En 1910, hace ya 110 años, dio inició la Revolución Mexicana. En aquellos tiempos, las elecciones presidenciales eran un mérito trámite para legitimar al gobierno o en su caso al dictador Porfirio Díaz, quien llevaba 35 años en el poder, teniendo el control de varias instituciones que se desarrollaban en el país. Algo distintivo en ese entonces, de acuerdo a la constitución de 1857, vigente para la época, se permitía la reelección.
Vista las circunstancias, Francisco I. Madero decidió participar en las elecciones de 1910, emprendiendo una campaña electoral al estilo estadounidense, que implicaba publicidad financiada por simpatizantes comprometidos con el candidato. Por eso Madero, por primera vez en la historia, introdujo una campaña moderna y el objetivo fue visitar a los pueblos para dar discursos y convencer a la gente de que él era capaz de destronar a Porfirio Díaz, quien ya llevaba más de 30 años en el poder.
Pese a que los esfuerzos de Madero atrajo gran cantidad de seguidores, Porfirio Díaz resultó electo nuevamente para gobernar durante 1910-1914, generando que Madero lanzara el Plan de San Luis el 5 de octubre de 1910 para derrocarlo. Algo característico que destacó a Madero fue su lema: "sufragio efectivo, no reelección&rdquo, el cual se convirtió, al pasar de los tiempos, en el lema del gobierno mexicano.
Madero era un demócrata convencido en el respeto, con ideales de que el pueblo siempre querrá lo mejor para el pueblo, visionado que el respeto llevaría al progreso. Además reivindicaba derechos laborales y la repartición de tierras que buscaban grupos sociales contrarios a Díaz. En su plan de acción estaba una convocatoria a la lucha armada con fecha 20 de noviembre, donde invitaba a todos los ciudadanos a levantarse en armas contra el gobierno porfirista, dando inicio al mismo.
La lucha armada dio pie a la presencia de otros líderes revolucionarios que acompañaron la causa de Madero, como Emiliano Zapata en el sur del país, Francisco "Pancho” Villa, álvaro Obregón y Pascual Orozco en el norte. La presión revolucionaria tuvo éxito y Porfirio Díaz firmó su renuncia el 25 de mayo de 1911, dando fin a 35 años de gobierno, terminando así la llamada dictadura y abriendo paso a nuevas elecciones.
Pese a que se logró la democracia y que Madero ocupase la presidencia, posteriormente se presenciaron más conflictos por intereses políticos, económicos y sociales. Quedó claro que en los campos de batalla los ideales revolucionarios se hicieron presentes y conllevaron a la nación a luchar para garantizar sus diferentes puntos de vista, generando un sin fin de dilemas durante el período 1910-1917.
No obstante, aunque el costo fue grande, con más de un millón de compatriotas muertos, la lucha terminó con la promulgación de la Constitución Política de 1917, documento que contiene todos los ideales, aspiraciones de la nación, anhe principios democráticos y sociales esenciales en igualdad, justicia, equidad y libertad, dejando en claro que la lucha fue para bien y que valió la pena la revelación de la sociedad.
Analizada la situación de la revolución Mexicana, se puede contemplar que siempre ha existido los intereses políticos, económicos, sociales, etc., así mismo, el espíritu del pueblo para luchar, exigir y hacer valer sus derechos. La sociedad se ha caracterizado por defender lo que les corresponde y por supuesto han demostrado en presenciar un país donde exista la democracia, la igualdad, equidad, oportunidades, prosperidad, etc.
Por su parte, el Movimiento Antorchista, se ha caracterizado por buscar el bienestar social, estudiando e informando al pueblo la historia de la revolución y de las luchas que se han generado a través de los tiempos, así como la manera en que la sociedad busca hacer valer sus derechos. Antorcha es la única organización actualmente que en verdad se preocupa por el pueblo pobre de México, demostrándolo en hechos y soluciones para la sociedad.
La Revolución Mexicana es un claro ejemplo de que la gente se harta del mal gobierno, actuando en contra de los usurpadores, incluso capaces de dar la vida con tal de que exista igualdad en el país. Actualmente, los malos líderes y gobiernos siguen existiendo en México, burlándose del pueblo pobre mexicano; es por ello que el Movimiento Antorchista interviene a favor de la población, guiando al pueblo para no dejarse pisotear por los malos representantes.
La única alternativa viable para un cambio verdadero es que alguien del pueblo represente a México, además de quitar al actual Gobierno federal, que lejos de solucionar han empeorado la situación del país y de su gente, urge un gobierno capaz, con ideales y con visión revolucionaria. Es aquí donde interviene el Movimiento Antorchista, la organización de los pobres, que tiene la encomienda de impulsar un gobierno del pueblo para el pueblo, así como en la revolución Mexicana, un claro ejemplo de lucha para el Movimiento Antorchista.
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