No se le podría llamar de forma diferente al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, considerado por sus propios paisanos como el Hitler estadounidense, después de que ha puesto en marcha acciones persecutorias en contra de los migrantes, con detenciones por demás violentas, arrancando de los brazos de las madres a sus hijos, arrastrándolas por el suelo, encadenándolas y violando con ello el principio de humanidad que debe prevalecer en las naciones del mundo.
El presidente de Estados Unidos cataloga a los mexicanos como criminales, como no aptos para vivir en su nación, pero se ha olvidado de que es gracias a esa fuerza laboral que su país se mantiene de pie.
Desde su llegada al poder, el mandatario gringo ha promovido medidas en contra de países de Latinoamérica, principalmente de México, después de que, gracias a la mano de obra mexicana, Estados Unidos ha crecido en diversos aspectos, tanto en su economía como en el sistema agrícola.
A la vez, el señor está pensando en activar la tercera guerra mundial tratando de apoderarse de otros países como Groenlandia, después de que a México lo ha sujetado a una serie de agresiones económicas que no han sido respondidas por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que a estas alturas debe encontrarse presa de las presiones ejercidas y reprobables por parte del presidente gringo.
Sintiéndose todopoderoso, omnipotente, bajo el poder bélico de la nación que dirige por segunda ocasión, Donald Trump está incurriendo en una serie de atentados y criminalidades en contra de su propio pueblo, porque será él el único responsable de que mueran sus compatriotas cuando decida activar el botón de la guerra.
De acuerdo con la periodista Margarita Rodríguez, de BBC News Mundo: Cuando criminalizamos a los inmigrantes, empezamos a despojarlos de la idea de que son parte de Estados Unidos.
Esposados y con cadenas alrededor de la cintura y de los pies. Así han caminado hacia el avión para su deportación, desde Estados Unidos, inmigrantes indocumentados.
Recientemente, el presidente Donald Trump se refirió a un grupo de colombianos deportados como “criminales”, aunque el gobierno de Gustavo Petro dijo que “no tienen ningún pendiente con la justicia ni en Colombia ni en Estados Unidos”.
Históricamente, hemos visto a los inmigrantes que están sin autorización como miembros de alguna manera de esta sociedad [en Estados Unidos], ofreciendo su trabajo u otras ventajas, le dice Stumpf a BBC Mundo.
Pero cuando criminalizamos a los inmigrantes, realmente empezamos a despojarlos de esa idea de membresía en Estados Unidos. La crimigración es una manera de hacer eso doblemente, por el lado penal y por el lado migratorio.
En relación con 1929, investigaciones fantásticas de Kelly Lytle Hernández y otros académicos han mostrado que la razón por la que se aprobaron esas leyes que criminalizaban la migración no autorizada fue un senador supremacista blanco y eugenista, que creía en la pureza de las razas y creyó que criminalizando la migración detendría la inmigración mexicana a Estados Unidos.
Están tratando a los mexicanos como si fuesen criminales después de que se dedican a ejercer los trabajos que los estadounidenses no hacen, desde sembrar sus campos agrícolas, hasta servir en las fábricas o los restaurantes, en las casas como servidumbre o demás cuestiones de trabajo que los compatriotas de Donald Trump no realizan.
Se ha visto que el presidente de Estados Unidos cataloga a los mexicanos como criminales, como no aptos para vivir en su nación, pero se ha olvidado de que es gracias a esa fuerza laboral que su país se mantiene de pie.
Hay quienes advierten que la relación entre México y Estados Unidos ha sido muy larga. Por generaciones, los mexicanos han migrado de un lado a otro de la frontera, por eso, que haya leyes de admisión que los desfavorezcan en comparación con personas de otras partes del mundo es, en algunos sentidos, raro y muy sorprendente.
Porque habrá que salir en defensa de nuestros connacionales, a quienes con medios de grilletes y violencia están reprimiendo sin pensar siquiera que están afectando con ello a su propia patria. Hoy se puede advertir el pensamiento estúpido del mandatario Donald Trump, que en aras de regresarle el poder económico a su nación se está quedando sin poder.
Es evidente que, cuando todos los deportados lleguen a México, se van a encontrar con una nación casi en ruinas, con un sector salud de cuarta, con educación desastrosa, así como mayor pobreza y abandono de nuestros pueblos por parte de la continuidad de la Cuarta Transformación.
Y así no podremos combatir a nadie, ni siquiera a los graves problemas que aquejan al país, preso de la inseguridad y la impunidad hacia las bandas criminales.
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