MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tabasco, otra prueba de que los pobres no son la prioridad de AMLO

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Tabasco es una historia de inundaciones, han ocurrido desde tiempos inmemoriales, en promedio cada cuatro o cinco años, las dos últimas ocasiones con los estragos más importantes se dieron en los años 2007 y 2020, que dejaron a cientos de miles de tabasqueños, sin sus pertenencias más elementales, como su ropa, electrodomésticos, camas, animales, automóviles y sus hogares en malas condiciones.

El presidente López Obrador, como tabasqueño que es, conoce de primera mano las consecuencias tan catastróficas que resultan de estos fenómenos naturales, tan es así, que después de las afectaciones que dejó la inundación del 2007, se pronunció en desacuerdo con el proceder del gobierno en turno y, básicamente tenía razón en todas y cada una de las críticas, señalamientos y soluciones que expreso en aquel entonces para corregir de una vez por todas esta calamidad cíclica que padecen los tabasqueños en general, pero, que afecta con más intensidad a los que menos tienen.

Las demandas planteadas por el hoy presidente en favor de sus paisanos en el 2007 fueron: reconstrucción de viviendas; reposición de ropa; de aparatos electrodomésticos; de muebles; de automóviles; inversión a fondo perdido para comerciantes y empresarios pequeños y medianos; apoyo para los agricultores que lo perdieron todo, así como para los ganaderos que también fueron afectados; subsidios para la luz y el gas; desazolve de ríos; plan de obras hidráulicas para evitar las inundaciones; entre otras acciones. Justificó sus peticiones con el argumento de que tabasco merecía eso y mucho más, porque es un estado que aporta 600 mil barriles diarios de petróleo Olmeca, que es de los de mayor calidad en el mercado internacional y por tanto su precio es alto, en aquellos días se vendía a 90 dólares el barril.

La postura del antiguo líder opositor López Obrador del 2007, contrasta radicalmente con la postura del hoy presidente López Obrador en el 2020, como si se tratara de dos personas distintas, pero no, es la misma persona, la única diferencia es que antes no tenía el poder y ahora sí, y debiera ejercerlo en beneficio de sus paisanos y no en su perjuicio, como lo hizo, al permitir que Comisión Federal de Electricidad, desfogara la presa Peñitas, sin el debido cuidado, provocando la inundación de los municipios más pobres, entre los que se encuentra Macuspana su tierra natal, provocando un daño irreversible a más de 200 mil familias, situación parecida a la que sucedió en el 2007, la cual criticó severamente  y tenía razón, pero ahora que le tocó tomar la decisión, no la tuvo, porque lo hizo para salvar su proyecto faraónico, la refinería Dos Bocas, sin importarle los más pobres, a los que de palabra, ha jurado y perjurado defender, pero con sus acciones los ha agraviado.

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Las acciones del gobierno federal, ya no se diga del estatal, han sido lentas, insuficientes y mal ejecutadas. Primero, los servidores de nación  levantaron un censo amañado, con tintes electoreros, inscribiendo en él a 200 mil familias, principalmente a sus correligionarios y dejando fuera a miles de familias que no son de su partido o que no tuvieron los recursos para pagar su "cuota de inscripción”; segundo, después de dos meses y medio de estar en el agua, los damnificados, empezaron a recibir su apoyo de 10 mil pesos para la reconstrucción de sus hogares, cantidad totalmente insuficiente y además injusta, porque el daño en las viviendas no fue el mismo en todas las casas, pero aún para las menos dañadas no alcanza esa cantidad, además, la distribución de los recursos se realizó en la total anarquía y sin las medidas sanitarias, que la situación de la pandemia del covid-19 exige, lo que trajo como consecuencia el incremento de casos de infectados; tercero, no ha llegado el apoyo para cubrir la perdida de las pertenencias más elementales; cuarto, la ayuda alimentaria ha sido absolutamente insuficiente; quinto, el dragado de los ríos empezó el pasado 25 de enero y se realizará en tres etapas, las cuales terminarán hasta el próximo año.

Cabe preguntarse, ¿Y los apoyos para los agricultores y ganaderos que resultaron afectados? ¿Y la inversión a fondo perdido para los comerciantes y empresarios pequeños y medianos? ¿Y los subsidios de la luz y el gas, para cuándo? ¿Y la solución de fondo a la problemática, que constituyen las obras hidráulicas, cuándo empezarán? Parece como si al presidente, se le hubiera olvidado que estas son propuestas que él realizó y que fueron aplaudidas por propios y extraños, debido a su esencia justiciera. 

Nadie en ese tiempo y, creo que ni en la actualidad, puede manifestarse en contra de las justificadas peticiones para que los tabasqueños dejen de padecer cíclicamente, los sufrimientos que las lluvias y los frentes fríos traen consigo. Por el contrario, el pueblo mexicano entre los que se cuenta el Movimiento Antorchista Nacional dando muestras, ¡una vez más!, del profundo sentimiento de solidaridad y fraternidad con sus hermanos tabasqueños, realizó una campaña nacional de acopio de alimentos, agua, medicamentos y ropa, para contribuir a paliar su sufrimiento. Sabemos lo limitado del apoyo, pero, ante la reumática acción gubernamental, de algo sirvió a los más humildes del Edén Tropical.

Como es característica del presidente y su gobierno, afirman que las cosas están bien en Tabasco, pero la realidad es otra, hay desencanto y lamentos por la insuficiente y tardía ayuda del gobierno, por eso miles de tabasqueños se han dado a la tarea de crear un comité ciudadano, que se propuso recabar firmas, que ya ronda el numero de 30 mil, para solicitar a los gobiernos estatal y federal que se instrumente un plan integral de obras hidráulicas, que haga realidad el anhelo de ¡¡Tabasco al agua nunca más!!

Los ciudadanos de tabasco, deben aprender de su experiencia y darse cuenta por los hechos, que tener un presidente oriundo de ese estado, no es suficiente para resolver problemas tan añejos y graves como las inundaciones, la lección nos indica a todos los mexicanos, que es necesaria la organización y la concientización popular, para luchar decididamente por conquistar la solución de los males que nos aquejan, así como también, poner en su lugar mediante el voto a quienes no responden a las necesidades del pueblo trabajador, como está quedando claro, es el caso del presidente y su partido Morena. La oportunidad la tenemos a la vuelta de la esquina, en las elecciones del próximo 6 de junio. No lo olvidemos.  

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