A lo largo y ancho del país y durante cinco décadas, el Movimiento Antorchista ha ofrecido al pueblo una alternativa de desarrollo en distintos ámbitos de la vida. Por ejemplo, a través de la gestión pública, con la labor de sus activistas, que van a las comunidades más apartadas y enseñan a los colonos, campesinos, amas de casa, estudiantes y demás, sus derechos fundamentales, y a exigirlos a través de la lucha.
Así se han logrado mejoras muy importantes para estas comunidades, que hoy resaltan, como prueba de que solo el pueblo educado, unido y organizado podrá ir fincando las bases para la creación de un mundo mejor y más justo para todos.
El Movimiento Antorchista ha ofrecido al pueblo una alternativa de desarrollo en distintos ámbitos de la vida, trabajando incansablemente para erradicar tanto la pobreza material como la pobreza cultural.
En estos 50 años de lucha decidida, de lucha constante y tenaz, el Movimiento Antorchista se ha preocupado además por elevar el espíritu y la conciencia de las masas trabajadoras, con la guía insuperable de nuestro querido maestro Aquiles Córdova Morán, dirigente de nuestra organización, que nos ha venido mostrando el camino de luces, que nos hace entender que un mundo mejor es posible, incluso necesario y urgente.
Un mundo y un país en donde la riqueza se distribuya equitativamente. Pero no sólo nos referimos a la riqueza material sino también a la riqueza espiritual.
Vivimos una realidad en donde predomina la pobreza, con familias que tienen que sostenerse con un mísero salario, salario que no alcanza para vivir decentemente, que no alcanza para alimento, vestido, educación, etcétera.
Esta es la tragedia que padecen millones de familias mexicanas en nuestro país, que sufren, aun en estos tiempos, cuando se les llenó de promesas y, contrario a todo ello, las cosas van de mal en peor; la inseguridad se ha vuelto agobiante, los servicios de salud se vienen colapsando y la educación es deficiente, entre otras muchas penurias que tienen que soportar los más pobres.
Y si hablamos de la cultura, las cosas no pintan diferente. Los mexicanos no sólo padecen pobreza material, también pobreza espiritual, pobreza cultural. El gobierno actual no ha impulsado un proyecto para sacar a la clase trabajadora de su pobreza material, y más lejos estamos de que se impulse un proyecto para abatir la pobreza cultural.
El gobierno actual destina poco recurso a la cultura, sólo el 0.1 % del PIB, cuando la ONU recomienda que por lo menos se debería destinar el 1 %.
En el Movimiento Antorchista sabemos que un pueblo sin cultura es un pueblo sin futuro; por eso, con muchos esfuerzos ingentes, prácticamente sin el apoyo de recursos del gobierno de los tres niveles, haciendo colecta pública, actividades económicas, rifas, entre otros, hemos sostenido un importante y honroso trabajo cultural, formando sobre todo a jóvenes, y niños en actividades artísticas como: la danza, el baile, el teatro, la música, la poesía, la oratoria, hasta alcanzar participaciones de mucha calidad.
En esta ocasión quiero resaltar que como parte de esa labor cultural que el Movimiento Antorchista realiza en nuestro país, se destaca, la oratoria, que como definió el maestro Aquiles en una de sus conferencias que se plasmaron en el libro que lleva por título “Conferencias culturales” en ella dijo: “El orador revolucionario tiene como reto reconquistar para la humanidad entera el amor a la palabra”.
En esta conferencia cultural el maestro Aquiles destaca su importancia y trascendencia en torno a la necesidad de “contar dentro de nuestra organización con individuos capaces de exponer en un público, de manera correcta, clara y convincente sus propias opiniones y las de la organización en relación con los problemas trascendentes de la lucha”. Y agregó: “El instrumento fundamental de la comunicación es la palabra, pero la oratoria no puede ser el simple uso florido, elegante o altisonante de la palabra, sino que tiene por fuerza que rellenarse de un contenido que sea, precisamente, el que en un momento dado transmita eficazmente la palabra hacia los que nos escuchan”.
En Antorcha nos proponemos erradicar la pobreza material, pero también la pobreza cultural. Como dijo Pablo Neruda, el gran poeta chileno, en su poesía titulada “Oda a la pobreza”: “Yo con otros, con otros, con muchos otros, te vamos expulsando de la tierra a la luna”.
Por último, querido lector, aprovecho este medio para felicitar a todos los oradores que participaron en la V Jornada Nacional de Oratoria, que en la Ciudad de México se llevó a cabo en las instalaciones de la PLC, plantel Balderas, y que también tuvo lugar en todas las capitales de la república, donde se presenció con gran satisfacción cómo se desenvuelven con sus discursos, los jóvenes estudiantes, los maestros, los obreros, los colonos, los campesinos y profesionistas.
Esta jornada fue una muestra de la consigna “Devolver al pueblo lo que nació en el pueblo; devolver al pueblo la cultura, que nació en el pueblo”.
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