MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Vigencia de la organización y lucha de los campesinos

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Actualmente, tanto la agricultura intensiva como extensiva recienten los altos costos de los insumos necesarios para su realización; los grandes productores, sin embargo, tienen muchas ventajas sobre los medianos y pequeños, poseen capital suficiente para adquirir los insumos y la mano de obra necesaria, tienen asegurado el mercado local y extranjero para sus productos y por tanto aseguran la recuperación de la inversión con su correspondiente dosis de ganancia. Diferente es la situación que priva en los productores del sector social, ejidatarios o pequeños propietarios que se dedican a la siembra de maíz, frijol y hortalizas, que en su mayoria se dedican a la agricultura de temporal, cuya esperanza determinante es la lluvia, esperando también con preocupación las míseras ayudas de los programas sociales para llevar a cabo su labor, pues no tienen posibilidad de adquirir el fertilizante, buenas semillas y los líquidos para el control de malezas y plagas, que particularmente en este ciclo productivo se han encarecido como nunca antes se habia visto.

Sin duda, esta es la causa de que a pesar de haber iniciado la temporada de lluvias en Guerrero, se observa que muchas parcelas dedicadas al cultivo de maíz, se encuentran sin preparación para recibir la siembra, los campesinos han optado por abandonar sus tierras ante la imposibilidad económica de comprar los insumos por la causa arriba señalada y ante la falta de los programas agropecuarios que prestaban en otros tiempos, una impotante ayuda. La totalidad de los suelos de esta entidad sureña destinados a la siembra, requieren necesariamente de algún tipo de fertilizante químico, pues estos se encuentran empobrecidos por la práctica del monocultivo, principalmente del maíz, que requiere un promedio de 160 a 240 kilogramos de nitrógeno por hectárea, de 40 a 80 kilos de fosfato, y de 200 a 240 kilos de potasio, para garantizar una cosecha promedio. La fuente del nitrógeno, elemento indispensable para el desarrollo de la planta de maiz se encuentra en la urea, fertilizante químico más usado en este cultivo, cuyo precio comercial pasó de 10 mil pesos por tonelada en el 2021 a 22 mil 400 en mayo del 2022, solo por citar el mas barato.

Desde que el gobierno de la 4T asumió el poder de la nación, desapareció importantes programas agrícolas que ayudaban a los campesinos en su labor. En Guerrero prevalece el programa de fertilizante, pero reducido en cantidad y en superficie beneficiada. Los cultivos de hortalizas están fuera de este apoyo, dejando a los productores de este ramo en difíciles condiciones para producir. Igual suerte corren los productores de mango y coco.

Se vislumbra desgraciadamente para este año una caída en la producción maiz, trayendo como consecuencia el aumento de la importación de este grano, desplazando así a los campesinos locales. Según estimaciones, se importará el 73% del maíz requerido para el consumo nacional, porque es un hecho que será menor la superficie que se sembrará. La consecuencia de la importación de maíz para el consumo ya está presente en el alza del precio,  en el 2021 la tonelada oscilaba entre los 5 mil 500 pesos, en mayo de este año, saltó a 8 mil pesos, y se prevé que continuará el incremeno, pues en el segundo semestre del año las importaciones aumentarán en un 33.9%, estableciendose un nuevo récord en este rubro, reafirmando a nuestro país como la segunda nación de destino de las exportaciones de maíz de los Estados Unidos, posición que nos coloca  como una nación dependiente, y así como van las cosas, en poco tiempo seremos un país completamente dependiente de la producción alimentaria de otros países del mundo, porque aquí, en México el gobierno no le interesa fomentar la producción alimentaria.

En los hechos, el gobierno del presidente López Obrador tiene otras prioridades, como la preocupación de la sucesión presidencial y no la de los grandes problemas de los mexicanos. Esta es la causa por la cual, el gobierno morenista, estatal y federal hacen oídos sordos a los reclamos de los campesinos por un autentico apoyo al campo. La presunción del aumento de un 7.7 por ciento del presupuesto destinado a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural no se refleja en los insentivos al campo para fortalecer la producucción, dejando en la orfandad a los millones de campesinos que año tras año se empobrecen aún más. La insensibilidad y sordera del gobierno federal para atender la pequeña economía agrícola, debe ser una razón para que los campesinos sigan esforzandoce en la construcción de una gran fuerza política que les permita ser escuchados en los diferentes espacios de poder en los cuales se definen las politicas publicas de este sector y denunciar la falsedad de las promesas del los gobiernos en turno, hasta instaurar un sistema que tenga en el centro de su quehacer político, los intereses de los trabajadores del país, entre los que se encuentan de los pequeños productores. Sin apoyo al campo, no abrá cosechas suficientes, no habrá alimentos, aumentará la pobreza y con ello el descontento social.

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