Durante la semana del 5 al 13 de abril, Tecomatlán, Puebla —cuna del antorchismo— fue sede del evento cultural no gubernamental más importante del país, donde la majestuosidad del talento mexicano brilló (algunos por primera vez) en dos imponentes recintos dedicados a la cultura y educación del pueblo.
¿Qué quieren los que le dicen a la gente que no se organice? Que la gente se quede sola, para que la puedan manipular a su antojo los que tienen poder y dinero.
La XXI Espartaqueada Cultural Nacional recibió a más de 28 mil artistas de toda la patria: infantes, adolescentes, amas de casa, obreros, campesinos, colonos, comerciantes, universitarios, doctores, ingenieros y demás. Todos ellos cantaron, declamaron, danzaron y bailaron para el disfrute y enriquecimiento espiritual gratuito de toda la clase desposeída de México.
Auditorio Clara Córdova Morán
En 2015 se inauguró la remodelación del Auditorio Clara Córdova Morán, un espacio que rinde homenaje a esta destacada revolucionaria y valiente profesora, quien fue asesinada a balazos por los pípilos (término usado para referirse a los caciques), en Tecomatlán.
Este crimen ocurrió en el contexto de una lucha histórica, en la que el pueblo organizado logró una de sus primeras grandes victorias políticas.
La resistencia contra los opresores de la época no sólo cobró la vida de Clara Córdova, sino también la de su esposo, Gabriel Hernández, otros campesinos y del joven estudiante de secundaria, Edgardo Almícar Campos Córdova, allá por 1982.
Este recinto fue el primer auditorio municipal, cuenta con capacidad de mil espectadores, duela de madera, buen sonido, bellas butacas de color rojo, aire acondicionado y, con todo ello, este año se consolidó como uno de los dos indispensables escenarios del evento.
Teatro Aquiles Córdova Morán
En la Atenas de la Mixteca una nueva e imponente sede se inauguró este 2025: el Teatro Aquiles Córdova Morán, espacio cuya materialización fue posible gracias al trabajo unido y constante del pueblo organizado en el Movimiento Antorchista Nacional y que está dedicado al líder revolucionario más importante del país, quien fundó en 1974 un movimiento que, tras más de 50 años, sigue luchando contra la explotación y sus efectos nocivos en la población mexicana.
Este moderno recinto ha sido concebido con la más alta exigencia técnica para ser reconocido como un verdadero teatro profesional, destinado al arte dramático. Su diseño incorpora un sistema de sonido de excelencia, acústica impecable, cómodas butacas y un foro para más de 3 mil personas.
La iluminación escénica es de primer nivel, la duela es de alta calidad y el espacio cuenta con aire acondicionado, foso orquestal y todos los elementos necesarios para una experiencia artística integral.
En su interior se aprecian esculturas inspiradas en la cultura griega que rinden homenaje al amor por las artes, mientras que su fachada reproduce fielmente el Partenón de Atenas, coronado por un frontispicio que representa la mítica batalla entre los centauros y los lapitas. Esta obra monumental está dedicada al pueblo pobre de México, como un acto de justicia cultural y celebración del espíritu humano.
Origen histórico de nuestra Espartaqueada
Espartaco fue esclavo tracio que lideró la rebelión de esclavos más grande de la Antigua Roma; jugándose el pellejo en la lucha por su libertad antes que dejarlo en la arena circense.
Dicha batalla es también conocida como la Tercera Guerra Servil (73 a. C.), en donde el pueblo esclavo se organizó y derrotó a las legiones romanas. Su historia simboliza la lucha contra la opresión y ha inspirado movimientos sociales a lo largo de la historia, incluido el antorchismo, que toma su nombre como referencia a la resistencia popular.
Nuestra Espartaqueada representa un acto de resistencia cultural y política frente a la “cultura basura” promovida por el imperialismo norteamericano, que busca embrutecer y enajenar a nuestros niños y jóvenes mediante contenidos vacíos, alienantes y, en muchos casos, obscenos y pornográficos.
La lucha se da en el terreno real de la vida; buscamos imponer la belleza de la cultura emanada del pueblo educado y consciente. Y descartamos las modas impuestas a través de las plataformas digitales, medios masivos y de la industria del entretenimiento, que buscan despojar (bajo los intereses ideológicos del capitalismo) a todos los pueblos de su identidad, naturalizando la sumisión, la violencia, el narcotráfico y con ello la drogadicción, el embarazo infantil y adolescente, entre otras muchas enfermedades sociales.
La Espartaqueada busca superar con hechos la ideología burguesa y el carácter capitalista mercantil del arte y la dignidad humana.
Los versos de la burguesía vs. los del pueblo
Mientras que las clases en el poder impulsan letras como: “Oye, vente y hazme un baby. Prende un Phillie y ponte crazy. Me saco la fifty, se pone caliente. Cara de inocente, mía desde los veinte”.
El pueblo organizado en Antorcha pugna por enaltecer la capacidad poética de autores como Guty Cárdenas: “El día en que cruzaste por mi camino, tuve el presentimiento de algo fatal. Esos ojos, me dije, son mi destino, y esos brazos morenos son mi dogal”. O letras sutiles y bellas como las del Flaco de Oro, quien cantó un día: “Aunque no quieras tú / Ni quiera yo, lo quiso Dios / Hasta la eternidad / Te seguirá mi amor / Hasta en tus besos me hallarás / Hasta en el agua y en el sol / Aunque no quieras tú / Aunque no quiera yo”.
Agrego que no vemos culminada la tarea; pronto, algún día, en cualquier instante, indefectiblemente, el pueblo escribirá los nuevos versos que harán justicia a los oprimidos de esta era putrefacta que se muere y cantarán más fuerte las bellas letras del porvenir, de la sociedad naciente.
Esa Antorcha que ilumina…
Desde 1974, año en el que inició la lucha revolucionaria de Antorcha Campesina, la organización ha llamado al pueblo a educarse y organizarse para hacer añicos la explotación del hombre por el hombre, que ha alcanzado su máxima expresión en el capitalismo. El nacimiento de nuestro movimiento ha puesto en jaque los intereses de la actual clase en el poder, que ve amenazados sus intereses egoístas con la unidad y solidaridad del pueblo que hoy combate a muerte por un mejor reparto de la riqueza social.
Ante las condiciones actuales de un mundo que evidentemente está cambiando, el secretario general de Antorcha, Aquiles Córdova Morán, dijo durante la Espartaqueada Cultural Nacional 2025:
“¿Qué quieren los que le dicen a la gente que no se organice? Que la gente se quede sola, para que la puedan manipular a su antojo los que tienen poder y dinero. Por eso hay una campaña: ‘Te vamos a dar tu tarjetita, pero salte de Antorcha’, ‘Te vamos a dar tinacos, pero salte de Antorcha’, ‘Te vamos a dar tu despensa de muerto de hambre, pero salte de Antorcha’. Total, la campaña es contra la organización, contra la unidad. La unión hace la fuerza; los que no se unen son débiles, los que se quedan solos son juguetes de los poderosos. A los pobres solo nos queda una manera de defendernos: uniéndonos como un solo hombre y como un solo ideal. Este es el mensaje de las Espartaqueadas: la unión hace la fuerza. Amigas y amigos, regresemos a nuestros pueblos, a nuestras ciudades, a nuestras escuelas, y digámosle a la gente: hay que unirse, porque los tiempos vienen duros; hay que decidirse ahora, porque, como dijo el poeta, mañana ‘será tarde y llueve sangre’”.
Nuestra victoria: ser y actuar como un solo hombre bajo un mismo ideal. En este 2025, contamos con la asistencia de más de 28 mil artistas, pero detrás de cada puesta en escena hubo esfuerzos sobrehumanos para que los artistas pudieran lucirse en el escenario. Esta justa cultural no habría sido posible sin la participación de cada niño, ama de casa, obrero, campesino, colono, ni sin la participación de activistas como Petra Esperanza y las plenistas de Ocoyucan, que alimentaron a los bailarines de su seccional.
Tampoco se habría logrado sin los directores de arte Óscar Ortiz, David Flores, Cutzi de la Cruz, Vania Mejía, César Zárate, entre otros, que hicieron lo suyo. Jamás se habría dado a conocer nuestro evento sin la labor de grandes comunicadores como Homero Aguirre, Aquiles Montaño, Itzel Ramón, Jocabed Vázquez, Diana Villegas, Ray Acosta y muchos más. El evento no tendría tal calidad sin la dirección visionaria de la doctora Soraya Córdova y del ingeniero Juanito Célis en la Comisión Nacional Cultural. Sería inconcebible la Espartaqueada sin la dirección y creatividad del ingeniero Aquiles Córdova Morán. No seríamos nada sin la unidad, la fraternidad y la lucha de nuestro movimiento.
Finalmente, agradecemos a cada colector por su participación, a la ciudadanía mexicana por cada peso aportado. Nuestra intención no es otra que construir una sociedad nueva desde la raíz y, para ello, necesitamos manos, muchas manos, porque, como dijo Gabriela Mistral, ocupamos que: “Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”, pero agrego: la aportación de cada individuo tiene que estar sujeta a lucha y acción conjunta; solo así lograremos transformar y superar la humillación de esta época descompuesta y dominada por la burguesía.
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