La carestía de los productos más indispensables para la alimentación de las familias afecta a miles de hogares en Hidalgo. Según la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (Profeco) el precio de la canasta básica, para la región centro, en el periodo del 11 al 15 de abril, oscilaba entre 813.9 a 1,023.5 pesos, pero para finales del mismo mes, el costo se elevó en casi 200 pesos más, con un precio entre 1037.2 a 1223.5 pesos.
Entre los productos más encarecidos destacan la tortilla, aceite, pollo, frutas, verduras, chiles, carnes, y lácteos.
Otro dato relevante es el aportado por la organización México ¿Cómo Vamos?, que ubica a Hidalgo en la posición 5 de las entidades que registran mayor inflación en el país, distribuidas de la siguiente forma: Campeche con 9.8 por ciento, Oaxaca con 9.0 por ciento, Michoacán con 8.9 por ciento, Zacatecas con 8.8 por ciento, y por último, Hidalgo, Baja California y Durango con 8.7 por ciento.
La creciente inflación, que afecta la capacidad de compra de los hogares más humildes, es un fenómeno nacional. Para hacerle frente, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), con el que pretende frenar la inflación. Entre sus puntos principales destacan la propuesta de estabilizar los precios de la gasolina, el diésel, el gas LP y la electricidad, y el congelamiento en las tarifas de los servicios de Telmex y Telcel, iniciativa a la que sumarán otras grandes compañías fabriles, comerciales y de servicios.
Según el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), “los orígenes la inflación son las disrupciones en las cadenas de oferta globales, elevados costos de transporte y fletes internacionales, fuertes aumentos de la demanda agregada y la elevada liquidez monetaria producto de los programas de alivio financiero en las economías avanzadas”. Así, dado su carácter exógeno, estás medidas internas que pretende lograr una reducción inmediata del aumento de los precios no lograrán el efecto deseado en tanto continúen las presiones del exterior.
El anunciar este plan antinflacionario dada la proximidad de las elecciones gubernamentales, parece tener un propósito electoral. Aunque pareciera que se beneficiará a las familias con este plan, a decir del mismo organismo “Si (…) esos 24 productos (incluidos en la canasta básica) se mantuvieran sin cambio en sus precios de abril el resto del año, la reducción de la inflación al final de 2022 por esa razón sería de sólo alrededor de un punto porcentual”, es decir, no implicará un alivio inmediato y significativo para la pesada carga de los trabajadores que intentan llevar el alimento necesario a sus hogares y, sin embargo, sí atrae simpatías sin fundamentos al proyecto de la 4T.
Sin un plan, a corto plazo, que vele por la seguridad alimentaria y genere empleos con salarios dignos, el porcentaje de hidalguenses que no pueden comprar los insumos más elementales para su alimentación seguirá en aumento.
Cifras del CONEVAL revelan que, en Hidalgo al cuarto trimestre de 2020 (corte más reciente disponible), 51.0 por ciento de la población tenía un ingreso inferior al costo de la canasta alimentaria. Este indicador aumentó con respecto a igual periodo del año pasado, cuando era de 50.2 por ciento. Es decir, cada vez hay más hogares en nuestro estado en los que no se cuenta con los recursos suficientes para adquirir los alimentos más indispensables.
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