Miles de familias sinaloenses, que habitan en colonias populares de las grandes ciudades del estado y poblados rurales, son víctimas de la falta de atención a sus necesidades por parte de funcionarios de primer nivel del Gobierno del estado que encabeza el Dr. Rubén Rocha Moya.
En esta ocasión me quiero referir al secretario de Obras Públicas, Joaquín Landeros Guicho, al secretario de Salud, Cuitláhuac González, y al Vocal Ejecutivo de la Ceapa.
En el hospital general puedes pasar horas y horas en la sala de urgencias esperando una cama o atención: esto sucede en la 4T del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el primer caso, recién fue nombrado en su encargo, en entrevista directa con él, se le entregó una relación de obras de pavimentación, asfaltados y revestimiento de caminos, construcción de puentes vehiculares, techumbres para la actividad deportiva y cultural de niños y jóvenes y aun de adultos, sistemas de agua potable y drenaje sanitario, entre otras peticiones. En aquella ocasión se dijo dispuesto a resolver poco a poco las peticiones, sin embargo, pasa el tiempo y no vemos para cuándo inician tales obras, que de hacerse cambiará positivamente el nivel de vida de la población demandante.
Hemos acudido a su oficina para solicitar una reunión con él, sin resultado alguno, o no está o no quiere recibirnos, pero lo preocupante es que no hay avances, y la población afectada ya no puede esperar más, sobre todo donde se trata de servicios básicos, como lo es el agua potable.
En el caso del Vocal Ejecutivo de agua potable, está peor, pues argumenta que él solo está como instancia normativa pero que nada tiene que ver con que se realicen obras de agua potable y drenaje sanitario.
Le hemos expuesto que intervenga en la solución del abasto en los poblados de Mocorito, de donde él es oriundo, como en Palmar de los Leal, Rancho Viejo, y nada le conmueve.
En salud, desde que fue nombrado secretario, y a pesar de insistir por meses, no nos escucha en audiencia para exponerle las necesidades de equipo médico, medicinas e infraestructura en centros de salud y hospitales.
El Dr. Cuitláhuac, como dijera el clásico, ni nos ve ni nos oye, lo más que dicen sus allegados es que nos dirijamos al IMSS porque el Gobierno del estado no tiene ya facultades para operar y, cuando vamos con los funcionarios del IMSS, nos remiten a la oficina del Sr. Cuitláhuac, puro peloteo a las necesidades médicas de la población más vulnerable.
Por esta razón iniciaremos una serie de protestas contra estos funcionarios insensibles e indolentes.Es urgente la intervención del gobernador Rubén Rocha Moya, pues la falta de agua potable está ya a la orden del día.
Y ni qué decir de las medicinas, hay mucha molestia de la población por el desabasto, y mala atención. Tienen que pasar semanas e incluso meses para una programación de operación urgente.
En el hospital general puedes pasar horas y horas en la sala de urgencias esperando una cama o atención: esto sucede en tiempos de la 4T, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió un sistema de salud como en Dinamarca, o sea, de primer nivel; la realidad lo desmiente a gritos.
Y si esto sucede en la capital, en los hospitales rurales como el de San Lorenzo, ubicado en Pueblos Unidos, o en Eldorado, la escasez de un buen servicio deja mucho que desear, sin equipo suficiente, falta de especialistas y desabasto de medicinas, incluso lo más elemental para diabéticos e hipertensos.
En Altata, un centro turístico que cada día alcanza más importancia porque cada fin de semana acuden miles de turistas, no tienen ni un centro de salud; o el caso de La Reforma, municipio de Angostura, que ni jornada acumulada (servicio de fin de semana) tiene.
Urge, pues, que el gobernador Rocha Moya intervenga y se empiece a dar soluciones en cada uno de los aspectos señalados.
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