MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El rostro verdadero de Morena

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El pasado 25 de octubre, la fuerza descomunal del huracán “Otis” golpeó las costas de Guerrero y dejó ver el verdadero rostro de Morena, insensible e indiferente ante la tragedia que viven miles de familias a las que el fenómeno meteorológico dejó en la calle. El gobierno que presume ser el más popular del mundo dejó a su suerte a los guerrerenses en desgracia al no aplicar un plan real, emergente y completo, esto debido a que eliminó (por así convenir a su interés) varios fideicomisos, entre ellos el Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden), lo que ocasionó una crisis humanitaria debido a la falta de acceso a servicios básicos, pues miles de viviendas fueron dañadas, así como los servicios públicos. 

Debido a la carencia de condiciones de salubridad, seguridad e infraestructura, la autoridad educativa cerró temporalmente las escuelas en los municipios afectados. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a través de su vocero, comentó que 46 de los 85 municipios del estado están considerados como zona de desastre. Estos municipios alojan a 7 de cada 10 estudiantes de educación básica en Guerrero. En los 46 municipios afectados existen 625 mil estudiantes, 38 mil docentes y siete mil 498 escuelas de educación básica que se verán afectados por el cierre de escuelas debido a la emergencia. Este lamentable suceso ahondará la precariedad del sistema educativo en esta entidad en términos de acceso, aprendizaje y continuidad de trayectorias educativas de niños y jóvenes guerrerenses, esto de acuerdo con especialistas en la materia. Las autoridades educativas de Guerrero contabilizaron 190 escuelas afectadas por el paso del huracán; sin embargo, el conteo se mantenía en marcha con probabilidades de que aumentara el número. Sin embargo, como es de esperar de los funcionarios morenistas, aún no terminan de evaluar y cuantificar los daños ocurridos en los planteles. La Secretaría de Educación de Guerrero ha reportado daños por afectación del huracán a 369 colegios de educación básica únicamente en Acapulco y Coyuca de Benítez, es decir, solo dos de los 46 municipios señalados. De acuerdo con cifras oficiales de la SEP, en 2022 el grado promedio de escolaridad en Guerrero era de 8.5 años y del 11.7 el analfabetismo, mientras que a nivel nacional era de 9.9 y 4.5 respectivamente. Durante el ciclo escolar 2021-2022 la matrícula fue de un millón 8,226 estudiantes, de los cuales 508,229 eran mujeres y 499,997 hombres. La matrícula total representó el 2.9 por ciento del total del Sistema Educativo Nacional.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) ordenó la suspensión de labores en las escuelas debido a que los propios maestros han sido afectados en sus viviendas y también se encuentran damnificados, por lo que, están tratando de resolver su propia situación tras la catástrofe. El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advirtió que mientras no se tenga un plan para atender a niños y jóvenes tras el paso del huracán “Otis”, se conjugarán mayores repercusiones que se adicionarían a la pandemia. La combinación de estos dos desastres hará que el rezago educativo continúe, por lo que, es lamentable que la SEP, encabezada por Leticia Ramírez Amaya, no esté atendiendo el grave problema educativo de esta entidad y lo es aún más el que las autoridades locales no hayan terminado el censo de los colegios afectados.

En el Plan de Reconstrucción de Guerrero que se anunció, no se ve que el tema educativo sea una prioridad para el gobierno, ya que este Plan considera un monto de 10 mil millones de pesos que deberá emplearse en el abastecimiento y mejoramiento de líneas de distribución de agua, drenaje, arreglo de calles, alumbrado público, hospitales, escuelas, dos aeropuertos, pero en esencia no se especifica su aplicación en educación. Aunado a lo ya mencionado, en el Plan no se dice cómo se le hará para la reconstrucción de escuelas, esto con el fin de reducir al mínimo el cierre prolongado para de esta manera evitar repercusiones en la educación de niños y jóvenes que viven en los municipios afectados. La suspensión de clases no solo interrumpe el conocimiento, sino que aumentará la situación de niños que se vean forzados a trabajar debido a que sus padres no tengan empleo, esto conllevaría a una deserción mayor en un estado en el que de por sí ya es alto este problema. Es importante mencionar que Guerrero es un estado con mayor presencia de población en pobreza e indígena y las brechas para estos grupos vulnerables es seguro que se incrementarán en el sector educativo tras el paso del huracán.

Lo aquí relatado es sólo una parte del México que hoy sufrimos y que seguirá repitiéndose la misma historia mientras que los maestros no organicemos y eduquemos a nuestro pueblo para que deje de ser una masa pasiva que desea que las soluciones vengan de las instituciones, del cielo o del presidente. Es necesario educar a la clase trabajadora para que se convierta en un elemento activo, que participe en la transformación de su entorno, pero esto sólo será posible a través de la elevación de su conocimiento y que tenga claridad de lo que se debe hacer para llevar a cabo una verdadera transformación de nuestro México, una tarea nada fácil pero tampoco imposible.

 

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