Alguna vez el ingeniero Aquiles Córdova Morán, en la elección para gobernador del Estado de México, ante la negativa del entonces candidato Alfredo del Mazo a firmar compromisos con los antorchistas que estaban ahí reunidos y a quienes les solicitaba su voto, les dijo a los presentes que, de los candidatos de entonces, él era el menos malo. Pues una condición similar podemos decir de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos: ninguno es bueno, y el menos malo, aunque muy malo, es Donald Trump. Veamos por qué.
Kamala Harris sustituyó a Joe Biden, octogenario representante de la decadencia de las clases dominantes de los Estados Unidos, pero Kamala no vino a mejorar la posición de Biden, sino a reforzar las tendencias derechistas y supremacistas del partido demócrata y del llamado Estado Profundo de la nación americana. Leí una nota que llamó mi atención, pues decía que no debían extrañarse los demócratas, que se habían alejado de las causas de las clases trabajadoras, que las clases trabajadoras se alejaran de ellos y algo de eso sucedió. Kamala Harris sería continuación de las políticas guerreristas impuestas por el Complejo Industrial Militar para tener una guerra permanente y seguir destinando recursos del pueblo norteamericano a la compra de armas norteamericanas y enviárselas a Ucrania y a Israel, para luego cobrárselas al pueblo ucraniano y al pueblo israelí.
Ahora bien, una nación tan poderosa sólo tenía dos opciones para elegir: o bien, a Kamala Harris, continuidad de la política bélica supremacista de Estados Unidos, o bien, Donald Trump, representante de los industriales más poderosos de aquella nación. Tampoco Trump, es representante de los intereses de las clases trabajadoras, ambas candidaturas representan a intereses muy poderosos. Quizás la osadía de Trump consista en que está desafiando al Estado Profundo, pues lo ha demostrado con su actitud en torno a la guerra: él, no es tan partidario de la guerra y ha dejado ver que con Rusia se debe llegar a un acuerdo y parar la guerra de Ucrania. Tal vez por eso hayan querido atentar en su contra, no se nos olvide cómo fue asesinado Kennedy. La OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, al ver el triunfo de Trump sienten que se les acabó el soporte o paraguas militar norteamericanos y que su estúpida guerra contra Rusia les va a seguir hundiendo antes que darles elementos para su desarrollo.
Pero ya se avizoran guerras comerciales contra China y contra México, pretende Trump hacer que Estados Unidos vuelva a ser una nación grandiosa, dice; sin embargo, pretende hacerlo con base en el proteccionismo y regresando las empresas productivas a Estados Unidos; sin embargo, parece que no está calculando correctamente Trump las cosas, pues no va a poder desarrollar su industria a punta de sanciones económicas; no podrá volver a ser competitivo en muchos mercados con aranceles, leyes restrictivas o subsidios a los industriales.
Si hablamos de la mano de obra, ha anunciado que deportará a muchos latinoamericanos a sus respectivos países, sin embargo, no dice cómo ha de sustituir a esa mano de obra laboriosa y barata. Además, no asegura que los propios norteamericanos, a quienes se les ha metido la idea de que son superiores, quieran realizar trabajos manuales como en la agricultura, como en la limpieza, en el arreglo de jardines, etc. Los norteamericanos se han acostumbrado a la mano de obra latina por barata, eficiente y trabajadora; pero nada garantiza que la mano de obra norteamericana esté dispuesta a realizar esas actividades, a sustituir y cobrar lo que los deportados. Por ende, si Trump corre a los migrantes, ¿quién llenará ese hueco laboral? No lo dice Trump. Entonces, las políticas de guerra comercial tienen, de entrada, un hueco muy grande que no se ve cómo se vaya a llenar con facilidad: el trabajo latino.
Asimismo, China está compitiendo con base en el desarrollo tecnológico y, por ende, ha invertido ingentes recursos humanos y materiales para tal propósito y, por lo mismo, son capaces de producir cualquier cosa en cuestión de minutos adaptando los mecanismos automatizados a cualquier circunstancia; por su parte, en Estados Unidos el modelo educativo es privado y cuesta mucho dinero, no hay casi becas o subsidios, se le hacen préstamos a los jóvenes universitarios para concluir su carrera, pero tienen que trabajar buena parte de su vida para pagar la deuda contraída para estudiar. ¿Cómo pretende elevar la cantidad de egresados en Estados Unidos para superar el millón y medio de egresados de buen nivel que proporciona China a su patria por año, si los norteamericanos talentosos no tienen dinero para estudiar? Tampoco lo dice.
Finalmente, amenazó con poner aranceles del 25% a las mercancías salidas de México y exportadas a los Estados Unidos si en México no se combatía a los cárteles de las drogas. Además, señaló que nos podría excluir del TMEC, tratado comercial. Si cumpliera Trump su amenaza, sí que tendríamos serios problemas en la nación, pero también ellos, pues ahora las mercancías, como los vehículos armados en México, tendrán en Estados Unidos un sobre precio del 25% y las marcas de carros que armamos en México y exportamos al norte son norteamericanas. ¿No es eso lanzarse un tiro en el pie? No cabe duda de que la lengua no tiene hueso y con tal de ganar elecciones se dicen muchas cosas, pero no se reflexionan profundamente las consecuencias de esos planteamientos.
La prueba de que va en serio la actitud guerrerista comercial de Trump es el anuncio de dos de sus recientes nombramientos: “Con el nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado, se confirmaría la intención de la administración trumpista de adoptar una política exterior más enérgica frente a los adversarios geopolíticos de Estados Unidos. La designación de Rubio busca fortalecer el apoyo de la comunidad latina hacia el Gobierno de Trump, al demostrar una representación significativa en altos cargos gubernamentales. (12 noviembre 2024, lostubos.com)”, sin embargo, está contra Cuba y ello afianzará el bloqueo inhumano contra la isla.
Por su parte, “Tom Homan, a quien el presidente electo Donald Trump nombró zar de la frontera, dice que durante la anunciada mayor deportación en la historia, para evitar separación de familias se pueden deportar a las familias enteras. (Excelsior, 12 noviembre 2024)”, es decir, para evitarse críticas y no separar familias, van las familias con todo y ciudadanos norteamericanos fuera del país y la misma nota dice que hay 17.8 millones de niños que tienen por lo menos un padre nacido en el extranjero, ¿qué van a hacer? Lo que le falta a Estados Unidos son jóvenes, ¿los piensan deportar a todos? Ya veremos.
Por eso hemos insistido en que debemos voltear a Rusia, a China y a América Latina y dejar de depender de quienes nos maltratan y hasta nos quitaron más de la mitad de nuestro territorio.
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