En una colaboración anterior señalé cómo desde hace varios meses han ido en aumento los casos de dengue en Guanajuato. Cifras oficiales registran 482 personas con el padecimiento, lo que coloca al estado en el lugar número 15 en el panorama nacional con mayor número de casos registrados, pese a que supuestamente ya se había sido erradicado en la entidad. El panorama lúgubre se agudiza con la lamentable noticia de dos defunciones recientes por dengue.
Hace unos días, el Comité Estatal de Seguridad en Salud de Guanajuato, en sesión extraordinaria, señaló que existe un repunte de casos de dengue y que su control con nebulizaciones o fumigaciones en calles “no soluciona el problema” porque el vector se encuentra en los cacharros de las casas, patios, azoteas como fuentes primarias de reproducción. El secretario de Salud en Guanajuato destacó que el Gobierno federal se mostró lento e insensible para habilitar la estrategia para la prevención del dengue en todo el país.
Por su parte, la jefa Estatal de Epidemiología, Fátima Melchor Márquez, indicó que se debe concientizar a la población, ya que el mosco está en casa, y por ello es importante eliminar cacharros para reducir riesgos en la salud. Al tiempo que hizo mención que uno de los factores que provocaron el alza de casos fue el periodo vacacional en verano, cuando mucha gente salió a las playas, donde hay dengue activo y regresa y se disemina. El repunte de casos se dio a partir del mes de septiembre y se espera que en las próximas semanas baje la tendencia.
No se debe perder de vista que el dengue es una enfermedad reemergente, esto significa que reaparece por ciclos, y cuando lo hace causa estragos en la población. Guanajuato tiene registro de brotes en 2009, 2011 y 2017 y en este año enfrenta un nuevo pico de esta enfermedad. Y aunque ya se ha señalado es necesario recordar que, el virus se trasmite a las personas por medio de las picaduras de mosquito de la especie Aedes, que son los mismos tipos de mosquito que trasmiten el Zika, la fiebre amarilla y el chikunguña, que generalmente dejan su larva en agua estancada, ya sea en recipientes que se usan para almacenar agua o en neumáticos, plásticos y demás residuos que son ideales para ellos.
Y también ya lo había señalado en mi anterior colaboración que, los mosquitos no son racistas, pero la población más humilde es la que lleva siempre la peor parte. Las personas que viven en colonias populares o ranchos, tienen muchas más posibilidades de ser infectados por el dengue que alguien que vive en departamentos o en casas que cuentan con todos los servicios. El desplazamiento masivo de personas por todo el mundo, en busca de mejores condiciones de vida, están provocando que la especie de este mosquito emigre y también las enfermedades y que el cambio climático puede provocar también su expansión.
El secretario de Salud en Guanajuato ha destacado que el Gobierno federal se mostró lento e insensible para habilitar la estrategia para prevenir el dengue en todo el país.
Finalmente, la declaración del secretario de Salud de Guanajuato sobre que el Gobierno federal se tardó en poner en marcha la estrategia para prevenir el dengue, vuelve a desenmascarar al Gobierno de López Obrador.
A los mexicanos no se nos debe olvidar que durante este sexenio ha habido una reducción enorme en la cobertura de vacunas, lo que pone en grave riesgo a toda la población y abre la puerta para que regresen enfermedades que ya estaban erradicadas.
Antes de este Gobierno, nueve de cada diez niños contaban con su cartilla completa, mientras que ahora tres de cada diez cuentan con todas las inmunizaciones. Esta desatención tendrá consecuencias catastróficas, como el probable regreso de enfermedades como la poliomielitis.
De igual manera, las más de 700 mil muertes por covid-19 en nuestro país como consecuencia de la irresponsabilidad y la negligencia morenista, que nunca tuvo una estrategia para contener la pandemia y con la escasez de pruebas diagnósticas o el colapso de los hospitales, provocó que miles de personas murieran en sus casas.
Miles de niños han perdido la vida por falta de tratamientos oncológicos a causa de la reducción del gasto en Salud y la desaparición del Seguro Popular. Y se cuentan también por miles, las recetas sin surtir por el sector Salud, como consecuencia de que el mandatario centralizó la compra de medicamentos en la Secretaría de Hacienda con el supuesto de evitar la corrupción, pero que tampoco dio resultado.
Todos estos casos se deberán tener presentes la próxima vez que acudamos a las urnas, para que no vuelvan a tener poder quienes han provocado la muerte de miles de mexicanos.
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