No le queda claro al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que sus fracasados intentos de plasmar y administrarle a los mexicanos un fallido e improvisado sistema de salud llamado Instituto de Salud para el Bienestar ha dejado a millones de familias sin médicos y medicinas, incluso eliminó el apoyo básico para solventar el tratamiento de enfermedades crónicos.
Ese sistema fallido es consecuencia de la indolencia e incapacidad política del Gobierno federal de no aplicar los recursos suficientes al sector salud por su caprichosa austeridad y supuesto combate a la corrupción.
Si bien es cierto que el Seguro Popular no cubría al 100 por ciento los gastos médicos de los enfermos, hasta cierta medida sí ofrecía lo fundamental, al menos, contaba con objetivos claros y específicos: fomentar la salud oportuna y evitar la postergación por falta de recursos; fortalecer el sistema público de salud para reducir la brecha entre familias derechohabientes y las que no tiene; contribuir a superar iniquidades y rezago en la distribución del gasto entre las entidades federativas.
El extinto Seguro Popular, desde 2004, fue incrementando el número de afiliados, y para 2019 la población afiliada a ese programa médico era 10 veces mayor que al inicio (con información de: datos.gob.mx). Podemos observar que la cantidad representa una tercera parte de la población mexicana. Así pues, tres de cada 10 personas en México tenían el Seguro Popular.
Datos más sobresalientes en 2007, relatan que se crearon los programas de Medicina a Distancia, Unidades Médicas Móviles, Interrupción Legal del Embarazo, Muerte Asistida, Protección a los no fumadores y espacios libres de humo del tabaco.
En 2008 se construyeron 32 clínicas para el tratamiento integral de las adicciones (UNEMES-CAPA), con la finalidad de promover estilos de vida saludables; en 2009 se estableció el programa Ángel, de Atención Médica y Entrega de Medicamentos Gratuitos a Domicilio, y para 2019 se consolidó el trabajo para el adulto. Sin duda el Seguro Popular abarcaba más de la tercera parte del país, donde se ubicaba la población más marginada.
En contraste, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), un supuesto nuevo modelo al estilo Cuarta Transformación, es muestra de una errónea política de salud, un improvisado plan que, sin duda, vamos a pagar todos los mexicanos, este modelo está dañando a las capas más vulnerables de la sociedad, a los de menor ingreso.
Esto contrasta con lo prometido por López Obrador, que instauró el INSABI como sustituto del ahora extinto Seguro Popular para universalizar los servicios sanitarios entre la población más vulnerable; es decir, la de aumentar la cobertura de salud a quienes no pueden afiliarse a otro sistema.
La salud de los mexicanos está en riesgo, peligra, y al parecer al presidente de la 4T, le tiene sin cuidado, pues la salud de su familia y gente cercana está solucionada, mientras que millones de mexicanos buscan todos los días cómo hacerle para hospitalizar y conseguir los recursos suficientes para salvar la vida de sus familiares, aún tengan que acudir a hospitales y clínicas particulares, porque el objetivo es atención oportuna y segura, porque el nuevo sistema de salud pública no está funcionado, se quedó en puras promesas.
Como vemos la unificación del IMSS-Bienestar va a traer consigo problemas, pues se entiende que el IMSS tiene sus propios problemas con los derechohabientes, y ahora va a atender a los que no lo son, incluso sólo hay presupuesto para atender los casos de enfermedades de primer y segundo nivel, dejando a su suerte a los enfermos que presentan los de tercer nivel, que son costosas como son; son cáncer, enfermedades cardiacas, ortopédicas, metabólicas, cardiovasculares, renales, oftalmológicos, neurológicos, neuropatías.
Nos queda claro que la nueva improvisación IMSS-Bienestar está destinada al fracaso profundo; que Andrés Manuel López Obrador está jugando con la salud de millones de mexicanos, esa marginación daña y agudiza más brecha entre pobres y ricos.
Es momento de que el pueblo se organice y se concientice sobre el problema que se nos avecina, ya es hora de exigirle al Gobierno federal y a la Cuarta Transformación de AMLO, que implemente un sistema de salud de primer mundo y que destine los recursos para lograrlo porque, además, es su obligación hacerlo, por eso lo eligieron y por eso se le está pagando.
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