MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Violencia y poder en el secuestro y asesinato político de Manuel Serrano Vallejo

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Toluca, Estado de México.- Hoy 6 de octubre se cumplen nueve años del secuestro y asesinato político de don Manuel Serrano Vallejo, quien en vida fuera padre de la luchadora social y líder del Movimiento Antorchista en Ixtapaluca, Maricela Serrano Hernández.

Este tipo de crimen es característico de la violencia oficial predispuesta a mantener el status quo en la zona del oriente del Estado de México, al evidenciarse una serie de hechos que transgredieron la democracia, la justicia y la libertad del pueblo organizado, ya que, exhibieron que la violencia, al ser institucional, busca y mantiene el poder tras los colores del partido en turno.

Manuel Serrano vivió toda su vida en Tultitlán, Estado de México; su ocupación era la venta de periódicos y revistas. El 6 de octubre de 2013 fue interceptado cuando conducía su Chevy color gris; sus captores abandonaron el auto a un kilómetro de su expendio y no había indicios de robo. El secuestro político se perpetró, la intención de los malhechores era obligar a la alcaldesa de Ixtapaluca, Maricela Serrano, a dimitir a su puesto y, con ello, aterrorizar a todo el antorchismo.

Desde que se conoció la noticia del secuestro de don Manuel –quien no tenía enemigos porque era un hombre bueno, sencillo y de trabajo–, el antorchismo mexiquense y del país se movilizó en su búsqueda: realizó cientos de cadenas humanas en la capital del Estado de México y en las de todas las entidades federativas del país; pagó cientos de espectaculares, repartió millones de volantes, miles de familias colocaron carteles en sus ventanas y los antorchistas de todo el país realizaron campañas en redes sociales con el hashtag #AyúdanosAEncontrarlo; además, la dirigencia estatal antorchista, acompañada por líderes nacionales, solicitó mesas de diálogo en las que las autoridades mexiquenses mostraban avances de la investigación para dar con el paradero de don Manuel Serrano Vallejo. No obstante, a nueve años del plagio que agravió a toda la familia Serrano Hernández y del antorchismo nacional, no ha sido localizado ni entregado el cuerpo del secuestrado padre de la lideresa antorchista.

El 6 de septiembre de 2014, las autoridades mexiquenses informaron que “capturaron a la banda de secuestradores”, hecho que no fue creíble porque, casualmente, el líder de esta murió por una enfermedad que le cayó como consecuencia de la detención.

Fue impactante saber que, a escasos días de haber sido secuestrado Manuel Serrano, los criminales lo asesinaron cobardemente y su cuerpo jamás se encontró.

La Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Policía Federal, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), la Secretaría de Marina (Semar) y la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) intentaron disfrazar el secuestro y asesinato político como parte de los crímenes que comete la delincuencia organizada, pero el móvil fue evidentemente político.

En ese tiempo, del 1 de diciembre de 2012 al 18 de diciembre de 2013, las autoridades informaron que en México se habían realizado 2 mil 663 secuestro; que de acuerdo con la organización civil Alto al Secuestro era la cifra más alta desde que en 1997 comenzara a registrarse estadísticamente la incidencia de delitos de alto impacto y que el Estado de México fue la entidad donde más secuestros oficiales se registraron al sustentar 537 privaciones de la libertad.

Pero ese contexto no se aplicaba al caso de don Manuel Serrano: durante los interrogatorios, uno de los criminales incriminó al finado diputado local por parte del PRI, Armando Corona Rivera, quien fue acusado de orquestar dicho crimen con el objetivo de continuar con su caciquismo político y económico en Ixtapaluca. Esta información fue confirmada por el coordinador del Combate al Secuestro, Rodrigo Archundia, ante el fiscal general de Justicia del Estado de México, Alejandro Gómez Sánchez, quien señaló que uno de los autores materiales del secuestro de Manuel Serrano, “identificó al exdiputado Armando Corona como el autor intelectual del ilícito”.

No obstante, lejos de sancionarlo, el gobierno le permitió disputar la presidencia municipal de Ixtapaluca, pero ahora bajo la persona de su cuñado, Felipe Arvizu, quien primero contendió por el PRD y posteriomente llegó a ella, pero bajo las siglas de Morena.

En 2015, con todas las pruebas obtenidas, los diputados federales: Maricela Serrano Hernández, Héctor Javier Álvarez Ortiz, Hersilia Adamina Onfalia Córdova Morán, Edith Villa Trujillo, Telésforo García Carreón y Juan Manuel Celis Aguirre, subieron a la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados un punto de acuerdo que destacaba que los ataques, calumnias y difamaciones al antorchismo se incrementaron a medida que se acercaban los tiempos electorales del 2012, con el propósito de desprestigiar ante la opinión pública la labor social de Maricela Serrano.

La arremetida se extendió en todo el Estado de México contra la organización social, pues, además del secuestro de don Manuel, también hubo bloqueo de los recursos públicos destinados a los municipios mexiquenses gobernados por antorchistas; seis asesinatos de transportistas que participaban en la lucha por independizarse del pulpo camionero; amenazas de muerte contra líderes antorchistas; allanamiento de sus domicilios y de las casas de estudiantes donde habitan sus hijos; tiroteos a funcionarios municipales antorchistas; procesos judiciales para acusarlos por las manifestaciones que hicieron en Toluca; seguidos de una campaña de terror con la frase "¡Ahí vienen los antorchistas!", para sembrar miedo y odio en la población.

Estos sucesos confirmaron el desinterés de las autoridades competentes de impartir justicia; de investigar y perseguir los delitos en aras de mantener la paz social y el orden público.

El crimen se cometió con un propósito muy claro: intimidar y aterrorizar al antorchismo en general; Manuel Serrano no era secuestrable ni porque realizara labor política ni porque tuviera dinero.

A nueve años de su secuestro, el antorchismo nacional sigue exigiendo justicia y que las autoridades correspondientes regresen su cuerpo a la familia Hernández Serrano.

Un año más, recordaremos con cariño a un hombre bueno, sencillo y trabajador: este 6 de octubre, a las cuatro de la tarde, en el teatro auditorio In Xóchitl In Cuícatl, ubicado en la colonia Cerro del Tejolote, el Movimiento Antorchista del Estado de México realizará un sentido homenaje a un hombre del pueblo, quien se ha convertido en símbolo de perseverancia, inteligencia, tenacidad, unidad y lucha por un mundo mejor en el que no haya explotación, pobreza e injusticias.

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