pero esto no para allí, también los maestros antorchistas, como cualquier otro, están obligados a tener el perfil educativo, deben tomar los cursos que la SEQ les ordena, deben asistir a los consejos técnicos, hacer su planeación mensual y hasta asistir a la escuela, en estos tiempos de pandemia que están suspendidas las clases presenciales, para que firmen la “bitácora” porque el supervisor, religiosamente checa que todos cumplan con su “deber”.

En contra parte, la SEQ tiene en cada uno de estos centros escolares a un “directivo” y otros asistentes que trabajan de 8:00 a 11:00 a.m., que, contrario a los maestros que tienen todo el peso de la educación de los alumnos, estos directivos, sí tienen todas las prestaciones de ley, plaza o contratos con la SEQ y ganan 15 mil pesos quincenales.

Hay varias minutas que el gobierno del estado y la SEQ han firmado con los maestros antorchistas donde se han comprometido a contratarlos como lo marca la ley y, a darles certeza laboral, sin embargo, hasta hoy día, y a unos meses que termine la actual administración estatal, simplemente no han cumplido su palabra.

Quiero terminar diciendo a los maestros antorchistas que, aunque les guste la noble labor de educar al pueblo, exijan al gobierno del estado y a la SEQ que cumplan con darles certeza laboral, que dejen de violar sus derechos laborales y humanos. Si no son escuchados, entonces, hagan uso de su derecho a la manifestación pública, les aseguro que muchos ciudadanos que entendemos su noble causa, estaremos con ustedes, apoyándoles a que logren lo que por derecho les corresponde. Vale.

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