Tres años tiene de vida el experimento morenista en el gobierno de Veracruz, tiempo suficiente para ser evaluado y autoevaluarse. Sin duda, ambas acciones se están dando en distintos ámbitos del exterior, y también, al interior del propio gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.
Por el lado de las evaluaciones al gobierno, desde fuera de su estructura gubernamental, el pueblo veracruzano y los enterados de la política, saben que ha fracasado en la conducción del estado.
Un solo vistazo a las encuestas de desempeño de los gobernadores en el país, coloca al veracruzano en los últimos lugares durante sus tres años. Por ejemplo, la encuesta elaborada por la prestigiada empresa Arias Consultores el 30 de junio 2020, demostró que Cuitláhuac García ocupaba en ese momento el penúltimo lugar en desempeño de los 32 gobernadores evaluados. Tenía en esa fecha solo el 15.9% de aprobación de los veracruzanos y más del 80% lo calificaban mal y muy mal. Esta evaluación citada midió el desempeño del gobernador en 13 aspectos, como empleo, seguridad, pandemia, activación, económica, etc. En todas reprobó. La inmensa mayoría de los veracruzanos de distintos estratos, lo descalificaron (“Revista 32”, 30 junio 2020).
Recientemente, a finales de octubre de 2021, esta misma encuestadora público una nueva evaluación sobre el desempeño de Cuitláhuac García y resulto que un año después, no había mejorado mucho, los veracruzanos volvieron a reprobar en una gran proporción al gobernador, alcanzando solo el 29% de aprobación y más de un 70 % de desaprobación de su gobierno. La encuesta midió los resultados en los mismos aspectos: seguridad pandemia, economía, empleo, etc. (“Revista 32”, 31 de octubre 2021).
Además, esta última encuesta destacó tres preguntas que fueron muy reveladoras para la evaluación, decían la primera: ¿crees que tu gobernador dice la verdad o miente? El 70 % de los veracruzanos afirmaron que mentía. La segunda pregunta decía: ¿cómo se encuentra la corrupción en la entidad? solo el 19 % decía que bien, el resto 80% la veía mal y que crecía. Y, en la pregunta tres se decía: ¿Cómo siente el problema de seguridad pública en Veracruz?, solo el 14 % decía que bien, el resto manifestó como alarmante la inseguridad en el gobierno de Cuitláhuac García (Arias Consultores, “Revista 32” 31 de octubre de 2021).
Estos resultados en dos momentos de gestión morenista, sólidamente fundados por esta encuestadora de prestigio, arrojan ya una conclusión indiscutible: el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez en un fracaso político, el experimento de la cuarta transformación, no tiene un programa de gobierno que este resolviendo los graves problemas que enfrenta Veracruz.
Las consecuencias de este deterioro social y económico provocado por la cuarta transformación han afectado como nunca a los distintos sectores de la población, quienes han comenzado a manifestarse por el desempleo, la desatención al campo, a las colonias populares, por el incremento en los crímenes violentos, la desatención a la salud a la educación y el abuso policial, la trampa electoral, en fin, hay protestas justas en todos los sectores sociales. Al mismo tiempo, comienza a tomar fuerza la opinión de que los políticos morenistas están corrompiéndose escandalosamente y se están enriqueciendo junto con los gobernantes de más alto nivel, es un secreto a voces el hecho de que los políticos piden cuotas para todo y que desvían dinero público a manos llenas. En resumen: la corrupción y la desatención social y económica del estado veracruzano, se afianzan peligrosamente.
En este lamentable cuadro social y político han levantado la voz ciudadanos afectados, o líderes sociales o intelectuales que han denunciado valientemente el verdadero rostro de represor de Cuitláhuac y de su Secretario de Gobierno Erick Cisneros su brazo ejecutor. La respuesta de gobierno a esos reclamos ha sido por todo y para todo, la represión violenta: encarcelamientos de políticos opositores, prisión para los campesinos que protestan, procesos judiciales de persecución, secuestros de activistas, amenazas telefónicas, hostigamiento policial, el terror como política de estado.
En esta situación destaca la actividad del Movimiento Antorchista y de su dirigente histórico el Ing. Samuel Aguirre Ochoa, quien por su prestigio en la lucha social y por su alcance intelectual ha denunciado como pocos pueden hacerlo, las dolencias de todos los agraviados, antorchistas o no antorchitas. Él y sus compañeros dirigentes se han puesto a la cabeza de las protestas justas en el Estado de Veracruz, sea con sus artículos de opinión y sus denuncias públicas en medios o en la dirección practica de las movilizaciones de reclamo. Es innegable.
El fracaso estrepitoso del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez y el deseo de perpetuarse en el poder para enriquecerse, lo mueven a usar la represión como único método a su alcance, ya no puede volver de su descomposición y difícilmente ganará otra elección en Veracruz, por eso él y su grupo están apretando el paso contra todo opositor en general y contra Antorcha en particular. Recientemente se ha iniciado un intento más de golpear al Antorchismo acusando al Ing. Samuel Aguirre Ochoa de delitos que no ha cometido, la pretensión es acallar a la organización que mantiene vivo su compromiso con los humildes y denuncia los atropellos al pueblo y las desviaciones del gobierno. Quieren los morenistas ocultar la crisis que han provocado para mantener una imagen falsa cualquier costo.
Deseamos sinceramente que detengan su loca cacería de adversarios, nos sumamos a las voces que exigen respeto a para Samuel Aguirre, para las voces críticas y a las demandas de los veracruzanos.
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