La educación es un derecho fundamental y la base para desarrollar una sociedad más justa e igualitaria, también nos ayuda a desarrollarnos como personas, desarrolla la tecnología aumentando la productividad y el potencial de crecimiento económico de la sociedad.
La educación es clave para erradicar la pobreza, modificar la vida de los individuos, promover la igualdad, aumentar la competitividad laboral, mejorar la sociedad en su conjunto. Mucho se habla sobre la importancia de invertir recursos en educación pero en los hechos no se le da prioridad. Para que nuestra nación progrese es necesario que el gobierno de la 4T invierta en educación.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ha manifestado la importancia de invertir en educación como una de las claves para reducir los niveles de desigualdad en los países, por lo tanto, enlazan directamente el desarrollo de la sociedad con la formación y los recursos concedidos a la preparación de la niñez y juventud.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se dice un presidente de izquierda y en su campaña a la presidencia realizó promesas para mejorar en todos los sentidos al país, aseguró que si la ciudadanía votaba por él acabaría con todos los problemas que anteriores mandatarios habían generado con el mal manejo del país, en sus planteamientos colocó a la educación como motor del país, ahora que está al frente de la nación ha colocado los recursos otorgados a la SEP en mínimos históricos. Los recortes presupuestales que AMLO ha realizado en el área de educación han sido en tres rubros: aprendizaje incluyente, formación docente y educación inicial.
En 2019, primero año de administración de López Obrador, el gasto programable del sector público presupuestario en educación sumó 453 mil 232 millones de pesos (21 mil 250 millones de dólares), eso fue 5.3 por ciento menos respecto a 2018 en términos reales, además ese monto se colocó como el más bajo en la última década. Para 2020, el gasto sumó 468 mil 429 millones de pesos (21 mil 950 millones de dólares), esta cantidad representó un incremento de 3.4 por ciento, pero se ubicó como el segundo más bajo desde 2011.
En 2021 fueron seis programas que pertenecían al rubro de desarrollo social que desaparecieron del proyecto de egresos federales, mientras que otros dos tuvieron reducciones. Como podemos apreciar cada año que pasa, la administración de la 4T, ha dejado de invertir en educación para los mexicanos.
Según datos de la Secretaría de Hacienda, los recursos que pierden otros programas se canalizan al creado por López Obrador, llamado La Escuela es Nuestra (LEEN), las becas Benito Juárez y Elisa Acuña. El programa LEEN tiene el mayor aumento directo dentro de los planes de formación básica. El Consejo Nacional de Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (CONEVAL) lo valora como ligeramente relevante para garantizar el acceso a la educación.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los mayores niveles educativos tienen mejores perspectivas laborales y con ello mejores ingresos respecto a las personas con calificaciones educativas generales. La información en educación cobra mayor relevancia por el combate a la pobreza, la UNESCO, es clara y enfática al señalar que muchos países no evalúan sistemáticamente los resultados del aprendizaje y la información que hay disponible apenas y se utiliza para formular las políticas.
De acuerdo con el informe del Banco Mundial más reciente, Cuba es el país que más porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) destina a los temas relacionados con educación, su inversión asciende al 12.9 por ciento de su PIB, lejos de él y de los primeros lugares queda México con una inversión estimada en 5.1 por ciento. Los países que más invierten en educación son: Cuba 12.9 por ciento; Timor Oriental 11.3 por ciento; Dinamarca 8.7 por ciento; Ghana 8.1 por ciento; Islandia 7.6 por ciento; Tailandia 7.6 por ciento; Nueva Zelandia 7.4 por ciento; Chipre 7.3 por ciento; Venezuela 6.9 por ciento; Bolivia 6.9 por ciento.
El poco interés que la 4T tiene en la educación de los mexicanos se aprecia en el recurso que destina a educación, esto ha ocasionado que tan solo en 2020, alrededor de 5.7 millones de niños y adolescentes de entre 3 y 17 años en México se encontraban fuera de la escuela, la cifra equivale al 17.5 por ciento de la población de ese rango de edad en el país. El número de niños en ese rango de edad que no asisten a la escuela es mayor en las zonas indígenas y de muy alto rezago social, con 39.7 y 53 por ciento respectivamente. Además, los datos nos indican que en primaria 96 mil 957 niños (0.7 por ciento de la matrícula de ese nivel) no concluyeron el nivel escolar referido; para secundaria la tasa de deserción escolar fue de 4.8 por ciento, es decir, 308 mil 923 adolescentes; mientras para educación media superior el indicador ascendió a 13 por ciento, esto es 683 mil 544 jóvenes que se separaron de sus estudios antes de terminar el ciclo escolar.
Todo cambio educativo debe ser parte de una transformación del modelo económico donde esté contemplado el combate a la pobreza, mientras esto no se lleve a cabo no podrá evitarse que niños y jóvenes salgan de las aulas a trabajar para ayudar con el sustento familiar y con esto aumentar las cifras de deserción escolar.
Esta es la realidad de nuestro país, muy triste, pero realidad al final de cuentas y solo podremos cambiarla si de manera decidida nos organizamos y actuamos en conjunto con el fin de mejorar las condiciones educativas en beneficio de la clase más desprotegida, solo de esta manera podremos tener un país donde no exista tanta desigualdad y todos tengamos una educación
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