En una reunión ordinaria con mis compañeros del equipo de trabajo, estudiábamos las “Conferencias Populares”, un libro que forma parte del acervo bibliográfico del maestro Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista, lo que más llamó mi atención de ese texto, en el que se puso por escrito una plática que el autor impartió en los años 90 ante líderes de las colonias populares provenientes de los diferentes estados del país, es su actualidad y su vigencia. Ahí analiza la etapa que siguió inmediatamente después de la Revolución mexicana y afirma que ese movimiento logró que en nuestra Carta Magna quedaran plasmadas las principales garantías constitucionales como el derecho a la educación gratuita; derecho al reparto agrario; derecho al trabajo y otras prestaciones laborales como el seguro social, vivienda digna, etcétera; pero que esos derechos se habían convertido en un estorbo para el sistema capitalista y, por ese motivo, los gobiernos posteriores a la revolución, luego de un periodo muy corto de tolerancia a esa política que llamaron “populista”, empezaron a pugnar por la desaparición de esos importantes avances y así abrir las puertas de par en par a la economía de mercado, desapareciendo todo tipo de subsidios y apoyos a la salud, la educación, los alimentos y el transporte; para que todos esos bienes y servicios los comprara con sus propios recursos quién tuviera dinero para hacerlo.
El problema del sistema capitalista es que es muy bueno para generar riqueza, pero no la distribuye porque no puede; más bien, permite la acumulación de riqueza en unas cuantas manos a cambio de que la gran mayoría de la población se mantenga en la miseria, haciendo además que los países con poco desarrollo queden totalmente sometidos a otros más poderosos como el imperio norteamericano.
Han pasado más de 30 años de la caída de la Unión Soviética y la etapa de bonanza que prometió el capitalismo para las masas populares no se ve para cuándo va a llegar; lo único que se observa por todos lados son guerras
Desde esas fechas el maestro Aquiles nos advertía: “Estoy cada vez más convencido de que la riqueza material debe distribuirse equitativamente entre todos los hijos del planeta, y es por eso, y solo por eso, que el capitalismo no puede ser el sistema que traiga justicia social y equidad para todos. Es por ello que la esperanza del cambio y la meta que sigue nuestra organización están claras (…) Y en función de nuestra meta y nuestro camino estamos en total desacuerdo con el ablandamiento revolucionario de la izquierda mexicana y mundial, reblandecimiento que viene a redundar en políticas de acomodamiento al sistema mismo (…) Los antorchistas hemos tomado la decisión de luchar contra el sistema, porque vemos que el futuro al que nos está llevando es uno muy difícil e inaceptable para las grandes masas trabajadoras que son las que defendemos y ayudamos (…) Pero no basta con decir que el camino está equivocado, hay que plantear con claridad hacia dónde queremos ir. Ahí es donde empiezan los pecados de la ‘izquierda’ mexicana: ellos no saben decirle a la gente hacia dónde la van a llevar, y no saben porque ellos también han perdido el rumbo. ¿Hacía dónde plantea la organización que debe dirigirse México? Tenemos que buscar -repito- un reparto equitativo de la riqueza”
Con motivo de la presentación del nuevo libro “Intenciones y Resultados” también de la autoría del maestro Aquiles, me pareció importante mencionar todo lo hasta aquí dicho, porque refleja, desde mi modesto punto de vista, primero, que él siempre ha tenido claro el rumbo en el que se viene desenvolviendo la historia de nuestro país en el contexto mundial; segundo, que conoce a la perfección de qué pata cojea la “izquierda” mexicana en la que está incrustado AMLO y su pretendida “Cuarta Transformación”, por lo tanto, aunque le otorgó el beneficio de la duda, no es ninguna sorpresa para el líder de los antorchistas el desenlace que finalmente está teniendo este sexenio; y en tercer lugar, que la meta del Movimiento Antorchista Nacional en el escenario político también ha estado clara y firme desde su origen, lo cual, para quienes formamos parte de este gran movimiento nos llena de seguridad, de firmeza y ¿porqué no decirlo? de orgullo.
Aunque el libro “Intenciones y Resultados” es en parte una evaluación de la agonizante administración de Andrés Manuel López Obrador, sería limitado creer que es sólo eso. Nos aclara que del lado de la derecha tampoco tenemos nada que ganar y sí probablemente mucho que perder. La intervención del maestro Aquiles en el evento puso en evidencia que quien analiza la realidad a la luz del método del materialismo dialéctico e histórico no puede constreñirse al análisis de un fenómeno local sin riesgo de mutilar la visión panorámica que da dicho método científico. Por esa razón aprovechó el momento para mostrarnos la capacidad predictiva que conlleva analizar correctamente lo que pasa en la realidad que nos ha tocado vivir; nos mostró, además, que para quien se mueve en la misma dirección en que gira la rueda de la historia no existen límites ni en el espacio ni en el tiempo; “el que vive para los demás vive muchas vidas; el que vive para sí mismo, no vive ni su propia vida”, ha dicho en otro momento; y ahora agrega: “aunque se necesitaran mil años, yo seguiría diciendo que hace falta una revolución, porque este sistema ya no da para más”. Al escucharlo, uno no puede evitar traer a la memoria el Poema “Al Partido” de Pablo Neruda “…Me has hecho indestructible porque contigo no termino en mí mismo”.
Han pasado más de 30 años de la caída de la Unión Soviética y la etapa de bonanza que prometió el capitalismo para las masas populares no se ve para cuándo va a llegar; lo único que se observa por todos lados son guerras y más guerras que tienen como propósito someter a las naciones del mundo a los designios del imperio norteamericano y un crecimiento cada vez más acelerado de la pobreza. ¿Qué finalidad tienen esas guerras? Convertir a los países en colonias en donde los imperialistas puedan vender sus mercancías y saquear todos sus recursos naturales sin pagar ni un solo centavo si es posible, dejando a sus habitantes en la vil miseria, al mismo tiempo que los dueños del dinero amasan grandes fortunas.
Y aunque afortunadamente han surgido en el escenario mundial Rusia y China, dos potencias que le hacen frente a los imperialistas impulsando un nuevo orden mundial dominado por la multipolaridad, de cualquier manera no podemos cruzarnos de brazos a esperar a que ellos triunfen creyendo que al siguiente día nos volveremos ricos; para que eso sea posible es necesario que nuestro país “esté dirigido por verdaderos líderes populares que quieran el progreso de las masas” de lo contrario, “vamos a seguir rezagados empobrecidos y por tanto a merced de los poderosos”.
Por todo esto compañeros, es necesario que cada uno de nosotros asuma la tarea que nos corresponde, pongamos nuestro granito de arena para construir esa gran fuerza colosal capaz de revolucionar el sistema político y económico de nuestro país.
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