El 31 de marzo de 2020 se escribió una página negra en la historia política del estado de Puebla. En un acto de vandalismo político, el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), actuando con alevosía y ventaja como un asaltante en la oscuridad de la noche, aprovechando la contingencia sanitaria por la pandemia del Covid-19, determinó como infundados los agravios expuestos por el Movimiento Antorchista Poblano (MAP) en su apelación a la decisión del Instituto Estatal Electoral (IEE) que previamente y sin fundamento legal le negó el registro como partido político, después de haber cumplido con todos los requisitos para constituirse como tal.
En una tortuosa y precipitada sesión privada que más bien parecía un tribunal de la santa inquisición, pisoteando la autonomía del órgano electoral encargado de administrar justicia apegado a derecho pronunció una sentencia que responde a los dictados del ejecutivo estatal, Miguel Barbosa Huerta; pues haciendo caso omiso, a los agravios expuestos en la apelación del MAP referentes a la Ilegal intervención del Consejo General del IEE en la vida interna de la asociación; el ilegal análisis del IEE y la determinación de la existencia de una supuesta controversia o conflicto de intereses; la autorización del IEE de cambio de denominación; la afectación de derechos de 300 mil poblanos y la ilegal suspensión del proceso constitutivo de partido político local; se erigió en defensor de las arbitrariedades del presidente del IEE, el morenista Miguel ángel García Onofre y determinó improcedente otorgar el registro al MAP.
No sólo eso, los magistrado del TEEP atribuyéndose funciones de fiscal y utilizando su "alta investidura", sin pruebas, acusaron de delitos de violencia de género y de falsificación de documentos dando instrucciones de notificar lo anterior a la Fiscalía General del Estado para perseguir a los dirigentes del MAP; lo que constituye una amenaza a los derechos constitucionales de estos, con el avieso propósito de amedrentar y hacerlos desistir de ejercer su derecho a constituirse como partido político.
Este es un claro ejemplo del predomino del poder ejecutivo sobre los demás poderes con apoyo de un partido hegemónico, convirtiendo al gobierno en una dictadura en donde la voluntad absoluta de una persona se hace ley.
Se olvidan que "los derechos son producto de la lucha del pueblo, que han surgido de las revoluciones que, en diferentes momentos, han rasgado el velo de normalidad y naturalidad que ocultaba una opresión o discriminación precedente, desde la libertad de conciencia a las otras libertades fundamentales, desde los derechos políticos a los derechos de los trabajadores, desde los derechos de las mujeres a los derechos sociales", como lo aseveraba el eminente y progresista jurista italiano Luigi Ferrajoli.
¿Por qué tanta oposición a otorgar el registro de partido político al Movimiento Antorchista Poblano?
La respuesta salta a la vista. Con la abrupta llegada al poder de Miguel Barbosa Huerta en una desangelada segunda elección en la que sólo participó el 33 por ciento de los electores; Puebla vive una crisis de gobernabilidad. Tiene los índices más altos de violencia e inseguridad, que se manifiestan en feminicidios, en enfrentamientos armados entre grupos delincuenciales, en el contubernio de los cuerpos de seguridad con la delincuencia organizada, en asesinatos de estudiantes que se tradujeron en mega manifestaciones de protesta; las confrontaciones entre la presidenta municipal morenista de la capital con el gobernador por el control del poder y los cuerpos policíacos; la intentona de violar la autonomía universitaria de la BUAP; el aumento arbitrario de nuevos impuestos, como el reemplacamiento de todos los vehículos, la reinstauración de las fotomultas, el incremento del pasaje y la carencia de realización de obra pública; la negativa a intervenir para tomar medidas que permitan enfrentar de manera responsable la pandemia por el coronavirus; ha colocado a Barbosa Huerta, según la empresa encuestadora "Arias Consultores" en el último lugar, como el peor gobernador del país con sólo el 3.5 por ciento de aprobación.
Ante este cuadro desastroso, Morena y su cada vez más desprestigiado gobernador saben que el poder se les va de las manos y ante la inexistencia de otras opciones políticas tradicionales con quienes podrían negociar el reparto del poder; les provoca verdadero pánico el cada vez más creciente prestigio y fortaleza del Movimiento Antorchista Poblano, que se ha erigido como la única y auténtica representante del pueblo trabajador. Basta mirar el espectacular desarrollo de los municipios que gobiernan algunos de sus líderes: Tecomatlán, Huitzilán de Serdán, Tepexi de Rodríguez, Ixcaquixtla, Ahuatempan, Atexcal, Santa Clara Ocoyucán y Cañada Morelos, que a pesar de los recortes presupuestales que malintencionadamente buscan estrangularlos económicamente, siguen trabajando y realizando obra pública para beneficio de sus representados.
Es, por tanto, el MAP el verdadero enemigo a vencer en la lucha de los actuales gobernantes por conservar su endeble poder político; por eso, buscan obstaculizar su ascenso por todas las vías posibles, incluyendo la negativa del registro como partido político, a través del contubernio de los diferentes poderes del estado.
Si ahora, respetuosos de la actual contingencia sanitaria, no nos manifestamos, es necesario que quede claro, que, llegado el momento adecuado, lo haremos con toda la fuerza de nuestra organización; convocando para esto a todas las fuerzas progresistas del estado a unirse a la lucha para sacar de la miseria y el atraso en que está sumida nuestra sociedad.
Cuarenta y seis años de lucha de la mano del pueblo trabajador y 300 mil poblanos organizados avalan la legitimidad del MAP, que, enraizado hasta la médula en la conciencia de la clase trabajadora, seguirá adelante hasta lograr en primera instancia el registro como partido político, para luego, encabezar las aspiraciones de los poblanos desde el poder político.
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