Hoy, después de dos meses de bombardeo con mensajes vacíos y promesas que hemos escuchado en cada proceso electoral, durante décadas, y después de que los ciudadanos hemos ido a depositar nuestro voto, los candidatos se han ido para volver en el siguiente proceso electoral. Y nosotros, la gente común y corriente, hemos vuelto a la vida real. Un día sí y otro también, como la gran mayoría de los que salieron a votar este 6 de junio, nos despertamos pensando en cómo darle de comer a nuestra familia. Entonces, para nosotros, los de a pie, ¿qué sigue? Es la pregunta recurrente en los diversos encuentros con mis compañeros antorchistas después de la jornada electoral.
Me acordé de este meme que circula en redes sociales: “todos diciendo ‘¡ganamos, ganamos!’. Ganaron ellos, tú ya vete a trabajar, si no, no comes”. Ésa es la triste realidad. El pueblo que paga los impuestos y genera la riqueza del país, después de este sueño, en donde todo era color de rosa, despertó el lunes 7 junio para caer en la cuenta de que tiene que salir a buscar qué darle de comer a sus hijos ese día y así cada mañana.
El Movimiento Antorchista, desde su aparición en el estado y en el país, ha señalado que México necesita una nueva clase en el poder para que las cosas cambien. Esa nueva clase debe implementar políticas públicas que beneficien a todos los mexicanos por igual, y no a un puñado de potentados privilegiados, como sucede ahora. De otro modo, veremos llegar, por el resto de nuestras vidas, a candidatos con los mismos discursos de siempre y veremos al mismo tiempo, un país cada vez más en las ruinas.
Para lograr este cambio en nuestra patria es necesaria la consolidación de una enorme corriente como el Movimiento Antorchista Nacional, con dirigentes científicos comprometidos con la clase trabajadora y el país entero. Los antorchistas ya estamos trabajando en ello y hace cuatro años hemos decido dar el siguiente paso: la fundación de nuestro partido político que está proyectado para dentro de pocos años.
Pero, mientras llega ese momento, en el Mezquital, así como en el país entero, tenemos que seguir gestionando ante las diversas instancias de Gobierno, para resolver los problemas más urgentes de nuestras localidades. Y, si las autoridades no responden, tenemos que estar preparados para iniciar una lucha decidida y sostenida, el tiempo que sea necesario, para lograr lo que queremos. Si los que sufrimos en carne propia los problemas no hacemos nada, nadie vendrá a resolverlos por nosotros.
Por lo pronto estamos por iniciar una lucha por fertilizantes ante la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno Federal (Sader) y otra ante la Secretaría de Bienestar del Gobierno del Estado (Sebised) por apoyos como estufas ecológicas, lámina galvanizada, etc. Hago un llamado a todos los compañeros antorchistas a que estén atentos al llamado. Vienen tiempos de lucha, ojalá que todos estemos en el mismo carril.
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