Las elecciones del próximo 6 de junio son consideradas las más grandes de la historia de México por el número de cargos de elección popular que están en juego y por el aumento en el número de electores registrados; están en juego 21 mil puestos de elección popular entre gubernaturas, diputaciones, presidencias municipales, sindicaturas, regidurías y juntas municipales o concejales. Además, se convocará a casi 95 millones de electores registrados, lo cual representa un incremento de 5 millones de personas, respecto a 2018.
Estas elecciones pueden definir el rumbo de la segunda parte del mandato del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido que hoy domina ambas Cámaras.
En este momento definitorio para el país es muy importante que los partidos pongan sobre la palestra los temas urgentes de la agenda nacional; el combate a la pandemia de la covid-19; la activación económica, la generación de empleos y que tomen en cuenta las propuestas de la sociedad y la ciudadanía organizada; sólo así se podrán formular políticas públicas viables.
En México iniciamos el año 2021 con un cúmulo de preocupaciones y grandes contrastes en el ambiente político, social y económico. Al igual que en 2020 que recién terminó, este año comienza con un panorama interno y externo como pocas veces se había visto; se han expandido los contagios de la covid-19 y lamentablemente, tenemos un saldo letal de más de 165 mil decesos a causa de esa enfermedad; la esperanza de frenar la pandemia con las vacunas es cada día más incierta. Se ha agravado la falta de empleo, hay una nula reactivación de las actividades productivas; la dinámica de una economía en recuperación pierde fuerza con mucha velocidad y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOEN) realizada por el Inegi perdieron 2.5 millones de empleos al cierre del 2020.
Sin embargo, no se ve en ningún partido propuestas serias para levantar el desmantelado sistema de salud, el trabajo y la seguridad; no son temas en las narrativas de los políticos que aspiran a un cargo público, no hay una oferta seria de solución a nuestros problemas; lo único que vemos es un escenario donde unos y otros se golpean discursivamente para sacar la mejor tajada político-electoral.
Es predecible que las campañas se conviertan en espacios de construcción de diálogos entre las personas candidatas y la ciudadanía, para dar pasos reales hacia soluciones concretas y palpables frente a la compleja situación del país y no como suele ocurrir, solo se ofrezcan rega dádivas y se hagan propuestas que solo pretenden distraer a las personas de los problemas reales. Lo deseable es que se propongan proyectos con visión de corto y de largo plazo, mediante los cuales se contrasten las opciones y propósitos de políticas públicas que busquen abatir los problemas sociales y sea solo una sórdida pelea por el poder.
Los partidos y los candidatos no deben perder de vista que, en México, la política y el sistema de partidos atraviesan por un periodo de desconfianza, por lo que la propaganda electoral requerirá ser más contundente al intentar convencer y pedir el voto a la ciudadanía.
Es apremiante un crecimiento de la economía que permita acabar con la desigualdad social y económica de la población, frenar el aumento alarmante de la delincuencia; modificar la actual narrativa de la clase política que recalca cotidianamente que todo marcha bien, anular la obcecación de que los asuntos públicos serán solucionados por la mano de una sola persona, que nutre todos los días la confrontación con un discurso, en el que se ponderan datos a modo sobre la realidad de la salud pública y la economía nacional, tal como sucede en las mañaneras de López Obrador.
Es momento propicio para clamar propuestas reales de solución a problemas concretos de la salud, el empleo y la seguridad que hasta el día de hoy el partido Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador no han dado y no es que las perspectivas del gobierno hayan sido rebasadas, sino que desde el inicio de su mandato ha existido engaño y manipulación, en busca de un proyecto personal.
El gobierno de AMLO es un desastre por donde se le vea, de forma tal, que la ciudadanía quiere un cambio del cambio; y aunque ya hay una alianza opositora al proyecto del actual presidente; es necesario que los partidos que la conforman, propongan algo distinto al pasado que ellos mismos representan; cosa que hasta hoy evidentemente no han hecho.
El Movimiento Antorchista Nacional ya ha propuesto impulsar cuatro ejes de acción reales y posibles: a) empleo para toda la población económicamente activa, b) salarios justos y bien pagados, c) cambio del sistema tributario conforme al ingreso y progresivo y d) reorientación del gasto social, buscando el justo reparto de la renta nacional.
¿Habrá partido alguno que tome en serio estas propuestas o la ciudadanía y las organizaciones civiles seremos ignorados nuevamente?
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