En las últimas semanas, se ha anunciado con bombo y platillo, la construcción del Tren Turístico Transpeninsular o Tren Maya, en la península de Yucatán; que recorrerá 1,526 km de longitud; pasando por las principales ciudades y destinos turísticos del sureste mexicano; que conectaría al aeropuerto de Cancún con los más de 80 mil 200 cuartos de hotel que existen en Cancún y en la Riviera Maya (Puerto Morelos, Playa del Carmen, Xcaret, Xel-Há, Xoximilco y Tulum), transportando a 20 millones de personas al año aproximadamente.
Para realizar esta obra se calcula una inversión mixta (pública y privada) de 150 mil millones de pesos. La proporción de esa mezcla de recursos sería 25% pública y 75% privada, de capital nacional y transnacional. Para la inversión pública está previsto el uso de los fondos que sean recaudados a través de dos impuestos al turismo, uno estatal y otro federal. El monto aproximado que se proyecta recaudar en este año por cobro de esos dos impuestos es la cantidad de 8 mil 19 millones de pesos, por lo que se requeriría invertir el equivalente a lo recaudado durante 4 años de dichos impuestos. Esto, desde luego, va a causar algunas fuertes a los destinos turísticos".
La obra ferroviaria –que transportará a personas y mercancías- implicará la construcción de 972 km de nueva vía férrea en la ruta del golfo (Quintana Roo), de tres rutas en total, en 4 etapas; el resto de la ruta transpeninsular, aprovechará 554 km de una vía férrea existente de mil 800 km que, en la actualidad, cruza los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
El Tren Turístico Transpeninsular estará conformado por 10 máquinas de mediana velocidad que viajarán de 130 a 150 kilómetros por hora, aproximadamente; estará listo en los primeros 4 años del mandato de AMLO y cruzará 42 municipios que se encuentran en la miseria. En estos municipios viven 4 millones 32 mil 465 personas, de las cuales en promedio, el 51% sufre de pobreza y el 12% de pobreza extrema, según las cifras más recientes (2015) del INEGI y del CONEVAL.
¿La construcción del Tren Maya, cambiará el destino a los 2 millones de habitantes, que ahí viven en condiciones de pobreza?
Miguel Torruco y Javier Jiménez Espriú, próximos Secretario de Turismo y de Comunicaciones y Transportes (SCT) respectivamente en diferentes foros, han afirmado que aprovechando que México es el sexto lugar de turismo mundial, "con esta obra se logrará detonar el desarrollo en materia industrial, turística, comercial y económica en la zona, además de fomentar el arraigo de la gente en la región, por la atracción de empleos, que genere la construcción y el uso de la infraestructura. Esta última consecuencia, explicó, también servirá para evitar que las familias se separen por emigraciones y generará oportunidades que disuadan la incorporación de jóvenes a las filas del crimen organizado". Algo muy similar argumentaron los representantes de la CEPAL en México, Alicia Bárcena y Hugo Eduardo Beteta, directivos de la Comisión Económica de este organismo internacional, en el marco de la presentación del Estudio Económico para América Latina y el Caribe 2018.
Indudablemente, la construcción del Tren Maya y su operación va a ocasionar cambios de tipo ecológico-ambiental, afectando a la flora y sobre todo a la fauna de importantes extensiones geográficas; también se afectará la vida de las comunidades rurales e indígenas, por donde pase este transporte férreo, modificando su estilo de vida, lo cual es inevitable, pero esperemos que los beneficios sean mayores que los perjuicios.
¿Fundamentalmente, para qué y beneficiar a quién, se construirá el Tren Maya?
Como ya quedó señalado, el Tren Turístico Transpeninsular, transportará personas y mercancías. Se prevé que transporte principalmente turistas que se hospeden en la Zona Hotelera de Cancún y la llamada Riviera Maya, y que sea el enlace con otros destinos turísticos existentes en Yucatán y Chiapas (Valladolid, Calakmul, Chichen Itzá y Palenque, entre otros); por lo que podemos inferir que la tarifa del pasaje será alta, pues se está concibiendo como un servicio de transporte turístico, principalmente. Pero la ciudadanía de estos 5 estados se debe organizar y desde ahora solicitar a las autoridades correspondientes, por todos los medios posibles, que haya una tarifa más baja, preferencial, para los ciudadanos locales de estas entidades federativas y, si es posible, para el turismo nacional, la cual se justifica plenamente, porque una parte de la inversión para la realización de esta obra, serán recursos públicos que la próxima administración va a destinar para tal fin. Para que no ocurra, lo que actualmente padecemos, con la mayoría de las autopistas del país, que nos cobran altas cuotas de peaje y, para colmo, varias de ellas, presentan tramos carreteros, realmente peligrosos para las personas y sus vehículos.
Y con relación al transporte de mercancías, de los centros de origen y de producción, a los centros de consumo (materias primas para abastecer a la industria hotelera, principalmente), responde a los intereses de los dueños de los grandes capitales nacionales y estadounidenses principalmente, así como de otras nacionalidades. El anhelo del imperio yanqui es poder controlar está importante zona del sur y sureste mexicano para poder tener un canal de comercialización directo con Centro y Sudamérica. Esto lo demuestra, toda la historia de las privatizaciones de los Ferrocarriles Nacionales de México, a favor del Grupo México Transportes, propiedad del magnate ferroviario, Germán Larrea Mota, que en los últimos 25 años ha comprado varias compañías ferroviarias, que hoy en día, controlan el transporte ferroviario del centro y norte de México, con el 70% del territorio de E.U.A, a través de sus líneas férreas, y las de otra poderosa corporación, como lo es la Union Pacific. Pero como Larrea Mota es acérrimo adversario político de AMLO, a quien acusó de "populista peligroso" durante la pasada campaña electoral, el equipo del futuro presidente de México busca ya, a otros inversionistas extranjeros, entre quienes se sigue considerando a las poderosas empresas chinas que, a principios de este sexenio, estuvieron a punto de concretar significativas inversiones en este rubro, pero como afectaban a importantes intereses económicos y políticos, éstos hicieron retractarse de realizar este proyecto ferroviario, al actual habitante de Los Pinos, al provocarle el escándalo de la "Casa blanca".
En definitiva, el Tren Maya es una importante pieza de ajedrez, en el tablero de la economía de este continente y del mundo. Por lo que los grandes beneficiarios serán los dueños de los grandes capitales nacionales asociados con poderosos capitales transnacionales. Este tipo de grandes obras, son una muestra clara de que, con la nueva administración federal, que inicia funciones el 1° de diciembre, tendremos a un aliado del imperialismo yanqui y del sistema económico neoliberal, pero con un nuevo rostro. Tal vez se beneficie al pueblo en general, si es que se aplica una tarifa preferencial a su favor, pero principalmente, se beneficiará a los intereses de los grandes capitales que dominan la economía a nivel mundial. Y, sino, al tiempo.
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