Desde abril de 2022 el Sindicato del Metro denunció a través de un comunicado sobre la peligrosidad que representa para los más de 280 mil usuarios que diariamente utilizan la L- 9 para trasladarse a sus labores por los hundimientos que se están presentando. El gobierno capitalino, después de hacer oídos sordos lo más que pudo, en septiembre de 2022, fue contactar a la empresa Construcciones ICI SA de CV para que revisara la estructura, realizar el diagnóstico de los daños y en su caso crear el plan ejecutivo para que la L-9 opere sin riesgos; al menos así los externaron en ese momento.
Para sorpresa de la ex jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dicha empresa aseguró que existen daños estructurales, teniendo que emitir 539 recomendaciones para rehabilitar la L-9, entre ellas que se tenía que demoler y reconstruir los primeros 150 metros del tramo elevado, entre las estaciones Pantitlán y Puebla. También se recomendó nivelar y rehabilitar 160 metros del viaducto que pasa por encima del Circuito Interior, sustituir 520 durmientes, 60 rieles, 2 mil metros cúbicos de balasto. Respecto al funcionamiento, se aconsejó cambiar el sistema eléctrico del todo el tramo elevado.
A pesar de todas estas indicaciones urgentes, ninguna de las 539 acciones recomendadas han sido implementadas ni licitadas.
Justo aquí es cuando nos preguntamos ¿a dónde van a parar todos nuestros impuestos? Que una bola de patanes encumbrados en el poder como quistes deciden en qué sí y en qué no se gastan las partidas presupuestales.
Es innegable la gravedad de las condiciones en las que se encuentra la L-9, con un hundimiento en el tramo elevado de la estación Pantitlán que amenaza con colapsar como ocurrió con la L-12. Pero esto a Morena no le interesa, a pesar de la serie de denuncias en los medios de comunicación sólo les dio para colocar 22 vigas para sostener con “muletas” la parte dañada de esta línea.
A pesar de la existencia de este tramo elevado y de su alta peligrosidad las autoridades capitalinas han decidido no gastar recursos en este arreglo y con todo el riesgo que de ello se traduce se han atrevido a afirmar, en boca del propio secretario de Obras y Servicios de la Ciudad de México, Jesús Antonio Esteva Medina, “que la L-9 está en condiciones de seguridad para continuar sus operaciones”, de acuerdo con “las inspecciones detalladas” que se realizaron hasta ese momento en el lugar.
Es increíble el grado de deshumanización de Morena y de todos los integrantes de este grupo gansteril que no se conmueven con esta grave situación que está ocurriendo en la L-9 por citar un evento más reciente, pero bien tenemos conocimiento de que todos los días hay averías en las distintas estaciones del Metro, que van desde humaredas, cortocircuitos hasta incendios, y hemos tenido accidentes mortales.
Los capitalinos nos deberíamos de preguntar ¿por qué las autoridades morenistas no invierten en el mantenimiento del Metro, que es el transporte del pueblo?, ¿por qué están dejando a su suerte a los casi cinco millones de usuarios del STC? Los morenistas deben recordar que de tanto estirar la liga ésta se puede romper, piensan que pueden estirar y estirar sin consecuencias, que la paciencia es eterna. Y los ánimos no están para ello pues hay mucho descontento social por la sarta de atropellos de las autoridades de gobierno actuales que creen que los mexicanos estamos para aguantar y aguantar y no es así, están provocando un estallido social y entonces no habrá poder humano ni tarjetitas compra-votos que detenga a la turba enojada. Votar por Morena es votar por la muerte.
Todos los capitalinos debemos exigir un Metro seguro y eficiente, que se arregle a la brevedad la L-9, que se abra en su totalidad la L-1 y la mitad de la L-12, que están generando caos vial en la Ciudad, debemos exigir a las autoridades eficiencia para gobernar, que los recursos que manejan que son nuestros, sean realmente invertidos en mejorar la condiciones de todos los habitantes de la CDMX y en el Metro, debemos exigir un mejor gobierno y no uno que desaparece los recursos como por arte de magia o que incurre, como el gobierno de Sheinbaum en una serie de millonarios subejercicios para luego no informar a dónde fue a parar todo este dinero.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario