La mañana del viernes 7 de febrero, 225 comerciantes de productos baratos que trabajan a las afueras de la CAPU, en la zona norponiente de la capital, fueron agredidos por un grupo de 50 porros y malandros de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes “28 de Octubre”. Los comerciantes tienen 38 años vendiendo sus mercancías en aquella zona de tránsito popular y pertenecen a la organización “Cristóbal Colón”, que desde hace 15 años se adhirió al Movimiento Antorchista en Puebla. Todos ellos participaron con entusiasmo en la marcha de 15 mil antorchistas, realizada en la capital de Puebla el 31 de enero, en conmemoración del 20 aniversario del inicio del trabajo con el comercio ambulante y que exigió que el gobierno de la capital y del estado le pongan un alto definitivo a las agresiones de la “28 de Octubre”, que es una organización que desde hace varios años crece en número de “agremiados”, pero bajo las amenazas y golpizas con que obligan a los mercados, a los tianguis, al comerciante ambulante y ahora a los transportistas, a que se unan con ellos a la buena o, más bien, a la mala.
Los comerciantes antorchistas de la CAPU, que son sobre todo mujeres y señoras de la tercera edad, han cometido el “delito” de no querer sumarse a la “28 de Octubre” y, para colmo de males, ese día estaban colocando lonas en cada local, mismas que decían: “Comercio antorchista”. Los malandros armados con palos, piedras, cadenas y armas blancas, llegaron a quitar las lonas, a gritar e insultar a las señoras, a empujar y golpear a quienes se resistieron al acto de barbarie y a hacer destrozos. Hubo mujeres golpeadas. ¿Para qué? Para que “dejen de ser antorchistas” y se “sumen a la 28”. Esa fue la consigna, o amenaza, de los porros.
Nadie se echó para atrás. No. nada de eso. Ahí todas y todos resistieron y se agruparon en un bloque y llamaron a sus líderes. No previeron la rápida reacción del comercio antorchista. De inmediato llegaron grupos de apoyo para frenar las agresiones de la “28 de Octubre”. Hubo protestas en la Secretaría de Gobernación para que se mandaran patrullas y policías. Pero los malandros tuvieron que parar sus actos criminales cuando llegaron los comerciantes antorchistas en bloque en ayuda de sus compañeros de la CAPU.
¿Y el gobierno de la capital de Puebla no puede frenar la forma de operar de la “28 de Octubre”? ¿No es un asunto que le interese, dada la gravedad de las cosas? ¿Y la Secretaría de Gobernación capitalina? ¿Por qué no los frenan de inmediato, a pesar de que los conocen y tienen el poder para imponer la ley? ¿Qué esperan para hacer algo? ¿Más heridos de gravedad? ¿Muertos?
Repetimos lo que antes hemos dicho: No es la primera vez que la 28 de Octubre comete crímenes que nadie persigue. El lunes 27 de enero, denunciamos: “Al menos tres operadores resultaron heridos y un par de autobuses de la ruta 100 fueron vandalizados, luego de que un grupo de sujetos llegó y los golpeó en su base, que se ubica en inmediaciones de la CAPU, en la ciudad de Puebla. Las víctimas indicaron que ese día varios sujetos que portaban palos y demás objetos llegaron a su terminal y comenzaron a golpearlos. Los golpes les causaron heridas de consideración en el rostro y cabeza, por lo que tuvieron que ser atendidos por los paramédicos, no obstante, uno de los choferes requirió ser trasladado a un hospital. Los representantes de la ruta 100 señalaron directamente a integrantes de la organización 28 de Octubre, como los responsables del ataque a sus operadores” (intoleranciadiario.com, 27 de enero). Así comenzamos el año: sufriendo agresiones de esa organización cuyos líderes se han convertido en criminales. Hay muchos otros ejemplos que ya hemos denunciado, pero no los repasamos en brevedad del artículo. Y tampoco somos los únicos agraviados. Muchas otras organizaciones han sido víctimas de las formas criminales en que opera.
Pero la “28 de Octubre” vuelve a las andadas: cobran piso, golpean a jóvenes, mujeres y gente de la tercera edad y a sus porros ningún gobierno les pone un alto. Una vez más, exigimos alto a la violencia de la “28 de Octubre” y que el gobierno de la ciudad se comprometa a darle tranquilidad y paz a comerciantes y transportistas. Eso lo puede lograr el gobierno de José Chedraui. Es su obligación y vamos a exigirlo con marchas en la calle, campañas en la prensa poblana y en las redes sociales. El gobierno sabe qué hacer para generar un ambiente en el que los comerciantes puedan trabajar tranquilamente y así llevar el pan honrado a su casa. El gobierno sabe cómo lograr que la “28 de Octubre” deje de crear violencia. No es necesario que en el transporte y en el comercio corra más sangre como forma normal de operar.
Urge la intervención del gobierno del estado. Por eso, desde este momento, le pedimos enérgica pero respetuosamente al gobierno estatal, que encabeza el doctor Alejandro Armenta Mier, que intervenga en el problema y que, con el poder que ostenta, detenga a los porros de “la 28”, regrese la paz y salvaguarde la integridad de los antorchistas, de sus líderes y de muchos otros comerciantes que sufren la violencia de “la 28”. Esperamos que, para bien de todos, el gobierno del estado nos haga caso.
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