Es más de sensatos ser realistas y fríos ante los hechos de la realidad, (que aunque no nos guste cómo a veces se presenten estos, es mejor reconocerlos, conocerlos y actuar para cambiarlos) que fingir una situación imaginaria, una realidad hecha al gusto, porque con el tiempo las cosas quedarán tal y como son y evidenciarán vergonzosamente a quien trató de ocultar la verdad de las cosas.
Creo que se niega la realidad porque, como los de la 4T prometieron tanto a la sociedad y no han cumplido, entonces, se trata de ocultar las cosas para que la gente no juzgue críticamente y no abandone en los próximos comicios electorales a quienes están mintiendo.
Esto viene a cuento por la reciente declaración del presidente de México quien dijo: …“No veo que se vuelva a la época en que dominaban los de la delincuencia organizada, no veo hacia adelante un narco estado y no veo tampoco una amenaza de sometimiento o intervención de ningún gobierno extranjero”… (López Dóriga, 2 de febrero de 2024).
Un presidente que se atreve a mentir abiertamente a su población es un presidente deshonesto que no tiene respeto por su gente.
Ahí tenemos al presidente repitiendo, como lo da a entender él, que en el pasado todo era malo, la delincuencia organizada era la que dominaba antes, ahora ya no, y tampoco ve en el futuro un narco estado. Niega, pues, todo lo que está pasando en el país, aunque el país se esté desangrando.
Recordémosle al señor presidente algo de la tragedia que vive el pueblo mexicano, el pueblo pobre al que él tanto presume que privilegia.
Primero: “suman 171 mil 085 homicidios en el sexenio de AMLO” titula El Economista del 17 de enero de 2024.
Segundo: “El mapa del narcotráfico en México en 2023: qué cárteles dominan el territorio” (Infobae, 4 de mayo de 2023.
Tercero: “Raymundo Riva Palacio: los criminales mandan aquí” (Nación 321, 6 de septiembre de 2023).
Cuarto: “Las masacres de jóvenes que han cimbrado a México” (La Silla Rota, 22 de diciembre de 2023.
Un presidente que se atreve a mentir abiertamente a su población es un presidente deshonesto que no tiene respeto por su gente, que no inculca responsabilidad y seriedad para enfrentar los problemas.
En este sexenio hay 171 mil 85 homicidios y ¿acaso no representan nada para el país, para el presidente? Son miles de familias las que han quedado destrozadas, heridas por haber perdido a un ser querido. Estos homicidios son, pues, un indicativo del grado de violencia en que vive la sociedad mexicana, y que por lo que se ve, para López Obrador no es nada.
El país, como indica el segundo punto, está repartido entre los diferentes cárteles; ahí se da el mapa de qué estados controla cada grupo criminal. Entonces, es evidente que el país está cayendo en manos de los grupos criminales y que estos han negociado con los gobiernos actuales.
Aun así, se cree que con decir ante los medios de comunicación que todo está bien es más que suficiente para que la gente se trague una realidad inventada.
Los criminales ya mandan en amplias regiones de varios estados del país, la prensa nacional ha sacado videos de jefes de algunos de los cárteles en encuentros con funcionarios públicos de varios niveles, y no pasa nada, el presidente cierra los ojos ante hechos bochornosos cometidos por sus correligionarios, como en Guerrero, que en otra situación donde él estuviera de oposición ya la hubiera criticado de podredumbre y corrupción, estado fallido, etcétera, etcétera.
Y por último, están las masacres de jóvenes en Guanajuato y Jalisco que han cimbrado al país, que lo han conmocionado como bien dice la nota de La Silla Rota. El último caso, de once jóvenes masacrados en una posada en diciembre pasado en Salvatierra, debería alarmar al Gobierno, porque es una alarma de la descomposición de nuestra sociedad; del tráfico de drogas, del enfrentamiento entre grupos delictivos y que es señal del fracaso contra la violencia y que ratifica la inseguridad en que viven millones de mexicanos.
Creo que con esto basta para decir que se miente cuando se dice que en este país no pasa nada, que estamos bien, que los miles de homicidios, secuestros, asesinatos de periodistas, cobros de piso, negociación entre cárteles y políticos refutan el falso discurso presidencial.
Sólo quiero dirigirme a los mexicanos para decirles que cuando un político le miente es porque no quiere a México, y porque, las consecuencias de su mal trabajo de gobierno,de una lucha errática contra la violencia y contra la inseguridad, produce miles de muertos, una verdadera tragedia que el pueblo está pagando con su sangre. Esta es la verdadera realidad.
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