Donald Trump es un gobernante apoyado y promovido por los más ricos de Estados Unidos.
Engatusó a las masas pero no gobierna pensando en sus intereses realmente.
Sus decretos no son acciones de un loquito, son parte de una agenda pactada por los que verdaderamente gobiernan ese país y buena parte del mundo: los más ricos del planeta.
Hoy uno de los hombres más influyentes y más ricos en el gobierno de Trump, Elon Musk (dueño de la red social X y Tesla), saludó de forma muy similar a como hacían los fascistas y los nazis: los mismos que masacraron a millones de comunistas, inmigrantes, judíos, intelectuales, homosexuales, etcétera en pos de “hacer grande a la nación”.
¿Es casualidad? No. No es cosa de “tonterías de viejos locos”, la grandeza de sus riquezas requiere de las carencias de las mayorías. Por eso se comportan radicales y sin tanto rodeo.
Si ellos se radicalizan defendiendo sus intereses, los trabajadores deberían de pensar más seriamente en luchar abiertamente por una sociedad comunista.
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