En el informe del Coneval 2018-2020, se dice categóricamente que “la pobreza aumentó de 51.9 millones a 55.5 millones de mexicanos, de un total de 126 millones 14 mil 24 habitantes”. También dice que “la pobreza extrema pasó de 8.7 millones a 10.8 millones de personas”. Sin embargo, hay especialistas en la materia que afirman que el número de mexicanos que padecen algún tipo de pobreza ronda los 95 millones. Ante estos números alarmantes, se esperaría un plan integral que tuviera como eje principal el combate a la pobreza y la desigualdad social, con un presupuesto de egresos que contribuya a que esto sea posible, sin embargo, con la reciente aprobación del PEF 2022, los mexicanos nos llevamos un portazo de narices.
El pasado domingo 14 de noviembre, vimos con desagrado a través de los medios informativos el anuncio de que el PEF 2022 fue aprobado por Morena PT y PVEM, por un monto de 7 billones 88 mil millones de pesos. El proyecto que envió el ejecutivo al Congreso fue avalado sin tapujos ni análisis por los congresistas del partido en el poder. La esencia del presupuesto es destinar la mayor parte a obras faraónicas y a programas asistencialistas de transferencia monetaria, es decir, becas al por mayor a la mayoría de los estudiantes en edad de votar, mientras por el otro lado, se deja descuidada la parte de obras de infraestructura básica, como agua, luz, drenaje, pavimentos, escuelas, hospitales, etc., para colonias populares y pueblos indígenas. Obras que son de gran urgencia para nuestro país, pues basta con darse una vuelta en esas colonias y pueblos, para ratificar su urgencia. La triste realidad del PEF 2022 es que se cambian las necesidades del pueblo pobre por los aplausos de los jóvenes votantes deslumbrados por unos cuantos pesos.
Nuevamente se aprobó un presupuesto que muestra desinterés por los más pobres, aquellos que viven al día, aquellos que no saben si van a comer mañana, aquellos que no tienen una vivienda digna, aquellos pacientes de enfermedades crónicas. Ahora hasta el INE sufrió un duro revés por parte de la 4T, a pesar de que tienen encima la organización de la “consulta de revocación de mandato” y elecciones a gobernadores el próximo año. El plan maquiavélico de la 4T para recabar más recursos es que los jóvenes que van a cumplir la mayoría de edad, tendrán que tramitar su RFC para que una vez que comiencen a recibir un ingreso por concepto de trabajo, también coticen y contribuyen a aumentar las arcas del gobierno. Si en realidad fuera con el fin de hacer más obras para colonias y pueblos, se entendería, pero todo indica que es para obras de relumbrón, como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería Dos Bocas.
López Obrador prometió un cambio profundo en el país, pero ya llevamos cuatro años de lo mismo, y las cosas van empeorando, como lo demuestra el informe del Coneval. Chihuahua no se escapa de esta crisis económica y social que ha traído como consecuencia el incremento en el número de pobres, ese mismo informe dice que en el estado, el aumento de la pobreza extrema para 2018 era de 93 mil 300, y en 2020 fue de 110 mil 500; el total de chihuahuenses que padecen algún tipo de carencia es de 1 millón 73 mil, lo que representa casi un tercio del total de habitantes en el estado.
Urge que el pueblo se quite la venda de los ojos y no se deje marear por los cantos de sirena del Gobierno morenista; urge que la gente se organice y se eduque políticamente y en realidad pongamos a verdaderos representantes del pueblo, que velen y luchen por los intereses de los más vulnerables. El Movimiento Antorchista invita a todos los mexicanos honrados que se sienten ultrajados con la política de la 4T, y que juntos formemos un frente común que sea capaz de frenar las injusticias que está cometiendo morena a México.
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