MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Retos para Hermosillo en este nuevo trienio

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El pasado 16 de septiembre del presente año inició el nuevo gobierno en Hermosillo, siendo Antonio Astiazaran Gutiérrez, quien ganó por alrededor de 6 mil votos a su más cercana competidora, Célida López, quien buscaba la reelección de la alcaldía, y quien hasta hizo intentos de  impugnar la elección declarando irregularidades en el proceso, finalmente no prosperó y al parecer se tuvo que conformar con una dirección en el gobierno estatal, que Alfonso Durazo le asignó, para “ayudar” en la cuarta transformación que esperamos con “ansias locas” todos los sonorenses en los próximos seis años. 

Según datos arrojados por el Inegi, hasta 2020, Hermosillo registra una población de 936 mil 263 habitantes. Datos arrojados por Consejo Integrador de la Construcción, la Industria y el Desarrollo (INCIDE A.C.), Hermosillo ha crecido un 1,866%, en 70 años, seguido por Cd. Obregón (con 11.2% de la población) con un crecimiento del 963% y de Nogales con una tasa de crecimiento del 967% en ese lapso, con el 8.9% de la población en el estado. Esto nos indica que la capital es un punto de concentración de miles de trabajadores, profesionistas, constructores y demás. Esto representa un gran reto para los gobernantes, que es ir en desarrollo en espiral, porque la ciudad crece en población, pero en infraestructura se está quedando atrás. Al gobierno de Célida López no podemos decir que fue un fracaso total y tampoco un retroceso, hay cosas positivas como el arreglo y pavimentación de varias calles, construcción del puente en la colonia La Antorcha y otras obras más, pero está claro que no es suficiente, ya que cada día el tráfico se está volviendo un problema, y las avenidas principales ya no se dan abasto. También se necesitan puentes a desnivel, y apertura de otras vías de circulación. 

Pero eso no es todo, ya que, si fuera solo eso lo que faltara en Hermosillo, como dirían por ahí, estaríamos del otro lado. Uno de los principales problemas de la ciudad es la regularización de lotes y predios, y me parece que esa es una gran muralla que está siendo utilizada a la misma vez como un pretexto de las administraciones para no darle un título de propiedad a alguna familia humilde y así negarle los servicios básicos como son el agua potable, electrificación, drenaje y otros, porque no está regularizada la tierra donde habitan. Me queda claro que es un tema complicado el hacer realidad alguna iniciativa para que sea menos burocrático el proceso de regularización de la tierra, pero también me parece que los regidores han hecho a un lado este tema, y no le han puesto empeño y agilizar los trámites para que miles de familias puedan tener un pedacito de tierra legal y así se les deje de llamar invasores.  En este tema, el nuevo alcalde tiene bastante chamba que sacar. 

Otro de problema que aquejan a los hermosillenses es el mal estado en el que se encuentran las calles, como lo menciono arriba, con el plan emergente, el cual se aplicó en 50 ciudades del país, entre ellas Hermosillo, el gobierno federal destinó a la capital sonorense 500 millones de pesos para bacheo y, bueno, uno que anda en la gestoría y viendo la necesidad de los humildes, por lo menos las avenidas como Antonio Quiroga, una parte del Blvd. Lázaro Cárdenas, Gaspar Luken y otras más pude constatar que fueron rehabilitadas, pero no es suficiente, y a mi parecer, por lo menos se requieren unos 5 mil millones de pesos para que realmente podamos hablar de una buena rehabilitación de avenidas y calles en Hermosillo. 

En tres años no se puede hacer mucho, porque el primer año, la administración entrante, —lo sé por experiencia propia, desde que comencé a adentrarme en la política—, el argumento siempre ha sido que reciben un municipio quebrado y con deudas, y por lo tanto no hay dinero para obras ni para nada, solo para el pago de salarios y para servicio básicos; el segundo año es cuando se ponen a medio hacer algunas obras, y el tercer año ya están preparando sus maletas para retirarse. Y así transcurren los 3 años del gobierno, con una burocracia lenta, incapaz y carísima. 

Los hermosillenses, en particular las familias humildes, que se concentran mayormente a las orillas de la ciudad, realmente están muy necesitadas de servicios básicos; de agua potable, energía eléctrica, drenaje, vivienda, alumbrado público y más. Hay varios asentamientos irregulares, donde las familias esperan con ansia que se les de un documento legal el cual pueda respaldarlos de un desalojo.  En el área rural, varias comunidades requieren de energía eléctrica, como el Sahuímaro y algunas zonas de Bahía de Kino; requieren de agua potable, transporte, drenaje, etc., etc. Los hermosillenses esperamos un gobierno que verdaderamente se preocupe por los estratos más humildes, por los más necesitados. De malos gobiernos que se olvidan de todas las promesas que hicieron en campaña ya estamos hartos.    

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