MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

4T, ejemplo de incongruencia entre lo que se dice y se hace

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De antemano, me disculpo con los posibles lectores de esta modesta, pero objetiva opinión. Sé que muchos mexicanos creen todos los planteamientos e informaciones que se difunden a través de los grandes e influyentes medios de comunicación acerca de las acciones del Gobierno federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador; y opinar en contrario o desmentir dichos planteamientos, para muchos que votaron por él que se comprometió a cambiar radicalmente las cosas en nuestro país, constituye un desatino o una ofensa, muchos hasta lo consideran una difamación a la investidura presidencial.

Sin embargo, ya han transcurrido cuatro años de gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación y no vemos un cambio en la situación de vida, en el nivel de bienestar de la mayoría de la población, de los más de 52 millones de mexicanos que viven en pobreza y pobreza extrema, que se demuestra palpablemente en la disminución del poder adquisitivo del pueblo trabajador.

¿Qué mexicano no resiente ahora en su bolsillo, en su economía familiar la creciente y galopante inflación, es decir, el creciente aumento en el precio de las mercancías, de los productos de la canasta básica?

Por ejemplo, un litro de aceite para cocinar los alimentos, hace un año, en promedio, costaba 25 pesos, ahora cuesta 50 pesos, un incremento del 100 por ciento; el kilo de carne de pollo costaba 42 pesos, ahora cuesta más de 80 pesos, precios vigentes en estado de Quintana Roo, pero no tan distintos del resto del país. Y pudiéramos hacer una lista muy larga de casos similares de todos los productos de la canasta básica y otros satisfactores indispensables para la vida del pueblo trabajador que, dicho sea de paso y lo cual no le quita importancia y trascendencia, es el que con su trabajo diario produce el gran arsenal de mercancías que constituyen la gran riqueza material que coloca a nuestro país, entre las 14 naciones más ricas del mundo.

Y contradictoriamente, es uno de los países donde hay más personas con múltiples carencias que no le permiten tener un nivel de bienestar y de calidad de vida, que sí tienen otros países con igual o menor cantidad de riqueza per cápita producida por sus respectivos pueblos.

Esto quiere decir que existen países que producen menos riqueza, que tienen un Producto Interno Bruto (PIB) mucho menor que el de México, pero que invierten un porcentaje mayor de ese indicador en rubros como educación e investigación científica y desarrollo tecnológico, que son fundamentales para el desarrollo de un país; en temas como salud pública, infraestructura productiva en la producción primaria (producción agropecuaria, forestal y pesca), en la producción secundaria (producción industrial en sus diversas ramas) y en el sector terciario (turismo y servicios), en seguridad pública, en cultura y deportes.

En nuestro país, se dice que dichas inversiones están pensadas y dirigidas a beneficiar a todos los sectores de la población, principalmente a los que menos tienen (como siempre lo han prometido todos los partidos que han detentado y detentan el poder político en nuestro país, pero eso ha estado muy lejos de cumplirse.

Sé que muchos de nosotros no estamos acostumbrados a leer y retener cifras duras y porcentajes que demuestran cuantitativamente las afirmaciones que se realizan con respecto a diferentes fenómenos o problemas económicos, sociales y de otra índole.

A continuación, mencionaré cifras de dos situaciones que el gobierno de la 4T, se comprometió a erradicar y a mejorar y que no ha cumplido, que solo las utilizó para hacer creer al pueblo que este gobierno era diferente y realmente defendería los intereses de la nación y atendería las necesidades de sus habitantes.

En primer lugar, tenemos el tema del famoso huachicol que la 4T tomó como bandera para iniciar el combate a la corrupción en nuestra nación. Al inicio de esta administración se criticó que las pérdidas ocasionadas a las finanzas de la paraestatal Pemex eran alarmantes, debido a la corrupción imperante en Pemex y al robo, mediante la ordeña con tomas clandestinas en las tuberías de conducción de combustibles (gasolinas, diésel, turbosina, etc.) y de las refinerías, realizadas en contubernio con altos funcionarios de la empresa y de las autoridades militares encargadas de la seguridad de las instalaciones petroleras.

En informaciones recientes publicadas en esta semana en diferentes medios, se dio a conocer que el problema del robo de combustibles (huachicoleo) se ha incrementado alarmantemente, pues ha alcanzado un monto mayor a los 86 mil millones de pesos, mayor al alcanzado en el sexenio anterior; lo cual demuestra que el supuesto combate frontal contra la corrupción y el huachicol, solo fueron una burda simulación, tal vez para desplazar a una banda de delincuentes por otra más afín al gobierno en turno.

Lo cierto es que, el precio de los combustibles que utilizamos todos los días no ha bajado de precio sino, al contrario, han venido aumentando gradualmente y no bruscamente como los gasolinazos anteriores, pero lo cierto es que los precios han aumentado irremediablemente.

En segundo lugar, una noticia que también me llamó la atención es que el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) informó, como una nota secundaria en algunos medios informativos, respecto a la disminución sustancial del presupuesto programado para el año 2023, donde no alcanzará el uno por ciento del PIB para el sector salud, que fue el compromiso presidencial, pues en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se prevé un recorte del 14.7 por ciento, en términos reales, la Cámara de Diputados aprobó la propuesta presidencial de sólo incrementar la cantidad de 36 mil 168 millones de pesos que equivale a 4.2 por ciento más que el año 2022, pero que no alcanza para llegar a la meta prometida, pues la mayor parte de ese presupuesto quedará distribuido así: 21,844 millones de pesos para el IMSS y 7,523 millones para el ISSSTE; en palabras sencillas, este incremento no alcanzará para comprar los medicamentos, vacunas y atención médica para la población no afiliada a una institución de seguridad social.

Pues para completar este preocupante abandono a la atención de la salud de los más pobres, el CIEP informó que se proyectó un recorte al programa de vacunación nacional del 55.9 por ciento, al pasar de 31,805 millones de pesos aprobados en 2022 a 14,022 millones de pesos para el presupuesto de 2023.

Nuevamente, el más castigado es el sector de la población más vulnerable y desorganizado.

Esto significa que no solo se ha disminuido el presupuesto federal para realizar la compra de medicamentos y equipo médico para atender las necesidades del combate a las enfermedades que padece la población, como el caso muy sonado de los medicamentos para los niños con cáncer, para los enfermos de VIH, diabetes y otras enfermedades de alto impacto en la población.

Y ahora se disminuye el presupuesto destinado a la compra de vacunas para inmunizar a la población, principalmente infantil y de adultos mayores y así prevenir la proliferación e incremento de enfermedades que disparen los gastos públicos y privados para el combate a dichas enfermedades.

Con estos dos botones de muestra, se confirma cómo hemos sido engañados por el autodenominado gobierno de la cuarta transformación, nuestros niveles de vida y de bienestar no han mejorado sustancialmente, o por lo menos que se hayan mantenido en sus niveles anteriores, sino que han empeorado.

Por eso, coincidimos plenamente con los planteamientos hechos desde hace más de cuatro décadas por el Movimiento Antorchista Nacional, que fundó y dirige desde entonces el Ing. Aquiles Córdova Morán y otros ejemplares luchadores sociales de toda la vida; es necesario que el pueblo trabajador siga siendo polvo de piedra, es necesario que el pueblo entienda y comprenda que ningún caudillo o iluminado va a llegar a liberarlo de tantas penurias y de tanta explotación, su liberación y bienestar, dependen de él mismo, de su lucha consciente y organizada para conquistar el poder político de este país para guiarlo con brazo fuerte a puerto seguro; es necesario que el pueblo se unifique y se convierta en piedra fuerte y compacta para lograr una sociedad más justa y equitativa. Que así sea

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