Al llegar el gobierno de la 4T en 2018 mucha gente (los que votaron por el Presidente) echó las campanas al vuelo diciendo que ahora sí había llegado el Presidente que todos los mexicanos querían, y que sí iba a haber transformación en todos los aspectos tanto en lo económico, lo educativo, lo cultural, disminución de muertes y violencia, en corrupción, en la salud de los mexicanos, apoyos para el campo, y un largo etcétera.
En cuestión a lo educativo, recordemos que la pandemia del Covid-19 inició en México el 27 de febrero de 2020 y antes de esa fecha nuestro sistema educativo mexicano se encontraba con graves problemas, como deserción escolar, falta de apoyo a las escuelas, falta de escuelas, carencia de infraestructura educativa, falta de apoyo a estudiantes con becas, un magisterio pisoteado y denigrado.
Con la ola de la Nueva Escuela Mexicana que traía como bandera el gobierno morenista todos esperaban un cambio revolucionario en el ámbito educativo, desde infraestructura educativa para todos los niveles, como baños, salones, comedores, bibliotecas, agua potable, drenaje, internet, además de revalorización al magisterio, continuidad en algunas cosas positivas del gobierno anterior como las escuelas de tiempo completo, etcétera.
Se vino la pandemia, se declaró alerta sanitaria nacional y con ello todas sus implicaciones de cuidado y protección sanitaria, incluido los malos manejos de la pandemia por parte del gobierno la cual dejó al corte del 25/06/23 la escalofriante y dolorosa cifra de “334 mil 336 muertes”(datos.covid-19.conacyt.mx), se inició el ciclo escolar 2021-2022 ya con clases presenciales y con todos los cuidados sanitarios correspondientes y nos encontramos con un panorama desolador tanto en lo educativo como en la infraestructura educativa.
Así, alumnos, padres de familia y maestros se encontraron con escuelas vandalizadas, hurtadas de pies a cabeza, instalaciones más deterioradas. El ciclo escolar 2022-2023 fue un ciclo que arrastró los últimos resabios de Covid-19 con todas sus implicaciones de cuidado higiénico en las escuelas y la implementación de vacunas a la población en general, incluidos niños y niñas, adolescentes y maestros y por consiguiente el atraso académico que de por si existía y que con la pandemia se agravó a niveles nunca antes vistos y por lo tanto fue todo un reto para profesores y directivos sacar adelante a los estudiantes.
Los mexicanos ya no nos chupamos el dedo y un claro ejemplo es que las escuelas sigan igual o peor, ya que muchas continúan sin agua, sin drenaje, sin luz, planteles de palitos y de lámina, sin internet…
Hace unos días que terminó el ciclo escolar 2022-2023 y muchos estudiantes entre niñas, niños y adolescentes concluyeron su educación básica y su educación media superior y superior, pero también un importante y alarmante número de estudiantes desertaron. De acuerdo con la página web de la Secretaría de Educación Pública (SEP), 29 millones 849 mil 46 alumnas y alumnos de escuelas públicas y privadas de educación básica, media superior y normales cursaron el ciclo escolar que acaba de culminar.
En México, el año escolar 2022-2023 ha finalizado con resultados inquietantes en términos de atraso educativo y abandono escolar, señaló Patricia Ganem, responsable de Investigación de Educación con Rumbo (ECR), en una conferencia de prensa en línea titulada Una vez más, la SEP deja mucho que desear en este ciclo escolar 2022-2023. “La crisis del Covid-19 ha tenido un impacto significativo en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Durante este ciclo escolar, la alarmante cifra de 285 mil 670 alumnos no regresaron a la escuela”, detalló (ultranoticias.com.mx, 13 de julio de 2023).
Hace casi un mes vimos como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, festejó su quinto año como mandatario del país y lo celebró con bombo y platillo y un baño de pueblo en el Zócalo de la capital del país, gritando a los cuatro vientos que “vamos bien“, y haciendo eco de sus obras faraónicas como el Tren Maya, que está destruyendo a no más poder la naturaleza, zonas arqueológicas y el hábitat de cientos de especies y animales, la refinería que no refina de Dos Bocas, el aeropuerto casi inoperante “Felipe Ángeles” y el corredor interoceánico, que por cierto se ha llevado la mayor cantidad de presupuesto del Presupuesto de Egresos de la Federación en sus cinco años de gobierno.
Pero los mexicanos ya no nos chupamos el dedo y un claro ejemplo es que las escuelas sigan igual o peor, ya que muchas escuelas continúan sin agua, sin drenaje, sin luz, planteles de palitos y de lámina, sin internet. Se quitaron las escuelas de tiempo completo, se implementaron un nuevo plan y programas de estudio que no convence a los maestros, las becas son solo para unos cuantos, y somos de los países con muy bajos niveles educativos.
De acuerdo con la UNESCO en un análisis a 75 países sobre las problemáticas y los tipos de rezago educativo, México ocupa el lugar 48, teniendo a los estados de Guerrero, Oaxaca, y Chiapas con los mayores rezagos educativos del país.
No cabe duda que urge al país un modelo educativo de nuevo tipo, ese modelo educativo que impulsa, promueve e implementa el Movimiento Antorchista Nacional en las escuelas antorchistas del país. Antorcha ve a la educación como uno de los pilares para el desarrollo y del país.
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